Recortes de la ayuda: ?ha hecho Espa?a lo mismo que otros pa¨ªses?
Fotograf¨ªa de Jorge Mata
Es posible que la lucha contra la pobreza no ayude a ganar muchas elecciones, pero sin duda supone un empuj¨®n para las relaciones exteriores de los pa¨ªses donantes y un modo inteligente de perseguir intereses propios en asuntos como la salud global, el cambio clim¨¢tico o las migraciones. Al menos eso es lo que han entendido los pa¨ªses miembros de la OCDE que, en medio de recortes generalizados del gasto p¨²blico, se cuidaron de que los presupuestos de la ayuda no sufriesen un castigo mayor que otras partidas.
Todos menos Espa?a, cuyo Gobierno acaba de encoger su compromiso e influencia internacional al incinerar los programas de cooperaci¨®n (50% total y 70% en el caso de la AECID).
De acuerdo con los datos m¨¢s recientes del Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo -que fueron presentados hace pocos d¨ªas-, la ayuda global alcanz¨® en 2011 los 133.500 millones de d¨®lares, un 3% menos que en 2010. Si tenemos en cuenta que la mitad de esta ca¨ªda corresponde al anterior recorte de la ayuda espa?ola, la cooperaci¨®n internacional se bandea con dignidad en medio de un hurac¨¢n de ajustes del gasto.
Los 'hooligangs' fiscales del Ministerio de Hacienda argumentar¨¢n que las cifras globales se sostienen gracias a los pa¨ªses que se han visto menos afectados por la crisis, como los n¨®rdicos o Alemania. En parte, esto es cierto. Pero un vistazo a las cifras de la OCDE para 2011 sugiere que incluso los pa¨ªses con crecimiento muy bajo o negativo actuaron de forma diferente a Espa?a. Jap¨®n (con un -0,6% de crecimiento) redujo algo (11%) sus partidas en 2011 tras el importante incremento del a?o anterior; Holanda (-0,2%) decidi¨® un recorte suave de los recursos (6%)... para quedarse fija en el 0,75% de la AOD/PIB; y Estados Unidos y Gran Breta?a mantuvieron sus programas, en este ¨²ltimo caso con un compromiso de alcanzar el 0,7% del PIB en 2015.
Italia -por utilizar un ejemplo que encontrar¨¢n m¨¢s cercano- vio c¨®mo el ¨²ltimo a?o su econom¨ªa ca¨ªa un 0,4% pero su AOD se incrementaba un 33%. Aunque buena parte de este aumento corresponde a operaciones de condonaci¨®n de deuda y a la atenci¨®n de los refugiados del norte de ?frica, el nuevo Gobierno lanz¨® un mensaje claro cuando puso al frente a la cooperaci¨®n italiana a un ministro de gran prestigio en el mundo del desarrollo. Como en Espa?a, pero al rev¨¦s.
El esfuerzo por combinar lo correcto con lo inteligente no se limita a los pa¨ªses m¨¢s ricos. Las econom¨ªas emergentes contin¨²an incrementando su peso en los debates globales gracias a una eficaz combinaci¨®n de comercio, iniciativa pol¨ªtica y cooperaci¨®n internacional. Aunque en estos casos los n¨²meros son resbaladizos, The Economist calcula que Brasil destina a la ayuda unos 4.000 millones de d¨®lares anuales, China un m¨ªnimo de 1.900 millones e India ha planificado al menos 11.300 millones para los pr¨®ximos siete a?os. Mientras tanto, luchan contra las monumentales bolsas de pobreza de sus propios pa¨ªses, que dejan la situaci¨®n espa?ola en un cuento de Disney.
Cada uno de estos n¨²meros refuerza la idea de que el Gobierno espa?ol ten¨ªa otras opciones. El recorte de la ayuda implica decisiones estrat¨¦gicas con respecto al futuro de la pol¨ªtica exterior, en las que la cooperaci¨®n internacional y las pol¨ªticas de desarrollo juegan un papel menor. Como veremos en pr¨®ximas entradas, son decisiones importantes que no han sido sometidas a un debate p¨²blico en condiciones.
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