Ni uno m¨¢s

Queridas viudas y hu¨¦rfanos de la selva, la sabana, las estepas y dem¨¢s enclaves naturales en donde sol¨¦is intentar sobrevivir a la maldad de los hombres prepotentes y est¨²pidos:

Por razones obvias de falta de transparencia carezco de datos para conformar el elenco de bajas que la m¨¢s alta autoridad institucional de este pa¨ªs ha causado deliberadamente a vuestras familias. S¨¦ de osos, de elefantes, de bisontes, de b¨²falos, de tigres... Pero no tengo la lista completa, aunque puedo imaginarla. Dada la edad avanzada del sujeto, que empez¨® a disparar muy joven, y que no se le conocen errores desde aquel en el que se llev¨® por delante a su hermano, es muy posible que mientras nosotros, aqu¨ª, nos debatimos en una crisis terrible, vosotros, ah¨ª, todav¨ªa sig¨¢is llorando la desaparici¨®n, por un tiroteo criminal y cobarde, de vuestros seres queridos. Sobre todo los elefantes, que ten¨¦is tan buena memoria. Sabed que la mayor¨ªa de los espa?oles sufrimos por vuestras p¨¦rdidas.

Sabed tambi¨¦n que no nos produce el menor alivio el hecho de que la ¨²ltima cacer¨ªa de los vuestros le fuera pagada a nuestro monarca titular ¡ªno moral: esto no es la selva, ni ¨¦l es el Rey Le¨®n¡ª por un millonario saud¨ª de origen sirio, perteneciente a esa otra fauna de gentes adineradas que ¨¦l frecuenta, en este caso sacrific¨¢ndose estrictamente por ?Espa?a! Sabed que estamos avergonzados, abochornados, indignados y hasta la cresta de tanta miseria ¨¦tica y est¨¦tica, y que os acompa?amos en el sentimiento.

Os pedimos disculpas. Si la caza debi¨® desaparecer con el Neol¨ªtico, la Monarqu¨ªa deber¨ªa desaparecer ahora. Haremos lo posible. Entretanto, es mejor que os pong¨¢is a salvo en cuanto divis¨¦is a un anciano rubio y coloradote que cojea. Es letal y va armado.