Un idioma para aprender a coser
Dos mujeres inmigrantes y en riesgo de exclusi¨®n son expulsadas de un taller remunerado de costura por no hablar "bien" espa?ol.- El ¨²nico requisito del curso era que estuvieran desempleadas
Viviane Friday tiene 32 a?os, una abundante cabellera y sonrisa t¨ªmida. Vive en Quijorna desde hace casi dos a?os. Se traslad¨® all¨ª desde Fuenlabrada en busca de un alquiler m¨¢s barato. Hab¨ªa trabajado durante a?os como vigilante de una f¨¢brica del sur de la regi¨®n, pero al quedarse embarazada perdi¨® el empleo. Ahora est¨¢ sola y con dos ni?os. Es v¨ªctima de malos tratos y acaba de perder la ¨²ltima esperanza de ganar dinero.
Unos meses atr¨¢s, una amiga le inform¨® sobre las escuelas taller de fomento de empleo que financia la Comunidad de Madrid y gestionan los Ayuntamientos. Son casas de oficio que ofrecen formaci¨®n durante un a?o -seis meses de clases y seis meses de pr¨¢cticas-. Los alumnos tienen la consideraci¨®n de trabajadores y cobran un sueldo de cerca de 1.000 euros al mes durante un a?o. Viviane no se lo pens¨®. Present¨® la solicitud para participar en un curso de costura en Quijorna. Esper¨® pacientemente durante m¨¢s de un a?o hasta que le toc¨® la suerte. Hab¨ªa estado cobrando el subsidio por desempleo y llegaba a su fin. En septiembre le comunicaron en la oficina de Empleo de Alcorc¨®n, la que gestiona la zona, que hab¨ªa sido seleccionada para participar en el taller Coser y Cantar en el pueblo donde vive. Las clases comenzaron a principios de octubre. Viviane habla con un fuerte acento. A¨²n no domina completamente el espa?ol, aunque entiende y se hace entender con facilidad. A¨²n as¨ª, ten¨ªa dificultades para seguir a la profesora al igual que muchas de sus 16 compa?eras.
"Nos daban la revista Hola para que la ley¨¦ramos y luego nos obligaban a hacer res¨²menes", cuenta la nigeriana con un tono de angustia. "La profesora explica de una forma muy t¨¦cnica que la mayor¨ªa de las chicas no entend¨ªamos. Cuando le pregunt¨¢bamos nos dec¨ªa: Si no sabes no puedes estar aqu¨ª", cuenta. Una semana despu¨¦s de comenzar las clases recibi¨® una carta del Ayuntamiento de Quijorna en la que le informaba de que no hab¨ªa superado el periodo de prueba y deb¨ªa abandonar el taller.
La directora del taller hab¨ªa enviado un informe a los responsables municipales en el dec¨ªa: "Se ha podido detectar una falta de integraci¨®n y problemas con el lenguaje por lo que no es capaz de seguir la din¨¢mica del resto del grupos por la correcta comprensi¨®n del idioma".Viviane ha perdido el trabajo y no tiene dinero para atender a sus dos ni?os. En la misma situaci¨®n est¨¢ Hossnia Elkhadiri, de 36 a?os, que lleg¨® de Marruecos hace varios a?os. Ambas dicen tener el permiso de residencia. Hossnia, que oculta su cabello con un pa?uelo, parece m¨¢s resuelta. Tiene cuatro hijos y vive con su marido que tambi¨¦n est¨¢ en paro despu¨¦s de haber trabajado durante 22 en Espa?a. Esta mujer de ojos vivos ocultos tras unas peque?as gafas considera una injusticia que las hayan expulsado del taller. "Nos han hecho un examen de matem¨¢ticas y lengua. Le hemos tenido que ense?ar matem¨¢ticas a alguna compa?era espa?ola que ya tiene unos a?os. Somos listas y tenemos ganas de aprender", apunta con un fuerte acento entre marroqu¨ª y catal¨¢n. Es el rastro que le queda tras haber trabajado durante seis a?os en Tarragona. Hossnia es m¨¢s osada y considera que tras su expulsi¨®n hay otros motivos: "Cuando hablaba siempre miraba a las espa?olas y a nosotras no nos hac¨ªa ni caso". Llevaba dos a?os esperando el taller y cuando lo consigue la echan enseguida. Por eso, siente una mezcla de frustraci¨®n e indignaci¨®n: "Le pregunt¨¦ a la profesora si el curso era para aprender costura o para aprender a hablar perfectamente".
La alcaldesa del municipio, Mercedes Garc¨ªa, justifica la decisi¨®n de la directora del taller municipal. "Las alumnas tienen que pasar una prueba m¨ªnima de dictado y comprensi¨®n y estas personas no han superado la prueba. La decisi¨®n no corresponde al Ayuntamiento sino a la directora del curso", se?ala la regidora de Quijorna, que abunda en su justificaci¨®n: "Esto no es una escuela de formaci¨®n de adultos, ni una clase para ense?ar a extranjeros". Cuando se le comenta que en las bases de la solicitud del curso no hab¨ªa ning¨²n requisito, Mercedes Garc¨ªa se?ala: "Ha debido de haber un gran error en la oficina del INEM, deber¨ªan haberles hecho una prueba m¨ªnima". A¨²n as¨ª reconoce que deben admitir a todas las personas que figuren en la lista de empleo que remite el INEM. "Si no saben espa?ol dif¨ªcilmente pueden hacer el curso", zanja.
Las dos mujeres hab¨ªan depositado muchas esperanzas en ese taller remunerado. Ahora su mundo parece desmoronarse. Relatan en un rudimentario pero comprensible espa?ol su paso por diferentes trabajos en este pa¨ªs. Se lamentan porque ahora no saben como afrontar el alquiler. Creen que su situaci¨®n puede ser dram¨¢tica. Al menos tienen la ayuda de una veintena de vecinos de Quijorna se est¨¢ movilizando a trav¨¦s de las redes sociales para echar una mano a las dos mujeres que se han quedado sin recursos. "Est¨¢n a punto de ser desahuciadas, viene el invierno y hasta dentro de seis meses no podr¨¢n cobrar la renta m¨ªnima de inserci¨®n", explica Azucena Concejo, vecina y portavoz socialista en el municipio. "A Viviane le quedan 11 euros en la cuenta para terminar el mes. Lleva dos meses sin pagar el alquiler y sus beb¨¦s llevan varios d¨ªas sin poder tomar leche. Les da agua con az¨²car", explica Azucena que cuenta como han elaborado una lista con las tallas de las familias de Viviane y Hossnia para conseguir ropa contra el fr¨ªo. Tambi¨¦n est¨¢n haciendo acopio de alimentos no perecederos y est¨¢n a la b¨²squeda de un lugar donde puedan alojarse.
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