La cuestionada influencia del pr¨ªncipe Carlos
El heredero brit¨¢nico recibe cr¨ªticas por tener derechos de veto a leyes que afectan a sus intereses privados
El pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra tiene ciertos derechos de veto sobre la nueva legislaci¨®n promovida por el Gobierno brit¨¢nico que puede afectar a sus intereses privados, seg¨²n la sorprendente revelaci¨®n del diario The Guardian. Tanto el anterior gobierno laborista como la actual coalici¨®n de conservadores y liberales-dem¨®cratas han sometido al pr¨ªncipe al menos 12 proyectos de ley desde el a?o 2005, relativos a materias que van desde los jueces forenses a desarrollo econ¨®mico y construcci¨®n, marina y acceso a las costas, vivienda y regeneraci¨®n, energ¨ªa y planificaci¨®n urban¨ªstica.
Ni Downing Street ni Clarence House, residencia oficial del heredero, han querido explicar si este ha utilizado alguna vez esos poderes para obligar al Gobierno a modificar un proyecto de ley y ajustarlo a sus intereses. Pero expertos constitucionales consultados por el peri¨®dico han comparado los poderes del pr¨ªncipe al efecto disuasorio del arma nuclear: lo importante no es si Carlos ha vetado o no alguna ley sino la influencia que tiene en el legislador el hecho de saber que el pr¨ªncipe tiene ese derecho de veto.
Ese veto, que puede chocar en una monarqu¨ªa parlamentaria en Europa en el siglo XXI, era casi secreto y se explica por el hecho de que Reino Unido no tiene una Constituci¨®n escrita y se rige por la tradici¨®n. En este caso, la tradici¨®n dice que el heredero de la corona, en virtud de sus t¨ªtulos de pr¨ªncipe de Gales, conde de Chester y duque de Cornualles, tiene que se consultado en cualquier nueva legislaci¨®n que puede afectar a sus intereses en esos territorios.
Una norma especialmente pol¨¦mica en lo que se refiere al ducado de Cornualles, una propiedad de casi 54.000 hect¨¢reas creada en 1337 por el rey Eduardo III para su hijo, el pr¨ªncipe Eduardo, cuya funci¨®n primordial es generar ingresos para el heredero. El a?o pasado Carlos obtuvo unos ingresos de 21 millones de euros a trav¨¦s de dicho ducado.
El Gobierno del primer ministro David Cameron ha asegurado que no va a modificar ese derecho del pr¨ªncipe de Gales y Clarence House lo ha defendido con el argumento de que "no se trata de buscar las opiniones personales del pr¨ªncipe sino que es m¨¢s bien una costumbre que viene de antiguo relacionada con el ducado de Cornualles, que se habr¨ªa aplicado de la misma forma a sus predecesores".
Sean cuales sean los or¨ªgenes de esa costumbre y el uso que el pr¨ªncipe de Gales haya podido hacer de ella para imponer sus gustos o sus conveniencias, la revelaci¨®n de The Guardian no va a ayudar a Carlos de Inglaterra, cuyas presiones p¨²blicas en materias como la arquitectura, el urbanismo o la energ¨ªa e¨®lica han provocado ya numerosas cr¨ªticas en el pasado. Aunque nadie le niega al pr¨ªncipe su derecho a tener ideas y a exponerlas, muchos creen que abusa de su influencia y que sus presiones ponen en cuesti¨®n su capacidad para ser neutral el d¨ªa en que herede el trono.
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