La moda del socio expiatorio
Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, expresidente de la CEOE, tambi¨¦n culpa de los desmanes a su colaborador
Este hombre de casino provinciano, ce?udo casi siempre, que un d¨ªa pidi¨® poner el capitalismo entre par¨¦ntesis, se llama Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n y fue presidente de la patronal CEOE durante m¨¢s de tres a?os. Antes de que saltara la liebre de la quiebra de su empresa (el grupo Marsans) se especializ¨® en fabricar frases para la posteridad, como la admirativa ¡°?Es lo mejor que tenemos!¡± (sin especificar en qu¨¦), dedicada a Esperanza Aguirre; y despu¨¦s de la quiebra asombr¨® al mundo y a los viajeros que dej¨® en tierra su compa?¨ªa a¨¦rea asegurando que ¨¦l no hubiera volado con su empresa. Como Groucho Marx, pero con la gracia de un herpes. Pues bien, el fiscal acaba de pedir 28 meses de prisi¨®n para este empresario y su socio, Gonzalo Pascual, m¨¢s una multa conjunta de 99 millones. ?Cargos? Pues impago del impuesto de sociedades en la operaci¨®n de compra de Aerol¨ªneas Argentinas. No es la ¨²nica causa abierta contra D¨ªaz Ferr¨¢n, as¨ª que en los pr¨®ximos meses descubriremos otras maravillas ocultas.
Los lectores de provecho ya habr¨¢n observado lo que hizo (presuntamente) don Gerardo con el impuesto de sociedades; tampoco se les habr¨¢ escapado que el presidente del Gobierno repiti¨® hasta la saciedad (y hasta que la escualidez de las cuentas p¨²blicas se impuso al discurso de la fantas¨ªa) que bajar¨ªa dos puntos el tipo de sociedades con el fin de crear empleo. Atenci¨®n, pregunta: ?cu¨¢nto empleo se habr¨ªa creado con la rebaja de un impuesto que no se paga (o casi)? El mundo de D¨ªaz Ferr¨¢n, real como el (presunto) fraude mismo, y el universo prefabricado de lugares comunes sobre el que se asienta la pol¨ªtica econ¨®mica del PP, tan distintos en apariencia, son el mismo; pero el primero es para consumo interno y el segundo para exportar a los votantes.
D¨ªaz Ferr¨¢n es noticia por otro hecho irrefutable: se ha impuesto la moda Urdangarin, la de culpar al socio expiatorio. El entrepreneur que se precie tiene que ir del brazo de un cabeza de turco in pectore. Son muy ¨²tiles porque, como advirti¨® Doc Riedenschneider en La jungla de asfalto de los polis, los jueces y fiscales no son de fiar; en cuanto te descuidas, se ponen del lado de la ley.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.