Benedicto en Am¨¦rica
El Papa visita M¨¦xico y Cuba en un complicado momento pol¨ªtico para frenar el laicismo
Benedicto XVI comenz¨® el viernes su primera visita como cabeza de la Iglesia a M¨¦xico y Cuba. Aunque por razones distintas, no era un viaje f¨¢cil en ninguno de los dos pa¨ªses. En M¨¦xico, por la proximidad de las pr¨®ximas elecciones presidenciales y por el esc¨¢ndalo de los abusos a menores cometidos por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel. En Cuba, porque la transici¨®n pol¨ªtica parece estancada en el mismo punto donde se encontraba durante la visita de Juan Pablo II, hace casi tres lustros.
Joseph Ratzinger estaba al frente de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe cuando se plantearon las primeras denuncias por los abusos que Maciel cometi¨® en M¨¦xico, y su actitud result¨® decisiva para impedir la investigaci¨®n. Las v¨ªctimas solicitaron ser recibidas durante este viaje, pero Benedicto XVI las excluy¨® de su agenda, consciente de que, en este caso, no se pod¨ªa mantener la versi¨®n de que la Iglesia como instituci¨®n, y ¨¦l como su m¨¢ximo representante, actuaron tan pronto tuvieron noticias de los abusos. En realidad, lo hicieron cuando el esc¨¢ndalo no pudo mantenerse oculto.
La visita a Cuba tiene en com¨²n con la de M¨¦xico el intento de afianzar la presencia de la Iglesia cat¨®lica en momentos muy significativos. M¨¦xico tiene pendiente una reforma constitucional que podr¨ªa revisar el laicismo, y de la que Ratzinger espera obtener la posibilidad de que la Iglesia entre en el sector de la educaci¨®n; Cuba, por su parte, sigue a la espera de saber qu¨¦ suceder¨¢. La jerarqu¨ªa cat¨®lica ha desempe?ado durante los ¨²ltimos a?os un papel decisivo en la excarcelaci¨®n de presos pol¨ªticos, y conf¨ªa en que estos esfuerzos se traduzcan en alg¨²n g¨¦nero de protagonismo cuando se inicie la siempre demorada transici¨®n. El problema es que el r¨¦gimen cubano ha conseguido en todo momento utilizar el di¨¢logo humanitario con la Iglesia como barrera para impedir el di¨¢logo pol¨ªtico.
En la estrategia dise?ada por la diplomacia vaticana, el viaje papal a las Am¨¦ricas deber¨ªa servir para contrarrestar lo que percibe como una expansi¨®n del laicismo. En M¨¦xico, el esc¨¢ndalo de la pederastia pone en cuesti¨®n el ascendiente moral que esta estrategia deseaba transformar en influencia pol¨ªtica con la vista puesta en la reforma constitucional. En Cuba, la aproximaci¨®n humanitaria parece agotada ante la asfixiante par¨¢lisis pol¨ªtica.
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