Juegos de ni?os en la Casa Blanca
Los Obama presiden una feria de proyectos cient¨ªficos infantiles El presidente lanza chucher¨ªas desde un peque?o ca?¨®n de juguete
Desde su inauguraci¨®n en 1800 la Casa Blanca ha sido escenario de cumbres pol¨ªticas, reuniones sociales de alto copete, homenajes, cenas y hasta conciertos. Con los Obama se ha convertido, adem¨¢s, en un patio de recreo. El martes, el comandante en jefe de la naci¨®n presidi¨® una feria de proyectos cient¨ªficos, durante la cual lanz¨® chucher¨ªas desde un peque?o ca?¨®n de juguete. Y la primera dama, Michelle, hizo de anfitriona para un popular presentador y comediante, contra quien compiti¨® en todo tipo de juegos infantiles. Entre decisi¨®n pol¨ªtica y recepci¨®n diplom¨¢tica, los Obama tambi¨¦n se divierten.
Ninguna otra primera dama se hubiera atrevido a colocarse dentro de un saco para tomar parte en una carrera por los salones de la Casa Blanca. Ni Laura Bush, ni Hillary Clinton y desde luego tampoco Nancy Reagan o Jackie Kennedy. Solo alguien con la frescura y desenfado de Michelle puede hacerlo sin que parezca que est¨¢ fuera de lugar. Y lo hace adem¨¢s por una causa ben¨¦fica: concienciar a los ni?os y a sus padres de que es bueno apagar la tele y hacer deporte, para luchar contra la obesidad infantil.
Michelle est¨¢ en forma, y as¨ª se lo demostr¨® al presentador Jimmy Fallon, que presenta un programa nocturno en NBC. Hizo flexiones sin pesta?ear. Se contorne¨® con el hula hula. Machac¨® a su contrincante con el bal¨®n prisionero. Y s¨ª, gan¨® en la carrera de sacos. Fallon emiti¨® un reportaje al respecto en su programa el martes por la noche. Al final de ¨¦l, derrotado, le dijo a Michelle: ¡°Ya s¨¦ que es s¨®lo diversi¨®n, que no importa qui¨¦n gane o pierda¡±. Ella respondi¨®, con aire de fingida malicia: ¡°La verdad es que s¨ª que importa¡±.
?Mientras, su marido, el intelectual de la casa, disfrutaba de lo lindo con una feria de 100 proyectos cient¨ªficos llegados de todos los rincones del pa¨ªs. En la Sala del Comedor de Estado, que ha albergado a mandatarios de todo el mundo, el peque?o Joey Hudy, de Arizona, le ense?aba al l¨ªder del mundo libre el ca?¨®n de nubes de algod¨®n que hab¨ªa dise?ado. Hab¨ªa tambi¨¦n robots y hasta detectores nucleares experimentales.
?"Acabo de pasarme un rato examinando algunos de estos proyectos que nos han tra¨ªdo hoy, y debo decir que son muy divertidos¡±, dijo el presidente en conferencia de prensa. ¡°No todos los d¨ªas ve uno robots corriendo por su casa. Aun estoy intentando entender c¨®mo han pasado a trav¨¦s de los detectores de metales. Adem¨¢s tuve la oportunidad de lanzar una nube de algod¨®n desde un ca?¨®n, algo que me ha resultado muy emocionante¡±.
En realidad, el presidente promocionaba con esa feria cient¨ªfica una serie de medidas para fomentar la investigaci¨®n en las escuelas de Norteam¨¦rica. Y es que hasta en eso son diferentes los Obama. Los saraos de los Kennedy, por ejemplo, eran reuniones para adultos. Cuando el presidente los organizaba, en verano, inclu¨ªan largas horas bebiendo daiquiris en la piscina. Para los Reagan, las reuniones sociales significaban vestidos de c¨®ctel y fracs con pajarita. La diversi¨®n de los Obama, por el conrtrario, esconde siempre una intenci¨®n divulgativa.
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