?Tengo motivos para volver?
No s¨¦ muy bien por que raz¨®n me ha dado ahora por ah¨ª. Cuando estoy en un bar o en un restaurante empiezo a preguntarme si existen razones para volver. Me fijo en el ambiente, en la lista de vinos, en la calidad de los productos y, sobre todo, en el punto de algunas especialidades. Busco argumentos para regresar. Pero si tengo que ser sincero, en pocos lugares encuentro motivos para el entusiasmo.
Lo peor es cuando a la media hora no me acuerdo de lo que he comido. Mala se?al. En ese caso algo debe fallar. En los ¨²ltimos a?os con la efervescencia de la cocina de autor esas amnesias pasajeras me suced¨ªan con frecuencia. Ahora que la creatividad se ha vuelto m¨¢s apacible controlo mejor los recuerdos. Si yo fuera cocinero o propietario de un restaurante defender¨ªa a muerte mis platos emblem¨¢ticos, tradicionales o modernos, esas especialidades que a muchos nos incitan a volver.
De golpe, he empezado a pensar en los lugares que yo visitar¨ªa para disfrutar de bocados concretos. Y me ha salido una lista desordenada, salpicada de placeres que tengo dormidos en la memoria. Salvo excepciones, mis sitios favoritos no son precisamente caros o inaccesibles. Almaceno recuerdos de pasteler¨ªas, de tiendas de caramelos, de bares, cafeter¨ªas, restaurantes, casas de comidas e incluso puestos callejeros.
Lugares donde he vivido experiencias que me han entusiasmado. Lo que m¨¢s me ilusiona es pensar que la lista es escueta y me quedan muchas cosas por descubrir. Al restaurante Echaurren (Ezcaray, La Rioja) volver¨ªa a probar sus croquetas y la merluza rebozada; a la Bodega El Capricho (Jim¨¦nez de Jamuz, tierras de La Ba?eza) la cecina de buey;
a Quique Dacosta (Denia), las gambas rojas; a Sag¨¤s (Barcelona) el bocadillo de pan con tomate; a Casa Marcelo (Santiago), el pan y los lomos de sardinas ahumadas; a La Penela (A Coru?a y Madrid) la tortilla de patatas y la ternera asada; a O?Pazo (Madrid) las ostras y las filloas; a Ner¨²a (Bilbao) la ensalada de tomates mini; a Sacha (Madrid), los tu¨¦tanos asados; a Casa Gerardo (Prendes, Asturias) la fabada y el arroz con leche;
a La Tasquita de Enfrente (Madrid) la ensaladilla rusa; a Papabubble (Barcelona) sus caramelos de Coca-Cola; a Casa Solla (Pontevedra) el sufl¨¦ Alaska; a Ca L?Enric (Girona) la becada; a Asador Manix (Valladolid) el lechazo; a Casa Manteca (C¨¢diz) el fiambre de chicharrones; a El Charol¨¦s (El Escorial) el cocido;
a Els Pescadors (Llan?¨¤ en Girona) el suquet; a Moulin Chocolat (Madrid) los macarrons; a pasteler¨ªa Totel el panetonne; al hotel Ampurd¨¢n (Figueres) la ¡°liebre a la royale¡±; a Churrer¨ªa Ram¨®n (Marbella) los tejeringos; a Alhucemas (Sanl¨²car la Mayor, Sevilla) los boquerones fritos; a Casa Jos¨¦ (Aranjuez) las alcachofas; a 33 (Tudela) la menestra; a Rodrigo de la Calle (Aranjuez) los arroces de verduras; a Naveira do Mar (Madrid) la merluza a la gallega; a Fastvinic (Barcelona) el bocadillo de perdiz escabechada; a El Campero (Barbate) el at¨²n de almadraba; a Quimet & Quimet (Barcelona) sus conservas de pescado;
(Continuar¨¢)
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