Phila y los cazadores furtivos
Autor invitado: Tendai Mandimika (Sud¨¢frica)
Sud¨¢frica ha perdido alrededor de 341 rinocerontes a manos de los cazadores furtivos s¨®lo en este a?o, en comparaci¨®n con los 333 de 2010. Once de diferencia podr¨ªa parecer que no es nada. Pero no es as¨ª: para esta especie animal, cada desaparici¨®n de un ejemplar significa un paso hacia la extinci¨®n. Esta cacer¨ªa est¨¢ siendo, en su mayor parte, impulsada ??por la fuerte demanda de sus cuernos en el mercado asi¨¢tico, donde creen que pueden curar todo tipo de enfermedades, especialmente el c¨¢ncer. En China tambi¨¦n se usa como afrodisiaco, aunque cient¨ªficamente nunca se ha probado tal cosa. Pero no importa, el mercado negro lo paga a precio de oro.
Phila, en su nueva casa, tras ser disparada por los furtivos. Fotograf¨ªas: todas de Tendai Mandimika
Phila es una rinoceronte negro de cinco a?os, que fue atacada dos veces y recibi¨® nueve disparos con armas autom¨¢ticas por los furtivos en junio de 2010. Sobrevivi¨®, pero perdi¨® el sentido del o¨ªdo y el olfato por efecto de los balas. Esta hembra ha encontrado un refugio temporal en el zool¨®gico de Johannesburgo, donde est¨¢ recibiendo tratamiento de Brett Gardner, su veterinario. El zool¨®gico est¨¢ protegido seg¨²n la normativa internacional al respecto y las medidas de seguridad son rigurosas para protegerla a ella y a sus dos vecinos, dos rinocerontes blancos, de los posibles ataques. "El zool¨®gico es un lugar de alto riesgo para los rinocerontes, porque estamos cerca del aeropuerto y con el tr¨¢fico es f¨¢cil para los cazadores furtivos hacerlos desaparecer", explica Gardner. "Y sin tener que sufrir caminando durante d¨ªas en la selva para encontrarlos ... ". Para evitar tentaciones, antes de llevarla al zool¨®gico, fue descornada. Un rinoceronte sin cuerno no es un objetivo. Tal operaci¨®n debe hacerse cada a?o, porque el cuerno les crece unos 12 cent¨ªmetros durante ese tiempo.
Sud¨¢frica tiene la mayor poblaci¨®n de rinoceronte negro y blanco en el mundo. Hay 1.916 rinocerontes negros (es de las especies animales m¨¢s amenazadas) y 18.780 rinocerontes blancos. La mayor¨ªa de estos animales se encuentran en el Parque Nacional Kruger, el m¨¢s grande del pa¨ªs, que recibe cada a?o a miles de turistas de todo el mundo. El resto se mantiene en reservas privadas. De acuerdo con SAN Park (Parques Nacionales de Sud¨¢frica), el Kruger aloja unos 10 000 rinocerontes blancos y entre 580 a 650 de los negros.
Hace unos d¨ªas corri¨® este v¨ªdeo por el mundo. Es de la organizaci¨®n conservacionista WWF. Con ¨¦l intentaba mostrar sus esfuerzos y el de otras organizaciones que trabajan por evitar (o intentarlo, al menos) su desaparici¨®n: s¨®lo quedan unos 5000 rinos negros en total y s¨®lo en ?frica. "El negro necesita m¨¢s espacio que el blanco, porque no se unen en grupos sociales y el espacio entre individuos es mayor. Una poblaci¨®n de 50 rinocerontes negros necesita aproximadamente entre 200 y 100 kil¨®metros cuadrados de terreno". El Proyecto de Expansi¨®n del Rinoceronte Negro, al que respond¨ªa esta iniciativa de traslado, busca aumentar el espacio disponible para la conservaci¨®n de la especie: "As¨ª, la presi¨®n sobre las poblaciones quiz¨¢ sea menor y puedan aumentar el n¨²mero de ejemplares. Hasta el momento se han trasladado casi 120 rinocerontes negros a nuevos espacios. Su rango de h¨¢bitat ha aumentado casi 150.000 hect¨¢reas". El proyecto se realiza conjuntamente entre WWF, Ezemvelo KZN Wildlife y Eastern Cape Parks y Tourism Agency.
La guerra contra los furtivos es la otra cara. Para eliminarlos (o al menos pon¨¦rselo dif¨ªcil y desanimarlos), el gobierno sudafricano despleg¨® al Ej¨¦rcito en el parque en abril pasado para tratar de combatir a los cazadores organizados. Desde que comenz¨® esta operaci¨®n, el n¨²mero de rinocerontes asesinados ha disminuido. Pero, unos veinte presuntos furtivos han muerto hasta ahora a manos de los soldados en el Kruger. Podr¨ªan ser muchos m¨¢s, as¨ª que para mantener a sus turistas tranquilos y ajenos, SAN Park no quieren hacer demasiado p¨²blica esta guerra abierta.
Unidad antifurtivos en el parque Kruger.
Phila en el zoo de Johannesburgo
"Esto es zona de guerra, y tienes que saber lo que est¨¢ haciendo", dice Simon Rood, perteneciente a una de las empresas de seguridad encargada de velar por la Vida Silvestre y que protege a las reservas privadas. Simon es un ex soldado afrikaner, que luch¨® en Angola y Mozambique durante el apartheid. Su guerra ahora es contra la caza furtiva: "Estos chicos se han convertido en altamente sofisticados. Son grupos poderosos y ricos, y usan m¨¦todos y armas de alta tecnolog¨ªa como semi fusiles autom¨¢ticos y helic¨®pteros. As¨ª que tuvimos que adoptar t¨¢cticas militares tambi¨¦n para poder combatirlos". Pero la ley de protecci¨®n especial cuesta mucho a los propietarios de las fincas de caza privado. Ellos quieren vender sus rinocerontes y el precio de un animal (privatizada en ?frica del Sur) se ha reducido considerablemente. Hoy en d¨ªa un rinoceronte vale m¨¢s muerto que vivo.
Es dif¨ªcil saber el precio exacto de los cuernos de rinoceronte en el mercado negro. De acuerdo con organismos oficiales (como el Consorcio Internacional para Combatir los Delitos contra la Vida Silvestre, integrado por la Secretar¨ªa CITES, INTERPOL, la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, el Banco Mundial y la Organizaci¨®n Mundial de Aduanas) y seg¨²n la Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, CITES (en cuya p¨¢gina se puede comprobar la gran cantidad de cuernos de rinocerontes y elefantes encontrado en el mercado), podr¨ªan ser 35 000 libras por kilo.
Retrato del ex soldado y ahora protector de la fauna, Simon Rood
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