Excavar para encontrar el cielo

FOTO: Peppe Avallone

Construir el metro de cualquier ciudad italiana debe de ser una de las tareas m¨¢s sorprendentes, gratificantes y desesperantes a las que se puede enfrentar un ingeniero, un arquitecto o un pol¨ªtico. N¨¢poles no ha sido una excepci¨®n. Tal vez por eso, el arquitecto Oscar Tusquets ha querido llevar luz 50 metros bajo tierra para celebrar el encuentro del suelo con el fondo del mar y para alcanzar en las profundidades un cielo estrellado.

Tusquets ha trabajado durante siete a?os en la estaci¨®n Toledo de la l¨ªnea uno. En la esquina que forman la V¨ªa Diaz y la Via Montecalvario, una zona comercial en el centro de la ciudad, arranca un descenso hacia el metro que tiene tanto de escenogr¨¢fico como de invitaci¨®n al viaje. M¨¢s cerca de 20.000 leguas de viaje submarino que de Viaje al centro de la tierra, en la estaci¨®n estalla un espect¨¢culo sorprendente, rom¨¢ntico e imposible a la vez: la celebraci¨®n de la luz en el subsuelo, la conmemoraci¨®n del mar en la tierra y, finalmente, la b¨²squeda del cielo en el infierno.

Maestro de paradojas, Tusquets sabe jugar con las medias verdades de la existencia y as¨ª, de la misma manera que busc¨® a artistas como William Kentridge (que recre¨® las musas de la ciudad), Robert Wilson (que contribuy¨® a convertir en olas los juegos de luz) o Achile Cevoli (que trabaj¨® la idea de una galer¨ªa cubierta), el arquitecto catal¨¢n fue recogiendo tranquilamente los tesoros que la excavaci¨®n iba produciendo. As¨ª, envi¨® una pieza paleol¨ªtica al Museo Nazionale, pero busc¨® la convivencia con un muro levantado en el periodo aragon¨¦s de la ciudad, que ha quedado incorporado a su obra.

?C¨®mo alcanza la luz las profundidades del suelo napolitano? Una serie de conos truncados con secciones hexagonales conduce la luz del d¨ªa hacia el interior al tiempo que dichos conos de acero funcionan como esculturas p¨²blicas en la plaza que cubre la parada de metro. Arte y ciudad, infierno y cielo, agua y aire, los t¨¦rminos se confunden en una estaci¨®n que, m¨¢s all¨¢ de invitar al viaje, constituye en s¨ª misma todo un viaje. ?Pr¨®xima estaci¨®n? Karim Rashid, digo, Universidad, a cargo del dise?ador de origen egipcio.