Adolescentes en prisi¨®n: toda una vida
En Estados Unidos siguen condenando a cadena perpetua a menores de edad. En estos momentos 2.500 cumplen dicha pena, a la que fueron condenados antes de cumplir la mayor¨ªa. De ellos, en torno al 7% son chicas, unas 175. Muchas han pasado ya m¨¢s de la mitad de su vida en prisi¨®n. Su infancia fue muy dura, su futuro, negro y la forma de juzgarlas, muy injusta.
Jaqueline Mont¨¢?ez es la ¨²nica mujer del Estado de Illinois que cumple cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por un delito que cometi¨® cuando era menor de edad. Este mes cumple 20 a?os en prisi¨®n. En estos momentos la Junta de Revisi¨®n de Presos est¨¢ examinando su caso mientras que una importante campa?a medi¨¢tica se desarrolla en las redes sociales como facebook.para pedir su excarcelaci¨®n.
Jaqueline fue declarada culpable y condenada a cadena perpetua en 1993 acusada de dos asesinatos cometidos el a?o anterior, cuando ten¨ªa 15 a?os. Seg¨²n Amnist¨ªa Internacional a los nueve a?os ya consum¨ªa drogas y alcohol, sufri¨® abusos sexuales durante su infancia y siendo una ni?a acab¨® en una banda callejera rival de la de su padrastro. Se escap¨® de casa en diversas ocasiones y desde los 12 a?os estuvo intermitentemente bajo la custodia de los servicios sociales.
Todas estas circunstancias no se aceptaron como atenuantes en el momento del juicio. De la misma forma que tampoco se tuvo en cuenta que durante el interrogatorio, tras ser detenida, no estaba presente ni su madre ni un asistente social de menores.
Su caso fue juzgado por segunda vez en 1999 y de nuevo fue declarada culpable. El d¨ªa de su 17? cumplea?os fue trasladada a un centro de detenci¨®n de adultos y cuatro meses despu¨¦s, a una prisi¨®n de adultos.
Durante este tiempo ha estudiado la ense?anza secundaria estadounidense y ha completado todos los programas de educaci¨®n disponibles en prisi¨®n. Ahora Jaqueline afirma que ha reflexionado mucho durante este tiempo y ha expresado sus remordimientos a las familias de los dos asesinados.
Pero desgraciadamente Jaqueline no es la ¨²nica y el tratamiento dado por la justicia, tampoco. En todos los casos se ve un denominador com¨²n, ni han sido juzgadas con las suficientes garant¨ªas ni se han tenido en cuenta sus antecedentes.
Christi Cheramie tiene en estos momentos 33 a?os. Fue condenada a cadena perpetua en 1994, con tan s¨®lo 16 a?os. Se le acus¨® de asesinar a la t¨ªa abuela de su novio. Seg¨²n Christi, el asesinato lo cometi¨® ¨¦l, que en ese momento ten¨ªa 18 a?os. El psiquiatra que examin¨® a la chica antes del juicio afirm¨® que se trataba de una joven ¡°deprimida, dependiente e insegura, incapaz de contrariar a su novio¡±, seg¨²n informes de Amnist¨ªa Internacional. Pero al igual que la mayor¨ªa de estas condenadas, su infancia fue dura. Sufri¨® abusos sexuales y a los 13 a?os la internaron en una cl¨ªnica psiqui¨¢trica tras intentar suicidarse en dos ocasiones.
Ahora es otra persona. Ha completado sus estudios agr¨ªcolas e imparte clases en prisi¨®n a otras condenadas, pero desgraciadamente estos cambios de actitud y h¨¢bitos en su vida tampoco son tenidos en cuenta de cara a una posible revisi¨®n de penas.
En 2001, Christi solicit¨® que se retirase su declaraci¨®n de culpabilidad y afirm¨® que, cuando la realiz¨®, no hab¨ªa comprendido en qu¨¦ consist¨ªa el proceso judicial ni qu¨¦ implicaba realmente declararse culpable de homicidio impremeditado. Su solicitud fue rechazada.
¡°En dicho pa¨ªs, una persona menor de 18 a?os no puede votar, comprar bebidas alcoh¨®licas, billetes de loter¨ªa o cigarrillos, ni prestar su consentimiento en la mayor¨ªa de los tratamientos m¨¦dicos, pero s¨ª puede ser condenada a pasar el resto de su vida en prisi¨®n , afirma Aminist¨ªa Internacional en uno de sus informes, Aqu¨ª es donde voy a estar cuando muera. En ¨¦l, insta a las autoridades a prohibir la imposici¨®n de la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a menores de edad y a revisar "los casos de m¨¢s de 2500 personas que actualmente cumplen esta condena a fin de que sean conformes a lo exigido por el derecho internacional¡±.
Tal como afirma dicha organizaci¨®n ¡°no se trata de disculpar los delitos cometidos por menores ni de restar importancia a sus consecuencias, sino de tener en cuenta el especial potencial para la rehabilitaci¨®n y el cambio que tienen los menores infractores¡±, asegura la organizaci¨®n Human Rights Watch que tambi¨¦n afirma que ¡°m¨¢s del 42% de los j¨®venes sentenciados son hispanos, el 32% afroamericanos y el resto blancos¡±.
El senador dem¨®crata por California Leland Yee intent¨® que dicho Estado se uniese al resto del mundo para poner fin a estas sentencias de cadena perpetua para los j¨®venes, pero su iniciativa fracas¨®. Su objetivo es que los tribunales puedan revisar las sentencias de los j¨®venes, diez a?os despu¨¦s de haber sido condenados, y tener as¨ª opciones de salir en libertad en el futuro una vez rehabilitados.
Pero desgraciadamente existen todav¨ªa muchos grupos contrarios a la libertad de estos j¨®venes, como la Asociaci¨®n V¨ªctimas del Crimen Unidas de California y la Asociaci¨®n de Fiscales de California. Argumentan que ¡°las v¨ªctimas no solamente tendr¨ªan que soportar el dolor propio de la p¨¦rdida, sino que se ver¨ªan obligadas a revivir dicho dolor cada vez que el condenado y autor del crimen tuviera un nuevo juicio para ser sentenciado otra vez y, quiz¨¢s, conseguir la absoluci¨®n o una reducci¨®n considerable en su condena¡±.
El pasado mes de marzo, el Supremo de Estados Unidos comenz¨® a estudiar la posible abolici¨®n de la cadena perpetua sin libertad condicional para quienes no tengan delitos de sangre. En esta situaci¨®n se encuentran unos 70 presos, seg¨²n datos de Equal Justice Iniciative. Hay que recordar que este mismo Tribunal aboli¨® en 2005 la pena de muerte para ¨¦stos j¨®venes. Un informe publicado conjuntamente por Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch afirma que 16% de los adolescentes condenados ten¨ªan entre 13 y 15 a?os en el momento de cometer el crimen. ?nicamente los estados de Alaska, Kansas, Kentucky, Maine, Nuevo M¨¦xico, Nueva York, Virginia Occidental y el Distrito de Columbia proh¨ªben la cadena perpetua para los adolescentes.
Hace escasos meses una joven de 18 a?os, Alyssa Bustamante, era condenada a cadena consecutiva de 30 a?os en el condado de Dole, ya que el pasado enero ella se declar¨® culpable de estrangular a su vecina, Elizabeth Olten, de nueve a?os, en un peque?o pueblo al oeste de Jefferson City, cuando tan solo ten¨ªa 15 a?os.
Durante el juicio, esta joven atada de pies y manos con grilletes se puso en pie y mirando a la madre y a los hermanos de la v¨ªctima, antes de escuchar su sentencia, les pidi¨® perd¨®n. ¡°S¨¦ que las palabras nunca ser¨¢n suficientes y jam¨¢s podr¨¢n describir adecuadamente lo mal que me siento por todo esto¡± afirm¨® Alyssa y a?adi¨® ¡°Si pudiera dar mi vida para hacerla volver, lo har¨ªa¡±.
Alyssa fue abandonada por su madre, adicta a las drogas y al alcohol y su padre pas¨® en la c¨¢rcel la mayor parte de su infancia. Seg¨²n el International Business Times, Bustamante ¡°habr¨ªa estado luchando contra la depresi¨®n desde hace a?os". "En una ocasi¨®n intent¨® suicidarse con una sobredosis de analg¨¦sicos, y en varias ocasiones se autolesion¨®, produci¨¦ndose cortes en la piel¡±.
Jaqueline, Christi o Alyssa tendr¨¢n un futuro muy negro en cualquiera de las 38 c¨¢rceles norteamericanas que recluyen a las condenadas siendo adolescentes. Carecen de la posibilidad de conseguir la libertad condicional.
Muchas de ellas tienen depresiones, pensamientos de suicidio, angustia cr¨®nica y sentimientos de intensa soledad. Las condenadas a cadena perpetua no pueden acceder a muchos de los estudios que se imparten en las c¨¢rceles. Sin embargo, la mayor¨ªa busca desesperadamente salidas. Estudian, dan clases a sus colegas de prisi¨®n, maduran y con el paso de los a?os se convierten en mujeres que podr¨ªan integrarse en la sociedad, pero la justicia y la pol¨ªtica les niega todo tipo de esperanza.
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