El estadounidense Scott Fischer (a la izquierda de la foto), fundador de la empresa de gu¨ªas Mountain Madness, en la cima del Everest en 1994. Fischer muri¨® el 10 de mayo de 1996, durante la tormenta que asol¨® la monta?a. / Mountain Madness
Acabo de terminar Into Thin Air, del monta?ero, escritor y periodista Jon Krakauer, publicado en espa?ol como Mal de altura (Ediciones B, 1999; Desnivel, 2008), un libro fascinante que seguro que muchos de vosotros habr¨¦is disfrutado antes que yo. Su lectura me ha dejado sin resuello, como una ascensi¨®n al Everest sin ox¨ªgeno.
Porque de eso trata: es una cr¨®nica novelada de la tragedia que ocurri¨® en 1996 en la monta?a m¨¢s alta del mundo (8.848 metros).
Miembros de la expedici¨®n de Adventure Consultants en el campamento base. En la fila de abajo, a la derecha, la japonesa Yasuko Namba, cliente de AC; el tercero y cuarto por la derecha son, respectivamente, los neozelandeses Rob Hall, due?o de AC y jefe del grupo, y Andy Harris, uno de los gu¨ªas. El primero por la izquierda es Doug Hansen, otro de los clientes. Los cuatro murieron en el descenso.
Durante la temporada de escalada de ese a?o, la m¨¢s mort¨ªfera en la historia de la monta?a, murieron 15 personas; ocho de ellas, pertenecientes a tres expediciones distintas, el 10 de mayo, cuando una fuerte tormenta azot¨® por la tarde el Everest. Tambi¨¦n baj¨® los niveles de ox¨ªgeno en el aire. Cuatro de los alpinistas muertos pertenec¨ªan a la misma expedici¨®n (arriba se puede ver una foto del grupo), organizada por la empresa neozelandesa Adventure Consultants, con la que viajaba Jon Krakauer, enviado al Himalaya para escribir un reportaje sobre la creciente explotaci¨®n comercial del Everest para la revista Outside. El desastre fue muy conocido y levant¨® gran controversia sobre la masificaci¨®n del Everest y el diletantismo de los escaladores.
Into Thin Air es, de largo, uno de los mejores (si no el mejor) libros sobre monta?ismo que he le¨ªdo. Recrea de manera tan magistral el mundo de la escalada en altura --los efectos de la fatiga y la hipoxia, la vida en el campamento base, las heladoras noches de insomnio en las tiendas de nailon, el fr¨ªo ¡°doloroso, escalofriante y enloquecedor¡± en la cota de los ocho mil metros--, que la historia te atrapa desde la primera p¨¢gina (el fragmento de abajo pertenece al primer cap¨ªtulo) y ya no te suelta hasta la ¨²ltima, en un crescendo que te deja sin aliento.
¡°Encaramado a la cima del mundo, con un pie en China y el otro en Nepal, limpi¨¦ de hielo mi m¨¢scara de ox¨ªgeno, encorv¨¦ la espalda al viento y contempl¨¦, abstra¨ªdo, la enorme extensi¨®n del T¨ªbet. De un modo difuso, con cierto distanciamiento, comprend¨ª que el paisaje que se extend¨ªa debajo de m¨ª presentaba una vista espectacular. Hab¨ªa fantaseado mucho sobre aquel momento y la oleada de emociones que lo acompa?ar¨ªa. Pero ahora que por fin estaba all¨ª, literalmente de pie en la cima del Everest, no ten¨ªa fuerzas para pensar en ello. Era el 10 de mayo de 1996, a primera hora de la tarde. Hac¨ªa 57 horas que no dorm¨ªa. La ¨²nica comida que hab¨ªa sido capaz de tragar en los tres d¨ªas precedentes era un bol de sopa de ramen y un pu?ado de cacahuetes. Semanas tosiendo con violencia me hab¨ªan dejado dos costillas separadas que convert¨ªan en un tormento el mero hecho de respirar. A 8.848 metros, en la troposfera, me llegaba tan poco ox¨ªgeno al cerebro que mi capacidad mental era como la de un ni?o retrasado. En aquellas circunstancias, poca cosa pod¨ªa sentir, a excepci¨®n de fr¨ªo y cansancio.¡±
Mientras Krakauer empieza el largo y peligroso descenso tras coronar la cima, con la reserva de ox¨ªgeno al l¨ªmite, otros 20 escaladores de su grupo segu¨ªan empe?ados en alcanzarla sin advertir las nubes que empiezan a cubrir el cielo. ¡°Cuando me dispon¨ªa a hacer rapel sobre el borde del escal¨®n, me percat¨¦ de un alarmante espect¨¢culo¡±, escribe Krakauer, quien durante la espera se qued¨® sin ox¨ªgeno, ¡°Nueve metros m¨¢s abajo, en la base, hab¨ªa una cola de m¨¢s de una decena de personas. Tres escaladores hab¨ªan empezado ya a subir por la cuerda que yo me dispon¨ªa a utilizar para el descenso. Mientras intercambiaba triviales felicitaciones con los que iban pasando, por dentro pensaba, exasperado: ?Daos prisa, joder, daos prisa! ?Mi cerebro est¨¢ perdiendo millones de c¨¦lulas.¡± Seis horas y 3.000 metros m¨¢s abajo, con la ventisca azotando ya las laderas de la monta?a, Krakauer llega a su tienda helado y sufriendo alucinaciones por la falta de ox¨ªgeno. Seis de sus compa?eros a¨²n no han regresado¡
¡°M¨¢s adelante --despu¨¦s de haber localizado los cuerpos, despu¨¦s de que los cirujanos amputaran la mano derecha gangrenada de mi compa?ero Beck Weathers, la gente se preguntaba por qu¨¦, si el tiempo hab¨ªa empezado a empeorar, los alpinistas no hab¨ªan hecho el menor caso ?Por qu¨¦ unos gu¨ªas avezados siguieron ascendiendo, empujando a una manada de deportistas relativamente inexpertos (cada uno de los cuales hab¨ªa pagado hasta 65.000 d¨®lares para que lo llevaran sano y salvo hasta el Everest) hacia una trampa mortal?¡±
Into thin air critica la banalizaci¨®n del monta?ismo: abundan las expediciones comerciales que arrastran literalmente hasta la cima, aupados por los sherpas, a personas que no saben escalar. Participar en una expedici¨®n al Everest cuesta entre 24.000 y 54.000 euros por persona. Durante la primavera de 2007 llegaron a la cima 630 personas, tantas como en los cuarenta a?os que transcurrieron desde la primera conquista de la cumbre, la de Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay, el 29 de mayo de 1953, hasta 1993. En mayo de 2008, m¨¢s de 130 alpinistas llegaron a coronar el Everest en un solo d¨ªa. El aluvi¨®n de gente es tal, que provoca tapones en los pasos dif¨ªciles como el Escal¨®n Hillary, una escarpa muy pronunciada de la v¨ªa del Collado Sur, e impide subir y bajar a la velocidad necesaria: una de las causas de la tragedia de 1996. La otra: los gu¨ªas saben que no deben sobrepasar jam¨¢s la hora de bajada, porque permanecer m¨¢s tiempo puede significar la muerte; sin embargo, la presi¨®n de los clientes y la rivalidad entre los gu¨ªas de las expediciones de Adventure Consultants y Mountain Madness pudo con la profesionalidad y la prudencia.
Como despu¨¦s en Into the Wild (Hacia rutas salvajes; Ediciones Zeta, 2008), tambi¨¦n sobre un hecho real (el viaje sin retorno de Chris McCandless, un joven de 24 a?os cuyo cad¨¢ver apareci¨® en un remoto lugar de Alaska en 1992), Krakauer hace un magistral ejercicio de periodismo de investigaci¨®n, entrevistando a todos los que estaban all¨ª ese d¨ªa, tratando de desenmara?ar las causas de la tragedia, hurgando en su propia responsabilidad en lo ocurrido. En 2008, el cineasta y monta?ero estadounidense David Breashears volvi¨® sobre el tema en Storm over Everest, un documental realizado para la cadena de televisi¨®n PBS; debajo se puede ver un trailer del mismo.
Como Krakauer, muchos de los alpinistas que han regresado del Everest llegan tocados por lo que han visto, por lo que han hecho o por lo que han dejado de hacer. La negaci¨®n de ayuda --Krakauer lo atribuye a la hipoxia y la fatiga-- en esos ¨²ltimos 846 metros (la llamada zona de la muerte, donde solo se puede permanecer algunas horas) a otros escaladores en apuros es algo habitual y al mismo tiempo escandaloso. En la expedici¨®n de 1996, dos miembros del grupo de Krakauer, Beck Weathers y la japonesa Yasuko Namba, fueron abandonados, dados por muertos aunque a¨²n respiraban, en el Collado Sur, a solo 300 metros de donde se encontraban las tiendas. Weathers consigui¨® regresar de su tumba de nieve, aunque con grav¨ªsimas congelaciones. Yasuko sigue all¨ª. El 11 de mayo, en la cara norte de la monta?a, los miembros de una expedici¨®n japonesa pasaban de largo, sin auxiliarlos, junto a dos monta?eros indios que se hab¨ªan visto tambi¨¦n atrapados por la tormenta cerca de la cima. En 2006, el brit¨¢nico David Sharp falleci¨® extenuado por falta de ox¨ªgeno mientras 40 alpinistas-turistas pasaban a su lado sin hacer nada. M¨¢s de 200 escaladores han perdido la vida (y all¨ª siguen, l¨®bregos mojones en la ruta hacia la cumbre) en esa regi¨®n maldita de la monta?a m¨¢s alta del mundo. En este v¨ªdeo se puede ver el hallazgo del cuerpo de George Herbert Leigh Mallory, escalador brit¨¢nico desaparecido en junio de 1924 junto con su compa?ero de cordada, Andrew Irvine, en la cara noreste.
?Est¨¢s ahora preparado para subir al Everest?
Comentarios
Prefiero pasar el fin de semana que viene en un pueblecito de la sierra castellana. Aire fresco y limpio, buena comida y una cama amplia para disfrutarla con mi chico.Carlawww.lasbolaschinas.com
Parafraseando un anuncio...Hay cosas que el dinero no puede comprar y lugares a los que no debemos intentar llegar porque no sabemos o no podemos... El libro de Krakauer es estremecedor pero la realidad en el Everest (muertos,heridos,problemas,basura que se queda all¨ª, etc...) lo es tambi¨¦n.No es cuesti¨®n de atreverse, si no de entender las limitaciones de cada uno y asumir que un ascenso al Everest no es turismo
Hay varias cosas que considero que habr¨ªa que aclarar, la primera coincidiendo contigo en lo apasionante del libro y lo que narra, debo decir que eso no es una historia de monta?a al uso, nada que ver con miles de experiencias narradas por gente que han acudido solamente a la monta?a por el placer de la misma, lejos de los medios de comunicaci¨®n y de los retos medi¨¢ticos, aqu¨ª tenemos un grupo de ambiciosos invirtiendo ingentes cantidades de dinero para domesticar la monta?a y hacer lo posible por subir y cuando hay demanda hay oferta.
Por otro lado cuando preguntas si las agencias de aventura se arriesgan demasiado, decir que esas empresas se dedican a subir a personas con mucho dinero a la cima del Everest poniendo todos los medios posibles para facilitarlo, no son agencias de aventura, no programan viajes¡ Pero hay que tener en cuenta que por encima de siete mil metros nadie te puede garantizar nada, con lo cual el riego lo debe asumir sola y exclusivamente el participante.
JAM
Me alegra que el libro te haya gustado. Yo me lo le¨ª hace a?os mientras hacia trekking por nepal y tambi¨¦n me tuvo atrapada de principio a fin. Te recomiendo que te leas "the climb", es otra versi¨®n de los hechos escrita por Anatoli Boukrev, uno de los gu¨ªas que iban en la otra expedici¨®n. Krakauer se mete con el bastante en su libro. No esta tan bien escrito pero las fotos, mapas y dem¨¢s documentaci¨®n que aporta son mucho mejores y su visi¨®n de lo que paso tampoco tiene desperdicio para los que nos gusta la monta?a.
Bufff. est¨¢ claro que la adrenalina es una droga muy fuerte, que no est¨¢ mal vista....
Coincido con el comentario anterior, ahore leete Everest 1996 (Editorial Desnivel) la version de Bukreev de los hecho. Como te comentan, est¨¢ peor escrito, pero detalla mucho mejor lo que ocurri¨®.
Yo lo le¨ª despu¨¦s de leer Everest 1996 de Anatoli Bukreev (gu¨ªa jefe de Fisher.)Krakauer, le recrimina su actuaci¨®n en la tragedia y este le responde con un libro.Es la misma historia desde otro punto de vista y tambi¨¦n es espectacular.Krakauer tiene otro libro buen¨ªsimo de historia cortas autobiogr¨¢ficas y de monta?a llamado Sue?os del Eiger.
Uno de los aspectos mas chocantes es la frequencia de negacion de ayuda @ 8000. Creo que queda claro en el libro que a esas alturas uno pueda a duras penas cargar solo con su cuerpo. Pero tambien existe una predisposicion muy variable segun cada expedicion, por ejemplo facilitar botellas de oxigeno a alguien necesitado. Hay que entender que las botellas de oxigeno no se encargan por internet y se entregan en 24horas en la puerta del campamento a 8000mts. Algo tan simple como ese material requiere de muchos dias para subirlas a cada campamento y en general ofrecerlas significa renunciar a su propia expedicion. Esto explica (sin justificar) la actitud tan diversa observada en la altura.
Apasionante el mundo de la monta?a, pocos lo entienden pero tiene que ver con el querer alejarse la montonia que provoca lo cotidiano del dia a dia. Una vez lei o escuche no se a quien o en donde que todas las personas mueren pero que solo unas pocas viven.
Como indicas, el libro original es antiguo (1997) y contribuy¨® a dar publicidad al negocio de las expediciones comerciales al Everest y el circo que se monta por las vias normales en abril-mayo. Si te gustan los libros de monta?a, aparte del de Boukreev ya mencionado, a mi el que mas me ha impactado has sido "Cita con la Cumbre" de Juanjo San Sebastian (uno de los pioneros de "Al Filo". Ofrece otra imagen bien diferente y a¨²n real del monta?ismo, ensalza la amistad, la solidaridad y otros valores que muchos himalayistas aficionados y profesionales todavia conservan.
Ejem... Cuadernos del v¨¦rtigo?
Yo me compr¨¦ los dos libros en Naamche Bazaar haciendo el trekk al Kalappatar. Impresiona mucho leerlo in situ, pasar por los mismos sitios y ver el t¨²mulo tibetano de Scott Fischer y el escal¨®n Hillary en la distancia. Creo que la danesa Lene Gammelgard, que iba con Mountain Madness tambi¨¦n escribi¨® un libro con su versi¨®n, pero no consegu¨ª encontrarlo.
Yo repito la idea. Tambi¨¦n debe leerse el de Boukreev.
Yo he leido Into de Wild (Hacia rutas salvajes) y me gust¨® mucho. Cuando pueda leer¨¦ ¨¦ste.
Tuve el honor de conocer a Rob Hall la temporada anterior a su fallecimiento, en una expedici¨®n al Cho-Oyu. All¨ª dirig¨ªa una expedici¨®n comercial de norteamericanos y australianos. Me permiti¨® acompa?arle en el viaje de regreso a Kathmand¨². No hice cumbre- no estaba preparado-, pero lo importante es que muri¨® porque no dej¨® abandonados a los miembros de la expedici¨®n, volvi¨® para intentar que la mujer japonesa alcanzara un campo pertrechado pero no lo consigui¨®: se desencaden¨® una tormenta brutal y murieron muchas personas. El pudo haberse salvado pero sigui¨® una ley grabada a fuego: nunca se deja atr¨¢s a un compa?ero. Es una de las circunstancias que te permite conocer bien a una persona y la pasta de la que est¨¢ hecha.
Para escalar el Everest hace falta un entrenamiento y un sentimiento hacia la monta?a que no se consigue con dinero. No por tener m¨¢s dinero puedes ascender ya que cuando las cosas se ponen mal los turistas, que no monta?eros, no son ni siquiera conscientes de la dimensi¨®n del asunto. El que quiera subir un ochomil tiene que pasar antes por muchos tresmiles pirenaicos, cuatromiles alpinos y seismiles andinos, algunos de ellos en invierno y si tiene en su curriculum alguna de las caras nortes alpinas: Eiger, Cervino... o alguna sur andina mucho mejor para ¨¦l.
Es una irresponsabilidad y una estupidez propia de los tiempos que corren. Yo si tuviese la oportunidad de ascender un ochomil no ser¨ªa al masificado Everest al que ascendiera....tengo trece mas solitarios y tranquilos para elegir.
Metamorfica, el libro de Lene Gamelgaard se llama 'Hacia arriba'. Yo lo le¨ª y me encant¨® ver el ¨¢nimo que uno tiene que darse para llegar a cimas tan altas. No estaba al tanto de que hubiesen otros libros. Hace a?os que lo le¨ª pero no recuerdo que detallara mucho los pormenores de la desgracia, creo que se centraba mas en otros aspectos mas positivos. Pero igual es que no me acuerdo. Valdr¨ªa la pena volver a leerlo, me dej¨® un buen sabor de boca.
A mi me gusta la monta?a, pero a nivel totalmente amateur. De todas formas, la realidad es que se esta banalizando mucho. En parte es por la mejor preparaci¨®n, materiales... pero tambi¨¦n porque se siguen las rutas ya abiertas hace a?os y superprobadas, como si de una empresa que minimiza riesgos y maximizase beneficios se tratase. Recuerdo programas de al filo de lo imposible con alguna madre y su hijo de 13 a?os que sub¨ªan al Kilimanjaro casi con chancletas. Verdaderas burradas.
Me olvidaba comentar que la banalizaci¨®n tambi¨¦n viene dada porque hoy en d¨ªa hay mas gente con tiempo libre y eso empuja a mas gente a entrenar. Y una cosa lleva a la otra. Se empieza por dificultades peque?as y se termina subiendo 8000s o bien haciendo maratones y triatlones. D¨¦cadas atr¨¢s muy poca gente ten¨ªa el inter¨¦s/tiempo/dinero como para meterse en una expedici¨®n. La sociedad ha cambiado y cuando hay una masa enorme de gente que no para de intentar superar retos, pues aparece una masa de gente no despreciable haciendo cosas que antes solo eran alcanzables para unos pocos elegidos.
Le¨ª Mal de Altura hace muchos a?os y cada tanto vuelvo a ¨¦l. Esta tremendamente bien escrito. Les recomiendo tambien "M¨¢s cerca de mi padre" (RBA 2001) escrito por Jamling Tenzing Norgay, hijo del legendario Tenzing Norgay. A su hijo, Jamling, tuve el honor de conocer en Torello (Espa?a) hace un tiempo atras. Cuenta desde su punto de vista y desde el punto de vista de su naci¨®n, la ascenci¨®n al Everest. que realiz¨® tambien en la misma temporada de Krakauer, de hecho Jon K le hace la introducci¨®n a su libro. Otra versi¨®n m¨¢s de aquella fat¨ªdica temporada. Muy recomendable
Hola creo que subir ochomiles no es ninguna tonteria al alcance de cualquiera, aunque se use oxigeno suplementario y se vaya en una expedicion comercial. Es cierto que con las empresas que gestionan estas expediciones muchos tramites se facilitan (desde montar campos base, de altura, pasando por cocinar y hasta poner cuerdas fijas) pero lo de subir no lo hace nadie por ti. Lo cierto es que el Everest atrae mucha gente pero no todos llegan arriba y luego bajan sanos y salvos.Me gusta mucho la monta?a y valoro m¨¢s el estilo que el llegar arriba como sea. Mis limitaciones no me permten llegar a la cumbre del Everest sin oxigeno suplementario (quiza otros ochomiles mas bajos, si). No es una prioridad pero no descarto ir alguna vez al Everest, eso s¨ª, en el Oto?o, con muchas menos gente en la monta?a, aunque m¨¢s fr¨ªo.
Pienso que el autor del art¨ªculo ha le¨ªdo pocos libros de monta?a; en primer lugar porque, estilo aparte, la versi¨®n de Krakauer sobre lo que pas¨® y su opini¨®n sobre Bukreev no la comparten la mayor parte de la gente que conoce del asunto y en segundo lugar porque hay otros muchos libros m¨¢s apasionantes y menos morbosos que el de Krakauer, se me ocurren por ejemplo "Annapurna: primer ochomil" de Herzog o "Tocando el vac¨ªo" de Simpson; seguro que hay mas.
Verdaderamente tienes que leer "The Climb" por Anatoli Boukreev, especialmente la corta conclusi¨®n del gran fot¨®grafo y escritor Galen Rowell. Desafortunadamente Anatoli muri¨® el a?o siguiente en el Annapurna y no est¨¢ para seguir defendi¨¦ndose aunque los que nos hemos preocupado un poco del asunto sabemos que ¨¦l fu¨¦ el h¨¦roe de ese d¨ªa (no en vano recibi¨® el "Memorial David A. Sowles", concedido por el Club Alpino Estadounidense por su hero¨ªsmo y dedicaci¨®n al rescatar a cuatro escaladores perdidos durante esa expedici¨®n). Krakauer escribe muy bien pero no cuenta las cosas como son y acusa a Boukreev de varias de las muertes pero conviene hacerse las siguientes preguntas:
?cuantos murieron de la expedici¨®n de la que ¨¦l era gu¨ªa? S¨®lo uno, su jefe! (ninguno de los clientes sufri¨® da?os permanentes ni amputaciones...)
?cuantos murieron de la expedici¨®n en la que estaba Krakauer? Cuatro (el jefe, un gu¨ªa y dos clientes, incluyendo la japonesa...) y varias amputaciones (Beck Weathers...)
Boukreev hizo SU trabajo jug¨¢ndose la vida varias veces.
P.D: Me encantar¨ªa subir al Everest...pero el K2, eso S? es La Monta?a...
El Everest se ha convertido en una atracci¨®n tur¨ªstica, para m¨ª, sin inter¨¦s ninguno. Si quer¨¦is saber de monta?ismo leed a Reinhold Messner.
Lei el libro en su idioma original y es muy bueno, es recomendable a pesar de que sus opiniones se transgiversan al dirigir su culpabilidad y frustraci¨®n, contra un Ruso de otra expedici¨®n que no habla bien ingles , lo cual lo hace en el mercado estadounidense un antagonista por excelencia. Este impulso comercial (no tecnico) demerita el punto de vista de Krakauer, aun asi es emocionante el libro.
Buen art¨ªculo, pero coincido con otras opiniones, este libro es muy discutido en su ambiente, y refutado con pruebas, en materia de como sucedieron las cosas, ya que Krakauer se quita responsabilidades que aparentemente le correspond¨ªan cumplidamente. El otro, Into the wild, no profundiza sobre detalles imprescindibles de la expedici¨®n de McCandless, una muerte in¨²til, carente de romanticismo, un canto a la falta de preparaci¨®n, la soberbia, y hasta una imprudencia evidente, y lo convierte en un idealista, en vez de lo que realmente era. Los libros est¨¢n excelentemente escritos, es cierto, y son muy atractivos.
Subir al Everest de turista, con una empresa ,me parece una aberraci¨®n moderna m¨¢s, como la de pagar por matar elefantes en africa , me parece asqueroso.Y si la monta?a se cobra sus victimas ... A los que nos gusta el monte no nos hace falta ir al Everest , y m¨¢s a¨²n para contarlo despu¨¦s.No se deber¨ªa aplicar el esp¨ªritu de competici¨®n dichoso al monta?¨ªsmo, no tiene nada que ver. Y diciendo esto todas las empresas que se dedican a eso, est¨¢n equivicadasMi opini¨®n
Este libro es de la editorial RBA o de Ediciones Desnivel ??Gracias por aclararme el dato si alguno tiene f¨ªsicamente le libro.Saludos
Pienso que los apasionados de la monta?a, podemos disfrutar con monta?as mas bajas, sin necesidad de jugarse la vida de esa manera. Muchos que se han iniciado en montes mas altos de 5000, me dicen que no de ese paso, que sigua con mis dos, tres cuatro y hasta cinco miles, pero que de ah¨ªa no pase. Creo que es una buena idea.
Efectivamente el libro "Everest 1996" est¨¢ contado por Bukreev y es bueno conocer el otro punto de vista. Sobre todo porque Krakauer no es un monta?ero experto y hace una feroz cr¨ªtica sobre el ruso, cuando este hizo una aut¨¦ntica obra de heroicidad al jugarse la vida varias veces para salvar muchas vidas. De hecho, varios son los alpinistas que apoyan al ruso. De hecho, si no recuerdo mal, al a?o siguiente le dieron un prestigioso premio de alpinismo por su valent¨ªa en este caso.
Gracias a todos por los comentarios y las recomendaciones. Para Adri¨¦n: la primera edici¨®n en espa?ol es de Ediciones B, de 1999; la ¨²ltima, de Ediciones Desnivel (2008). Ambas, traducidas por Luis Murillo Fort.
Gracias a todos por los comentarios y las recomendaciones. Para Adri¨¦n: la primera edici¨®n en espa?ol es de Ediciones B, de 1999; la ¨²ltima, de Ediciones Desnivel (2008). Ambas, traducidas por Luis Murillo Fort.
Coincido con todos en que el libro de Krakauer (m¨¢s escritor que monta?ero) est¨¢ muy bien escrito. Tambi¨¦n hay que leer el del ruso Broukeev (mejor monta?ero que escritor) para ver la otra versi¨®n. Hay muchos libros muy buenos y bien escritos de monta?ismo: "K2. El nudo infinito" de K. Diemberger sobre la tragedia en el K2 diez a?os antes de la del 1996 en el Everest, ¡°Los conquistadores de lo in¨²til¡± de L. Terray, ¡°La monta?a desnuda¡± y ¡°La monta?a imposible¡± de R. Messner sobre el Nanga Parbat y el Cerro Torre respectivamente, etc, etc.. Pero hay un librito (por el tama?o, no por la calidad) que a m¨ª me impresion¨® mucho cuando lo le¨ª de peque?o, que cuenta, entre otras, la tragedia de una cordada de j¨®venes alpinistas en 1936 (curiosamente el 18 de Julio) cuando intentaron escalar la Cara Norte del Eiger. El libro es ¡°Los tres ¨²ltimos problemas de los Alpes¡± (re-editado por Desnivel Ediciones) de Anderl Heckmaier, quien finalmente conquistar¨ªa la Eigerwand dos a?os despu¨¦s resolviendo el ¨²ltimo de los problemas. Muy recomendable para todos los amantes de la monta?a y para los que se inician.Tambi¨¦n hay muy buenos libros de monta?a escritos por alpinistas espa?oles, Juanjo San Sebasti¨¢n, Fernando Garrido, C¨¦sar P¨¦rez de Tudela¡A pesar de que por esos libros parece que monta?a va indefectiblemente unida a tragedia, los que hacemos monta?a, y la leemos, sabemos que esas experiencias que narran son actividades al l¨ªmite del ser humano y por ello a veces acaban en tragedia.Enhorabuena al autor del blog por promocionar la lectura de monta?a.ms.
Para subir al everest es fundamental estar preparado tanto f¨ªsica, mental e intelectualmente, para poder lograr llagar hasta el final.
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Me olvidaba comentar que la banalizaci¨®n tambi¨¦n viene dada porque hoy en d¨ªa hay mas gente con tiempo libre y eso empuja a mas gente a entrenar. Y una cosa lleva a la otra. Se empieza por dificultades peque?as y se termina subiendo 8000s o bien haciendo maratones y triatlones. D¨¦cadas atr¨¢s muy poca gente ten¨ªa el inter¨¦s/tiempo/dinero como para meterse en una expedici¨®n.
Me olvidaba comentar que la banalizaci¨®n tambi¨¦n viene dada porque hoy en d¨ªa hay mas gente con tiempo libre y eso empuja a mas gente a entrenar. Y una cosa lleva a la otra. Se empieza por dificultades peque?as y se termina subiendo 8000s o bien haciendo maratones y triatlones
Lei el libro en su idioma original y es muy bueno, es recomendable a pesar de que sus opiniones se transgiversan al dirigir su culpabilidad y frustraci¨®n, contra un Ruso de otra expedici¨®n que no habla bien ingles , lo cual lo hace en el mercado estadounidense un antagonista por excelencia.
Pensais que esos "turistas" adinerados consiguen hacer cima,aun con todo echo? la respuesta es no...yo tengo a mis espaldas 4miles como mont blank y casi un 6mil como el mulhacen entre otros.Reconozco que mi sue?o es coronar el everest,pero sin aglomeraciones o sea en oto?o..pero eso va para largo...me gustaria hacer el nanga parbat y el annapurna 8 miles y si me quedan ganas y estoy vivo atacare el everest.
Buen art¨ªculo, pero coincido con otras opiniones, este libro es muy discutido en su ambiente, y refutado con pruebas, en materia de como sucedieron las cosas, ya que Krakauer se quita responsabilidades que aparentemente le correspond¨ªan cumplidamente.
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Efectivamente el libro "Everest 1996" est¨¢ contado por Bukreev y es bueno conocer el otro punto de vista. Sobre todo porque Krakauer no es un monta?ero experto y hace una feroz cr¨ªtica sobre el ruso, cuando este hizo una aut¨¦ntica obra de heroicidad al jugarse la vida varias veces para salvar muchas vidas.
Verdaderamente tienes que leer "The Climb" por Anatoli Boukreev, especialmente la corta conclusi¨®n del gran fot¨®grafo y escritor Galen Rowell. Desafortunadamente Anatoli muri¨® el a?o siguiente en el Annapurna y no est¨¢ para seguir defendi¨¦ndose aunque los que nos hemos preocupado un poco del asunto sabemos que ¨¦l fu¨¦ el h¨¦roe de ese d¨ªa (no en vano recibi¨® el "Memorial David A. Sowles", concedido por el Club Alpino Estadounidense por su hero¨ªsmo y dedicaci¨®n al rescatar a cuatro escaladores perdidos durante esa expedici¨®n). Krakauer escribe muy bien pero no cuenta las cosas como son y acusa a Boukreev de varias de las muertes pero conviene hacerse las siguientes preguntas
Pero hay un librito (por el tama?o, no por la calidad) que a m¨ª me impresion¨® mucho cuando lo le¨ª de peque?o, que cuenta, entre otras, la tragedia de una cordada de j¨®venes alpinistas en 1936 (curiosamente el 18 de Julio) cuando intentaron escalar la Cara Norte del Eiger. El libro es ¡°Los tres ¨²ltimos problemas de los Alpes¡± (re-editado por Desnivel Ediciones) de Anderl Heckmaier, quien finalmente conquistar¨ªa la Eigerwand dos a?os despu¨¦s resolviendo el ¨²ltimo de los problemas. Muy recomendable para todos los amantes de la monta?a y para los que se inician.Tambi¨¦n hay muy buenos libros de monta?a escritos por alpinistas espa?oles, Juanjo San Sebasti¨¢n, Fernando Garrido, C¨¦sar P¨¦rez de Tudela
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Really nice story by you... I love to climb the Mt. Everest.. Even it is very near to me but i have not did it .............
Krakauer cont¨® lo que cont¨®, est¨¢ndo donde estuvo (ya es suficiente desgracia). En las condiciones en la que estuvo, y hay que ser consciente de las dificultadees que ello implica, y m¨¢s a la altura que se est¨¢. Bukreev respondi¨®, y luego tuvo que mediar Messner entre los dos, ya que, como sostuvo muy bien Messner, cada cu¨¢l tiene sus razones, y no le quit¨® raz¨®n alguna a ninguno de los dos. Y eso s¨ª es un hecho constatado. Que Bukreev fue un gran monta?ero, no hay duda. Pero decir que Krakauer no lo es, tampoco es cierto. Fue muy buen monta?ero. Pero vivir algo como lo que fue Everest 96, te deja tocado para los restos. ?O es que acaso el hijo de Tenzing Norgay, que, a saber, particip¨® con IMAX el mismo a?o 96, es mal monta?ero y gu¨ªa por quedar en el campo base cuando se cumplieron 50 a?os de la ascensi¨®n a dicho monte, y no quiso, ni quiere, volver a subir? Me d¨¢ que por aqu¨ª hay mucho escalador imb¨¦cil, la verdad.
Krakauer cont¨® lo que cont¨®, est¨¢ndo donde estuvo (ya es suficiente desgracia). En las condiciones en la que estuvo, y hay que ser consciente de las dificultadees que ello implica, y m¨¢s a la altura que se est¨¢. Bukreev respondi¨®, y luego tuvo que mediar Messner entre los dos, ya que, como sostuvo muy bien Messner, cada cu¨¢l tiene sus razones, y no le quit¨® raz¨®n alguna a ninguno de los dos. Y eso s¨ª es un hecho constatado. Que Bukreev fue un gran monta?ero, no hay duda. Pero decir que Krakauer no lo es, tampoco es cierto. Fue muy buen monta?ero. Pero vivir algo como lo que fue Everest 96, te deja tocado para los restos. ?O es que acaso el hijo de Tenzing Norgay, que, a saber, particip¨® con IMAX el mismo a?o 96, es mal monta?ero y gu¨ªa por quedar en el campo base cuando se cumplieron 50 a?os de la ascensi¨®n a dicho monte, y no quiso, ni quiere, volver a subir? Me d¨¢ que por aqu¨ª hay mucho escalador imb¨¦cil, la verdad.
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Redactor del diario EL PA?S especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colabor¨® como fot¨®grafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras est¨²pidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.