Traje de faena

Con estos cambios de tiempo me duelen hasta los huesos. Esto va a ser la osteoporosis menop¨¢usica esa, ?qu¨¦ te juegas? Como llevo a leche desnatada desde el destete, tengo el calcio por los suelos y ya no me lo levanta ni Monereo, el mago del lifting. Como lo primero que cascas es la cadera, voy a pedir hora con ?ngel Villamor para que me vaya tomando medidas, ?ser¨¢ por pr¨®tesis? Qu¨¦ nombre m¨¢s bien puesto, como de Adonis pijo, el del cirujano ¨¢ulico. Qu¨¦ facha, qu¨¦ mata de pelo, qu¨¦ manos que salvan esqueletos. Casado no s¨¦, pero el doctor est¨¢ ca?¨®n hasta con esa bata blanca y esa corbataza nudo Windsor que se gasta para informar a la prensa.

Hablando de uniformes, la que se puso el traje de faena para hacerle la visita del m¨¦dico al marido fue la Reina. Yo tambi¨¦n vengo en ch¨¢ndal al curro cuando tengo por delante un d¨ªa de perros. Pero como ella trabaja de cara al p¨²blico, se coloc¨® un traje pantal¨®n vaquero para ir arreglada pero c¨®moda. Con chaqueta armada, raya planchada a tiral¨ªneas, bandolera y salones a juego, y el tiro m¨¢s alto que la cabeza, que una soberana tiene que ir erguida y conjuntada aunque la procesi¨®n vaya por dentro. Almorzaron juntos el men¨² de la cl¨ªnica, matar¨ªa por haber visto esa comida. Apuesto a que lo ¨²nico blando en esa cumbre fue la dieta. ?l tom¨® solomillo, para eso es carn¨ªvoro de toda la vida. Ella, una merluza a la plancha para mantener el tipo, aunque para m¨ª que lleva tragando sapos hace siglos, por mucho que presuma de vegetariana.

Que todo ¡°fenomenal¡±, y que el Rey tiene ¡°buen apetito¡±, declar¨® do?a Sof¨ªa, eso es decirlo todo sin decir ni p¨ªo. Dicen que la real pareja est¨¢ de malas y cubre el expediente de cara a la galer¨ªa, paren m¨¢quinas. Anda que no he ido yo de morros con mi leg¨ªtimo a bodas, bautizos y comuniones por los ni?os. Y quien dice los ni?os ¨Ccuando te crecen los enanos y los yernos¨C, dice los s¨²bditos. Todo sea por los herederos.

La que debe estar mordi¨¦ndose la lengua es Letizia, con lo que ha sido ella. Como su cu?ada Elena es Alteza de nacimiento, tiene el cuajo de decir que no ha o¨ªdo nada porque estaba trabajando sin que se le caiga la testa de verg¨¹enza, pero la Princesa lee hasta el prospecto del dent¨ªfrico. Incluso la prensa rosa ha entrado hasta la cocina en el marronazo de palacio como un elefante en una cacharrer¨ªa. Que si la Reina est¨¢ sola. Que si el Rey hace su vida. Que si no s¨¦ qu¨¦ de una rubia alemana con nombre, foto y apellidos. Que se acab¨® el misterio, vamos. El futuro de la Corona no s¨¦, pero lo que est¨¢ claro es que se ha abierto la veda informativa y hay una estampida que r¨ªete t¨² de la de Tarz¨¢n de la selva.

Personalmente, yo a todo esto me quedo con Hillary Clinton, otra que trag¨® quina en su d¨ªa. Ten¨ªas que verla de secretaria de Estado del Imperio d¨¢ndolo todo con sus esbirras en una disco de Cartagena de Indias. Dicen que era salsa, pero yo jurar¨ªa que lo que bailaba Hilaria era It¡¯s raining men, el himno global de las solteras, separadas y viudas si no de cuerpo, s¨ª de esp¨ªritu. Hay vida despu¨¦s de las crisis de pareja hasta para las primeras damas. ?Ser¨¢ por t¨ªos?