Escribir de pol¨ªtica es llorar
De las fusiones que han precedido al hundimiento de Bankia, el primer responsable es el Partido Popular
S¨ª, a estas columnas, como a las reuniones de amigos, es menester venir llorados. Llorar en p¨²blico, salvo por la muerte de alguien muy querido, deb¨ªa castigarse con pena de arresto domiciliario, con privaci¨®n de ordenador y cualquier medio de escritura. Pero cuando llevamos tant¨ªsimo tiempo escuchando de los pol¨ªticos las mismas cantinelas sobre las herencias recibidas, sin enfrentarse nunca a la menor responsabilidad por lo que cada cual ha hecho en el pasado y sigue haciendo hoy, no queda m¨¢s remedio que soltar una l¨¢grima, de desesperaci¨®n, se entiende.
?Por ejemplo, enciendan ustedes el aparato de televisi¨®n a la hora de las noticias. Vean c¨®mo se presenta la secretaria general del partido gobernante, tan dispuesta siempre ella a echar la bronca, c¨®mo prepara el gesto, c¨®mo extiende los brazos, c¨®mo abre la boca, c¨®mo habla¡ Para decir ?qu¨¦? ?Qu¨¦ dice la se?ora de Cospedal? Pues su raca, raca, raca, sobre la herencia recibida y lo mal¨ªsimo que fue aquel se?or Zapatero. Eso es todo lo que dice. ?Y el presidente, qu¨¦ dice el se?or Rajoy? Bueno, del presidente no hay nada que decir, en justa compensaci¨®n por la nada que ¨¦l dice.
Y as¨ª pasan los d¨ªas, los meses, los a?os. Zapatero cambi¨® radicalmente de pol¨ªtica y no fue para ofrecer ni una conferencia de prensa. Nada. Rajoy ha cambiado radicalmente de programa pol¨ªtico y no ha sido para ofrecer lo que ahora llaman un relato. Nada. En mayo de 2010 estuvimos a punto de rodar al fondo del abismo, y el presidente mudo, ni una palabra. En mayo de 2012 hemos estado a punto de hundirnos hasta el fondo del mar, y el presidente mudo, ni una palabra. Y sus segundos no hacen m¨¢s que repetir, sobre esa nada, m¨¢s que lo mil veces dicho, que la culpa la tienen otros, lo mismo que el general Franco cuando recitaba con aquella vocecita suya que de todo ten¨ªa la culpa la conspiraci¨®n judeo-mas¨®nica-comunista.
El destrozo de Caja Madrid, Bancaja y otras cajas menores no es un efecto retardado de la ca¨ªda de Lehman Brothers, ni de la ciega obstinaci¨®n de la canciller alemana, ni es fruto de la conspiraci¨®n de los mercados
Solo a fuerza de trompazos hemos llegado a vislumbrar que la responsabilidad de esta situaci¨®n tiene nombres, que no habr¨ªamos llegado adonde estamos si no hubiera sido porque una nueva clase de pol¨ªticos, financieros y promotores inmobiliarios tom¨® decisiones que, aparte de garantizarles millones de euros en sueldos, dietas, libre disposici¨®n de tarjetas de cr¨¦dito, blindaje de contratos, planes de jubilaciones, etc., han arruinado a entidades de cr¨¦dito centenarias. No se destrozan instituciones como las cajas de ahorro as¨ª como as¨ª. Se necesitan, para ir amontonando tantos escombros, gentes rapaces, pol¨ªticos ¨¢vidos de poder y dinero, administradores corruptos, consejeros c¨®mplices, inspectores ciegos.
De las fusiones que han precedido al hundimiento de nuestro gigante, el primer responsable es el Partido Popular. El pacto entre los sindicatos y el gobierno del PP ¡ªvicepresidente, Rodrigo Rato¡ª para entregar la presidencia de la entidad a Miguel Blesa es el origen de la trama. Luego vinieron los a?os de la rapi?a, de los que todav¨ªa necesitamos el relato: de c¨®mo llenaron de millones de euros sus arcas promotores inmobiliarios mientras los gestores de la entidad, ante el silencio de consejeros e inspectores, dispon¨ªan de los ahorros de las gentes como cebo de redes clientelares en torno a la clase pol¨ªtica que controlaba ayuntamientos y gobiernos aut¨®nomos.
El destrozo de Caja Madrid, Bancaja y otras cajas menores no es un efecto retardado de la ca¨ªda de Lehman Brothers, ni de la ciega obstinaci¨®n de la canciller alemana, ni es fruto de la conspiraci¨®n de los mercados, sino de otra urdimbre m¨¢s s¨®rdida y silenciosa, la que han tramado los gobernantes de las Comunidades Aut¨®nomas de Madrid, de Valencia y dem¨¢s, con promotores y ejecutivos bancarios. El complejo militar-industrial, denunciado por Eisenhower, se ha vuelto entre nosotros perfecta simbiosis pol¨ªtico-financiero-inmobiliaria, que ahora acude al Estado, o sea al dinero p¨²blico, que es en definitiva dinero de las clases medias asalariadas, para salvarles el pellejo. Aquel complejo armaba guerras; esta simbiosis provoca ruinas.
Es ilusorio exigir al gobierno un diagn¨®stico de la situaci¨®n. Pues ?c¨®mo va a diagnosticar nada si el resultado solo puede consistir en una condena sin paliativos de un modo de hacer pol¨ªtica del que sus gentes son los primeros, aunque no ¨²nicos, responsables? Por eso callan, por eso nadie, ni Cospedal, que tanto habla, ni Rajoy, que no habla nada, han dicho ni una palabra de la ruina de su preciosa y esquilmada Caja de Ahorros. Por eso nunca dir¨¢n nada y por eso escribir de pol¨ªtica en Madrid es llorar. Aunque a la columna haya que venir llorados.
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