El desaf¨ªo del 15-M
El control policial de las protestas y el repliegue pol¨ªtico amenazan el futuro de este movimiento
La ausencia de una estructura institucional que represente al movimiento de los indignados ¡ªtambi¨¦n denominado 15-M o Democracia Real Ya (DRY)¡ª no ha impedido que, un a?o despu¨¦s de su aparici¨®n en la escena p¨²blica, esta rebeli¨®n ciudadana siga viva y se haya convertido, de una manera u otra, en un referente pol¨ªtico. El revulsivo que supusieron las manifestaciones y acampadas de mayo de 2011 ha impregnado los programas electorales de todos los partidos y sus ecos han traspasado fronteras. Con el precedente de la primavera ¨¢rabe, las sociedades acomodadas de medio mundo, especialmente concentradas en Europa y EE UU, vivieron movilizaciones similares inspiradas en los mismos anhelos de regeneraci¨®n de la pol¨ªtica y un m¨¢s justo reparto de los sacrificios de la crisis. Sobre todo en Espa?a, el pa¨ªs del desempleo juvenil masivo.
Aun sin otorgar a este movimiento el monopolio de las reivindicaciones que abandera, lo cierto es que ha sido capaz de generar un debate p¨²blico sobre la representatividad de las instituciones pol¨ªticas, las leyes electorales, la daci¨®n en pago, la transparencia o el control de las retribuciones de las ¨¦lites profesionales. Con un apoyo mayoritario de la poblaci¨®n ¡ªaunque en descenso, seg¨²n la ¨²ltima encuesta de Metroscopia¡ª, este difuso movimiento es una expresi¨®n de las aspiraciones de una poblaci¨®n golpeada por el repentino empobrecimiento y los recortes sociales. Pero ese mismo malestar alienta tambi¨¦n el ascenso de la extrema derecha en algunos pa¨ªses, lo cual puede privarles de simpat¨ªas sociales y derivar en un repliegue pol¨ªtico que se pretend¨ªa combatir.
Apagados los rescoldos de sus primeros y entusiastas pasos, el Movimiento 15-M se ve obligado a encontrar nuevas v¨ªas de expresi¨®n. Los poderes p¨²blicos no parecen dispuestos a permitir m¨¢s ocupaciones largas de los espacios p¨²blicos, como lo prueba el desalojo policial de las 200 personas que quedaban en la Puerta del Sol, de Madrid, durante la madrugada del domingo, cuya Delegaci¨®n del Gobierno autoriz¨® que la pac¨ªfica concentraci¨®n efectuada all¨ª sobrepasara el horario previsto, pero no que se establecieran acampadas. La ausencia de problemas en Barcelona y los peque?os incidentes en otras ciudades completan ese cuadro de relativa tranquilidad. Autoridades e indignados parecen haber aprendido las lecciones del pasado, si bien la suerte de los detenidos en Madrid durante la madrugada del domingo inquietaba a los millares de personas concentradas de nuevo anoche en la Puerta del Sol.
Los indignados poseen una poderosa herramienta: Internet y las redes sociales. Pero su verdadera raz¨®n de ser se la otorga una crisis profunda y larga, que est¨¢ aumentando las desigualdades y desposeyendo de poder a las instituciones elegidas democr¨¢ticamente; y que se ceba en especial con las clases trabajadoras, los jubilados y los m¨¢s j¨®venes.
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