Los partidos catalanes y el Pacto Fiscal
Tan ocupados como estamos en quejarnos de "Madrid", nadie le pide cuentas a la Generalitat
Triste espect¨¢culo el que est¨¢n dando los partidos catalanes supuestamente no nacionalistas en los proleg¨®menos de la negociaci¨®n del Pacto Fiscal. Una vez admitida sin rechistar la falacia del maltrato fiscal a Catalu?a, resulta dif¨ªcil resistirse a la conclusi¨®n de que es necesario negociar un sistema fiscal singular para la regi¨®n que ponga coto a la situaci¨®n. Se termina as¨ª exigiendo que se pongan l¨ªmites a la "solidaridad" en nombre de la justicia. Como m¨ªnimo, suena raro.
Que CiU y Esquerra intenten vender la moto del ¡°expolio fiscal¡± para conseguir ventajas para su tribu es l¨®gico y natural. De eso viven. Lo que es dif¨ªcil de entender es por qu¨¦ sus adversarios pol¨ªticos aceptan sin m¨¢s algunos esl¨®ganes nacionalistas que no resisten la confrontaci¨®n con los datos o con la l¨®gica.
Dos apuntes r¨¢pidos en este sentido. Primero. Si Espa?a nos roba, ?c¨®mo lo hace? Yo no termino de verlo. No puede ser a trav¨¦s de los impuestos estatales (el impuesto de sociedades y los tramos estatales del IRPF, IVA e impuestos especiales) porque a todos se nos aplica la misma escala con independencia de la regi¨®n en que vivamos. No es a trav¨¦s de las pensiones o de las prestaciones por desempleo pues en ning¨²n sitio se dice que los residentes en Catalu?a cobraremos menos por estos conceptos a igualdad de cotizaciones y cargas familiares. Tampoco es a trav¨¦s de la financiaci¨®n de la Generalitat. Con datos del ¨²ltimo a?o liquidado (2009) y a igualdad de competencias y de escalas impositivas en los impuestos auton¨®micos, nuestro gobierno regional se sit¨²a ligeramente por encima de la media en t¨¦rminos de financiaci¨®n por habitante ajustado, con un ¨ªndice de 103,7 sobre un promedio de 100 para el conjunto de las comunidades no forales.
Lo que s¨ª es cierto es que en Catalu?a pagamos m¨¢s impuestos auton¨®micos que en otros sitios, con tipos m¨¢s altos en el tramo auton¨®mico del IRPF as¨ª como en el ITP y el impuesto sobre carburantes que los que se aplican en otras regiones y con tasas m¨¢s elevadas sobre el agua y otros servicios. Pero ese dinero se queda en las arcas del Gobierno regional, as¨ª que por ah¨ª tampoco nos puede estar robando Madrid. Lo curioso es que tan ocupados como estamos en quejarnos de Madrid, nadie le pide cuentas a la Generalitat. ?No tendr¨¢ ¨¦sta algo que ver con el problema? Si la administraci¨®n catalana no consigue ofrecer servicios satisfactorios a pesar de contar con m¨¢s recursos de la media a igualdad de condiciones (a lo que hay que a?adir los rendimientos extra de impuestos auton¨®micos m¨¢s altos que los de comunidades vecinas), ?no podr¨ªa ser que estuviese haciendo algo mal?
?La igualdad deber¨ªa terminarse en el Ebro? ?Por qu¨¦ no en el Llobregat, o en la puerta de cada casa?
Segundo. La solidaridad no tiene nada que ver con esta historia. No hablamos de caridad o conceptos similares de ayuda voluntaria al necesitado sino del principio constitucional de igualdad. Un Estado moderno y democr¨¢tico muy dif¨ªcilmente podr¨ªa estar basado en un principio diferente a la igualdad de todos su ciudadanos. Y tal igualdad no puede limitarse a la igualdad formal ante la ley sino que tiene que extenderse a la igualdad de acceso a los principales servicios p¨²blicos y a la igualdad en la obligaci¨®n de contribuir al sostenimiento de las cargas p¨²blicas en funci¨®n de la renta de cada uno. Tal principio exige que los ciudadanos de mayor renta paguen m¨¢s impuestos que la media para contribuir a financiar el acceso de todos a la sanidad, la educaci¨®n y otros servicios fundamentales en condiciones similares a trav¨¦s de una financiaci¨®n auton¨®mica igualitaria.
Conviene observar que esto inevitablemente genera d¨¦ficits y superavits fiscales a nivel individual y, por agregaci¨®n, a nivel regional dado que la renta no se distribuye de manera uniforme en el territorio. Lo primero lo aceptamos con resignaci¨®n y naturalidad casi todos. Todos despotricamos contra Hacienda, pero no he visto nunca a nadie de renta superior a la media reclamando seriamente a la Agencia Tributaria que le devuelvan su dinero apelando a argumentos de justicia y a la necesidad de evitar su asfixia econ¨®mica. No veo por qu¨¦ la cosa ha de ser distinta a nivel regional. Los saldos fiscales regionales, positivos o negativos, no son m¨¢s que una consecuencia natural de la necesaria redistribuci¨®n de la renta a nivel individual y no deber¨ªan preocuparnos siempre que (o en la medida en que) sean fruto de normas razonables y uniformes de reparto de cargas y prestaciones p¨²blicas a nivel individual. Por lo dicho m¨¢s arriba, y al menos como primera aproximaci¨®n, aqu¨ª tampoco hay mucho que rascar.
A juzgar por la armon¨ªa reinante en la cumbre sobre el Pacto Fiscal de hace unos d¨ªas, las objeciones que acabo de esbozar a las tesis nacionalistas no convencer¨ªan en absoluto a los l¨ªderes de Iniciativa o del PSC y no s¨¦ siquiera si las comprar¨ªan por entero los del PP o Ciutadans. Cada uno es muy due?o de sus opiniones, pero tengo que decir que algunas de ellas son un tanto peculiares, especialmente en partidos que se dicen de izquierdas. ?La igualdad deber¨ªa terminarse en el Ebro? ?Por qu¨¦ no en el Llobregat, o en la puerta de cada casa? Y en cualquier caso, hay que ser consistente. Si de verdad lo piensan, que lo digan a ambos lados del r¨ªo o que los de este lado quiten las letras que haga falta de su nombre.
?ngel de la Fuente. Instituto de An¨¢lisis Econ¨®mico (CSIC).
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