La tasa Robin Hood se consolida en Cannes
Esta entrada ha sido elaborada por Susana Ruiz, responsable en Interm¨®n Oxfam de la campa?a por la Tasa Robin Hood. Oxfam ha sido una de las organizaciones m¨¢s activas en la reciente cumbre del G20 en Cannes.
Acci¨®n de Oxfam durante la cumbre del G20. Fotograf¨ªa de Delphine Bedel.
Se esperaba mucho de esta edici¨®n del G20, que asume por primera vez un mandato anual y tambi¨¦n una agenda de desarrollo. Nicol¨¢s Sarkozy se encarg¨® de ¡°calentar¡± el escenario cuando a principios de a?o present¨® una agenda m¨¢s que ambiciosa, que inclu¨ªa asuntos tan gruesos como la regulaci¨®n del sistema financiero o la volatilidad de los precios de los alimentos. La crisis y la puntilla del refer¨¦ndum griego se han encargado de rebajar las expectativas, descafeinando un tanto el resultado de la cumbre. Pero algunas iniciativas positivas han logrado hacerse un hueco entre tantas tensiones divergentes. Entre ellas, la tasa Robin Hood (o Tasa a las Transacciones Financieras, TTF): en un ejercicio de equilibrios diplom¨¢ticos, el G20 valora los avances europeos, suma el apoyo de otros pa¨ªses (aunque no obliga a nadie) y reconoce que se asignen los recursos para desarrollo.
Parece poco ambicioso entusiasmarse solo porque se incluye una palabra en el comunicado final. Pero que el t¨¦rmino ¡°desarrollo¡± venga mencionado tras considerar una gravamen al sector financiero y el reconocimiento del G20 al impulso europeo, es un ¨¦xito y el resultado de un trabajo intenso de muchas organizaciones y movimientos sociales en m¨¢s de cuarenta pa¨ªses. Es el modo de evitar que esto se quede simpelmente en nuevo mecanismo para reducir el d¨¦ficit fiscal de algunos pa¨ªses (especialmente los europeos).
Esta cumbre ha conseguido adem¨¢s consolidar un bloque m¨¢s amplio de aliados a favor de la TTF. Junto con Francia, Alemania y Espa?a ¨Csus grandes defensores-, ahora contamos con pa¨ªses como Sud¨¢frica, Argentina, Brasil, Corea del Sur o Etiop¨ªa. Muchos de estos pa¨ªses ya est¨¢n aplicando medidas similares al sector financiero y asignando recursos directamente a programas de sanidad o reducci¨®n de la pobreza. Su impulso sirve de ejemplo para seguir avanzando hacia el ideal de una tasa global para resolver necesidades globales.
Lamentablemente, el G20 no ha logrado obtener el respaldo de dos de los grandes detractores de la medida: Estados Unidos y Reino Unido. Y eso a pesar del informe de Bill Gates sobre financiaci¨®n innovadora, las conclusiones del FMI sobre la viabilidad de la medida, la propuesta de la Comisi¨®n Europea o el propio sentido com¨²n. El caso brit¨¢nico resulta especialmente incoherente, puesto que la City de Londres ya cuenta con una tasa a la compraventa de acciones sin haber dejado de ser una de las principales plazas financieras del mundo. Solo esto deber¨ªa ser suficiente para echar por tierra los argumentos sobre el impacto en la liquidez, la volatilidad, el riesgo de deslocalizaci¨®n o cualquier otro tecnicismo. Quiz¨¢s no sea ya una cuesti¨®n de informes sino de verdadera voluntad pol¨ªtica frente al lobby del sector financiero.
Ning¨²n impuesto es del todo neutro. Al contrario, la fiscalidad es pol¨ªtica pura. Cada decisi¨®n tributaria responde a una visi¨®n del modelo de sociedad por el que apuesta el gobierno de turno. Promover una tasa que se aplique a transacciones esencialmente especulativas, que no a?aden valor real a la econom¨ªa pero que en cambio aumentan los riesgos y desequilibrios del sistema, es una clara muestra de que se defiende una sociedad un poco m¨¢s justa, contribuyendo a la redistribuci¨®n de la riqueza.
M¨¦xico tiene ahora la palabra, al asumir la pr¨®xima presidencia del G20. Pero la agenda europea, que sigue su curso, determinar¨¢ tambi¨¦n las claves de c¨®mo se llevar¨¢ realmente a la pr¨¢ctica. Y otra vez veremos de qu¨¦ color se visten los l¨ªderes europeos. Mientras tanto, el esp¨ªritu de Robin Hood y sus proscritos seguir¨¢ recorriendo las ciudades de todo el mundo.
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