Presupuesto depresivo
El ajuste en 2012 es una obligaci¨®n inmediata, pero es necesaria una estrategia de reactivaci¨®n
Casi todos los detalles del Presupuesto del Estado para 2012 conocidos ayer confirman la voluntad del Gobierno de centrar su pol¨ªtica econ¨®mica ¨²nica y exclusivamente en el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit fijado por Europa (5,3% del PIB) y olvidar, quiz¨¢ solo circunstancialmente, cualquier intento de reanimar la econom¨ªa. El Presupuesto retrata con crudeza, sin matices, la situaci¨®n de una econom¨ªa p¨²blica que, despu¨¦s de a?os de prosperidad, ha ido perdiendo margen de maniobra paulatinamente desde 2009 y hoy se encuentra en una situaci¨®n de pobreza. Los perfiles del retrato son inmisericordes: la financiaci¨®n de la investigaci¨®n desciende el 34%, la inversi¨®n en infraestructuras cae a la mitad de lo presupuestado en 2010, las partidas sociales se desploman (el dinero para pol¨ªticas de empleo se reduce en el 21%) o simplemente se declaran en v¨ªas de extinci¨®n, como el recorte a la partida contra la violencia machista y las becas, que sufren un recorte de m¨¢s de 160 millones.
El Presupuesto es depresivo y refleja con cierta exactitud la situaci¨®n de angustia que se ha instalado en la econom¨ªa espa?ola. Confirma adem¨¢s que los Gobiernos tienden a recortar sin demasiada finura, sea porque no saben o sea porque no pueden cortar gastos sin ir al bulto. Las pol¨ªticas sociales, la inversi¨®n en cultura, parte de las ayudas a la educaci¨®n resultan gravemente afectadas para este a?o. Desaparecen, sin m¨¢s, los compromisos de inversiones regionalizadas previstos en los estatutos de autonom¨ªa. Pero estas cuentas p¨²blicas plantean preocupaciones inmediatas. La primera es de orden pr¨¢ctico. En t¨¦rminos prudentes, parece poco probable que con este Presupuesto se pueda reducir el d¨¦ficit en tres puntos del PIB (salvo contabilidad creativa). A pesar de los parabienes europeos, que suenan m¨¢s a gritos de ¨¢nimo que a c¨¢lculos fundados, el mensaje del ajuste expresado en el Presupuesto pierde contundencia por la ausencia de una subida cre¨ªble de impuestos (IVA) y una recesi¨®n que se prolongar¨¢ al menos durante los pr¨®ximos cinco trimestres.
El presidente del Gobierno ha planteado el recorte presupuestario en t¨¦rminos de ultim¨¢tum: ¡°El ajuste es la ¨²nica v¨ªa para evitar la intervenci¨®n¡±. Si lo que teme Rajoy es una intervenci¨®n como la que han sufrido Grecia, Irlanda o Portugal, debe advertir que, dada la compleja situaci¨®n de la econom¨ªa mundial y de los mercados financieros, la austeridad presupuestaria no es condici¨®n suficiente para evitarla. La l¨ªnea que separa a la pol¨ªtica de austeridad de la intervenci¨®n se llama capacidad de crecimiento econ¨®mico. El Presupuesto ayer detallado responde a una preocupaci¨®n l¨®gica por el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit; pero implica una contracci¨®n adicional del PIB de tres d¨¦cimas. Es decir, en lugar de la contracci¨®n del PIB del 1,7% prevista oficial, probablemente se llegar¨¢ al -2% este a?o.
La experiencia de esta crisis demuestra que los mercados financieros, incluso tranquilizados por la inundaci¨®n de liquidez que vence en 2015, exigen de entrada estabilidad presupuestaria, pero no tardan en argumentar que la incapacidad para crecer impide la devoluci¨®n de las deudas. Con lo cual el remedio pasa a convertirse en causa de la enfermedad. De ah¨ª que convenga despejar cuanto antes la duda esencial sobre la actual pol¨ªtica econ¨®mica: ?tiene el Gobierno alguna estrategia de recuperaci¨®n de la actividad y el empleo? Si un ajuste de 3 puntos en 2012 es dif¨ªcil de conseguir y ahonda dolorosamente en la recesi¨®n, el adicional que deber¨¢ poner en marcha en el Presupuesto de 2013, para bajar el d¨¦ficit al 3%, prolongar¨¢ la traves¨ªa del desierto. Dicho est¨¢: la pol¨ªtica de ajuste es una obligaci¨®n inmediata; pero la de reactivaci¨®n econ¨®mica, aunque implique subida de impuestos, es imprescindible.
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