Mano a mano decepcionante
Aunque la plaza registra una gran entrada, m¨¢s de 10.000 almas en la piedra y nada, la suerte estuvo en alg¨²n otro lado, lejos de Las Ventas No hubo atisbos de toreo m¨¢s que en alg¨²n detalle suelto
El festejo estaba llamado a cambiar el rumbo de la fiesta. Ante las amenazas que cada vez con m¨¢s frecuencia sufren las corridas de toros, carteles como el que se anunciaba en esta fecha tan taurina serv¨ªan para generar ilusi¨®n en el aficionado. Poco import¨® que a eso del mediod¨ªa, poco despu¨¦s del apartado, un grupo de antitaurinos hiciera una representaci¨®n sat¨ªrica con sangre simulada y una se?ora casi desnuda para escenificar el dolor que sufren los animales. Cuando se siente el veneno de la afici¨®n por dentro es f¨¢cil encontrar un motivo para ir de nuevo a la plaza.
Ser aficionado a los toros es, cada vez m¨¢s, parecido a convertirse en un lud¨®pata. Ese que un buen d¨ªa apost¨® al rojo y le toc¨®. El que vio, aunque solo fuera por un instante, torear de verdad, anhela repetirlo. Ese que se arrebat¨® en el tendido, ese ya est¨¢ condenado. No le queda otra que apostar una y otra vez, pero muy pocas veces la bolita se para en la combinaci¨®n deseada. Esta tarde la plaza registr¨® una gran entrada, m¨¢s de 10.000 almas en la piedra y nada, la suerte estuvo en alg¨²n otro lado, lejos de Las Ventas. No hubo atisbos de toreo m¨¢s que en alg¨²n detalle suelto.
Plaza de toros de Las Ventas. Corrida del Domingo de Ramos. La mitad del aforo cubierto. Cinco toros de la ganader¨ªa de Jandilla y uno, segundo, de Vegahermosa, correctos de presentaci¨®n, nobles, justos de fuerzas y algo parados.
Iv¨¢n Fandi?o: silencio, silencio y saludos tras aviso.
David Mora: palmas, silencio y silencio tras aviso.
El mano a mano entre Iv¨¢n Fandi?o y David Mora ten¨ªa todos los ingredientes para funcionar. Para empezar una ganader¨ªa de las que no suelen oler los modestos, Jandilla. Para seguir, la televisi¨®n, Digital +, para ellos solitos, para mostrar sus virtudes a todo el planeta taurino. Los dos coletas han tomado la senda de torear tanto como les han ofrecido, en Espa?a o en Am¨¦rica, y mantener una constancia envidiable.
Ni Fandi?o ni Mora son figuras todav¨ªa, pero est¨¢n en el camino. El domingo de Ramos iba a ser el pelotazo final pero se quedaron a las puertas. En parte por la corrida, aunque noble fue algo floja, y en parte, por la falta de ambici¨®n. Los diestros no terminaron de apostar, de decir ¡°si el toro no embiste, embisto yo¡±, de tener solo dos puertas en la cabeza, la grande o la de la enfermer¨ªa. Les faltaron ganas para convertir en un injusticia cada vez que su nombre no aparezca en una feria... En definitiva, falt¨® una dosis extra de ambici¨®n. Es f¨¢cil decirlo desde el tendido, pero eso es precisamente lo que marca la diferencia entre ellos, los que quieren copar los primeros puestos del escalaf¨®n y aquellos que se conforman con sumar alguna que otra tarde.
Este cartel ya se dio el pasado Oto?o. Entonces el error fue la corrida de Gavira, peor todav¨ªa que la de esta segunda edici¨®n. Es dif¨ªcil que la empresa y la afici¨®n se presten a un tercer intento. Tanto Mora como Fandi?o quiero poner emoci¨®n, Fandi?o calent¨® la tarde con su recibo a portagayola, por gaoneras, en el primero, un poco m¨¢s all¨¢ de las rayas de picar. Hubo, en general, un buen uso del estoque. Mora se pas¨® cerca al astado en un quite por chicuelinas. Aunque se sumen todos estos momentos de inter¨¦s no dan un salgo positivo para una tarde que ten¨ªa que haber marcado el rumbo de la temporada, que iba a renovar el escalaf¨®n, traer ox¨ªgeno y un mont¨®n de bondades que han terminado en el desolladero de los sue?os perdidos.
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