G8: Solucionando el paro de unos, ignorando la muerte de otros
Refugiadas malienses en N¨ªger participan en una reuni¨®n con ACNUR y el Programa Mundial de Alimentos. Foto: UNHCR/H. Caux.
Cuando se trata de foros internacionales como el G8 y el G20, de los que depende el liderazgo global, la pregunta es si es posible hacer m¨¢s de una sola cosa al mismo tiempo. Si tenemos que atender a lo que ha ocurrido este fin de semana, la respuesta es negativa. Tras la cumbre de Camp David, que hab¨ªa levantado expectativas considerablescon respecto a la respuesta de la comunidad internacional a la crisis alimentaria, la ficha sigue estancada muy cerca de la casilla cero. Los l¨ªderes de los pa¨ªses industrializados han decidido profundizar en la discusi¨®n de la crisis y el futuro del euro -lo cual es perfectamente razonable- e ignorar el intento del Presidente Obama por avanzar en la agenda internacional de lucha contra el hambre, un esfuerzo impulsado antes de la reuni¨®n por centenares de miles de ciudadanos. El paro y las estrecheces de unos, s¨ª; la agon¨ªa y la muerte de otros, no.
El compromiso del G8 con la agricultura de los pa¨ªses pobres y el abastecimiento alimentario de ?frica se ha convertido en el Incre¨ªble Fen¨®meno Menguante. Los pa¨ªses m¨¢s ricos del planeta comprometieron en la Conferencia de L'Aquila (Italia, 2009) un fondo de 22.000 millones de d¨®lares para hacer frente a las dram¨¢ticas consecuencias de la escalada de los precios de los alimentos y sentar las bases de la revoluci¨®n agr¨ªcola que necesitan ?frica y otras regiones pobres. Dos a?os despu¨¦s, la organizaci¨®n internacional ONE denunci¨® que solo un 22% de estos recursos hab¨ªan sido realmente desembolsados, a pesar de que 30 de los pa¨ªses m¨¢s pobres de planeta hicieron sus deberes definiendo planes tangibles para mejorar su producci¨®n agraria y reducir los niveles de desnutrici¨®n. El contexto ca¨®tico del ¨²ltimo a?o no ha hecho m¨¢s que consolidar estas f¨²nebres tendencias de la ayuda (ver aqu¨ª los datos m¨¢s recientes de Acci¨®n Contra el Hambre para el caso de la desnutrici¨®n).
Hace poco m¨¢s de un mes, ONE public¨® un nuevo an¨¢lisis en el que propon¨ªa concentrar los esfuerzos en esos 30 pa¨ªses: rescatar de la pobreza extrema a 50 millones de personas y salvar a 15 millones de ni?os de una desnutrici¨®n que limita su crecimiento y sus oportunidades futuras. Para ello calculan que los donantes, el sector privado y los propios gobiernos afectados deben dedicar 27.000 millones de d¨®lares a lo largo de los tres pr¨®ximos a?os. Lamentablemente, solo la mitad de estos recursos parecen haber sido identificados, lo que redobla la presi¨®n sobre un G8 que ya ha permanecido al margen durante demasiado tiempo. El ¨²nico resultado tangible de la cumbre de Camp David ha sido una invitaci¨®n al sector privado para que destine a esta batalla 3.000 millones de d¨®lares a lo largo de la pr¨®xima d¨¦cada. Seguro que es posible hacer algo m¨¢s.
A diferencia de los l¨ªderes del G8 (y de nuestro propio Gobierno, por lo que hemos visto hasta ahora), los ciudadanos son capaces de pensar en dos cosas al mismo tiempo y exigen que la respuesta a la crisis econ¨®mica del Norte no se produzca a costa de la tragedia que padecen hoy regiones como el Sahel. Lo contrario debilitar¨¢ a¨²n m¨¢s la imagen de este foro antediluviano y de cualquier otro que pretenda sustituirlo (como el G20).
[Esta tarde, a partir de las 20h, la Cadena SER retransmite un programa especial desde N¨ªger, dirigido por @abarceloh25y @NikoCastellano. Una buena oportunidad para palpar estas realidades.]
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