Los del brindis
Los jueces que se enfrentan a las mafias, como los fiscales y polic¨ªas, est¨¢n solos ante el peligro
Garz¨®n es ya el primer desaparecido de la nueva Contrarreforma, consumado el auto de fe, quemado en estatua, con un per¨ªodo de muerte civil que parece medido con precisi¨®n para imposibilitar su vuelta a la Justicia. De todas las reacciones, hubo dos que me impactaron en especial. La carta de su hija Mar¨ªa, dirigida ¡°a los que brindar¨¢n con champ¨¢n¡±, despu¨¦s de este golpe. Y la exultante alegr¨ªa de la se?ora Aguirre al comentar la sentencia, en gozoso chinch¨ªn pros¨®dico, como si en efecto hubiese estado brindando toda la ma?ana. Se puede comprender el alivio en ciertas esferas porque se quite del medio a un juez ind¨®mito, incorruptible, y encima laborioso. Lo que me causa perplejidad es la inconsciente alegr¨ªa de quienes se ubican en la derecha democr¨¢tica y se reclaman liberales. Garz¨®n no fue un juez sectario. Tuvo agallas para el GAL socialista y para el G¨¹rtel popular. Hasta que se las cortaron. Si Garz¨®n realmente fuese una estrella oportunista hoy ser¨ªa, por lo menos, presidente del tribunal que lo juzg¨®. Si algo ha acreditado es que su ¨²nica ambici¨®n era su trabajo: hacer justicia. Hay en esta historia un calvario personal y familiar, pero su expulsi¨®n es tambi¨¦n una amputaci¨®n colectiva. Se nos ha substra¨ªdo un bien. Y el efecto resulta intimidatorio: esta democracia es m¨¢s vulnerable y cautiva. Los bur¨®cratas triunfan. Escalar¨¢n puestos hasta ser vitalicios. Los jueces que se enfrenta a las mafias, como los fiscales y polic¨ªas, est¨¢n solos ante el peligro. Cualquier persona honrada sabe que Espa?a, a partir del 9-F, est¨¢ m¨¢s indefensa ante la gran delincuencia, las organizaciones criminales, las redes de evasi¨®n y blanqueo, y los poderes ocultos. Ellos son los que brindan. Y no brindan con champ¨¢n, Mar¨ªa. Brindan con agua. Como hac¨ªa el zar cuando quer¨ªa deshacerse de alguien. Si todo el mundo pudiese visualizar ese brindis, los rostros de quienes brindan, hasta los mudos hablar¨ªan.
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