Llamas en Atenas
El Parlamento griego, divorciado de la calle, aprueba los recortes exigidos por la UE y el FMI
Mientras el Parlamento griego aprobaba la medicina amarga que le presentaba el Gobierno de coalici¨®n del tecn¨®crata Lukas Papademos, la calle se inflamaba. Pero incluso este sacrificio de nuevos recortes no bastar¨¢ para que el FMI y la UE den luz verde ma?ana a 130.000 millones de euros para que Grecia pueda hacer frente a sus deudas. Los socios europeos, con Alemania a la cabeza, exigen pruebas fehacientes, por escrito, de que esta vez Grecia cumplir¨¢ y no se echar¨¢ atr¨¢s tras las elecciones de abril. Y a¨²n queda por determinar de d¨®nde saldr¨¢n 325 millones de los 3.300 millones de recortes, ante la negativa griega a reducir las pensiones.
?Aunque obra de una minor¨ªa, las violentas manifestaciones en Atenas, desatadas mientras el Parlamento debat¨ªa y votaba, reflejan que la capacidad de los griegos de asumir sacrificios est¨¢ llegando a su l¨ªmite. As¨ª lo han entendido tambi¨¦n 43 diputados que decidieron votar en contra del nuevo paquete de austeridad, y que por ello han sido expulsados de sus respectivos partidos. De hecho, el Gobierno gan¨® la votaci¨®n en el Parlamento por 199 votos a favor, 74 en contra y 27 abstenciones o ausencias. Est¨¢ por ver el impacto de esta extrema austeridad en las elecciones, en las que pueden salir da?ados los partidos de centro y crecer los extremos y los populismos.
Sin embargo, otro resultado hubiera sido un desastre para Grecia y para los mercados europeos y mundiales. Grecia no tiene otro remedio que transitar por esa v¨ªa. A corto plazo, sin las ayudas de la UE y el FMI se ver¨ªa obligada a declararse en suspensi¨®n de pagos y entrar¨ªa en una recesi¨®n mucho m¨¢s dura que agravar¨ªa las tensiones que vive su sociedad. El camino de salirse del euro, que ha se?alado estos d¨ªas el ministro alem¨¢n de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, no es tampoco una opci¨®n para Grecia, en el caso de que fuera jur¨ªdicamente posible. Como han apuntado algunos estudios, tan dr¨¢stico paso podr¨ªa suponer la p¨¦rdida de hasta un 50% de su PIB, sin beneficio alguno que compensase ese brutal coste. Adem¨¢s, romper¨ªa un tab¨² y sentar¨ªa un precedente que desestabilizar¨ªa el conjunto de la eurozona, pues se abrir¨ªa la carrera especulativa para una salida de Portugal, Irlanda y qui¨¦n sabe si de otros, como Espa?a e Italia.
Pero la realidad es que Grecia no va a poder cumplir, porque las exigencias a las que se ve sometida agravan el abismo de la recesi¨®n en el que ha ca¨ªdo, lo cual ahonda a su vez su d¨¦ficit. Lo ocurrido en las calles de Atenas, ocupadas por unos 100.000 manifestantes y devastada por unos violentos que han incendiado varios edificios, refleja un peligroso divorcio entre la calle y la pol¨ªtica.
Grecia hizo trampas en sus cuentas y desconoce el rigor impositivo. Por eso necesita todo un cambio de cultura para salir del atolladero en el que se ha metido a s¨ª misma y a Europa. Pero tama?a mutaci¨®n requiere tiempo, liderazgo y comprensi¨®n.
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