Un tesoro en el jard¨ªn
El hallazgo de una posible joya del rom¨¢nico en una casa es una historia apasionante
Gerardo Boto es un hombre con suerte. Profesor de Historia de Arte Medieval en la Universidad de Girona, Boto hojeaba un d¨ªa del verano de 2010 una revista francesa de decoraci¨®n cuando se top¨® con una foto a doble p¨¢gina que, en el argot de la investigaci¨®n, era un aut¨¦ntico eureka. Al lado de su casa, en una gran mansi¨®n de Palam¨®s, se erig¨ªa junto a la piscina un magn¨ªfico claustro rom¨¢nico del siglo XII. La mansi¨®n, llamada Mas del vent, es de un ciudadano suizo, Kurt Englehorn, y de su esposa, Carmen. Cualquiera ¡ªeso s¨ª, con mucho poder adquisitivo¡ª pod¨ªa alquilar la mas¨ªa del siglo XVIII y disfrutar de una piscina tan espl¨¦ndidamente decorada.
Sin embargo, el acceso a tan singular rinc¨®n no ha sido tan sencillo. Boto se ha tenido que conformar durante casi dos a?os con analizar la foto ¡ªde gran resoluci¨®n¡ª de esa supuesta joya del rom¨¢nico. Los propietarios han sido siempre muy reacios a ense?ar su tesoro y dicen dudar de que sea aut¨¦ntico.
Boto cree que lo es y este jueves debi¨® ser uno de los d¨ªas m¨¢s felices de su vida cuando, por fin, con un equipo t¨¦cnico de la Generalitat de Catalunya, pudo visitar el lugar para analizar el claustro, en un estado de conservaci¨®n bastante aceptable, si bien le faltan algunos arcos.
?C¨®mo lleg¨® esta joya hasta ah¨ª? ?Por qu¨¦ nadie sab¨ªa de su existencia? No har¨ªa falta un Sherlock Holmes para encontrar casi todas las claves. El abuelo de Englehorn lo compr¨® en Madrid a mediados de los a?os 50 y lo traslad¨® hasta Palam¨®s, donde se mont¨® en su ubicaci¨®n actual piedra a piedra. En el archivo municipal del pueblo hay incluso fotos sobre el montaje.
Seg¨²n como se mire, el tesoro escondido en el jard¨ªn es tambi¨¦n un regalo envenenado. Los propietarios de Mas del vent han tenido que abrir las puertas de su propiedad a los investigadores, pero tambi¨¦n a la prensa. Si se confirma que es una joya del rom¨¢nico se catalogar¨¢ y quiz¨¢ ya no quede lugar a los Englehorn para la intimidad de anta?o. Pero ser¨¢ apasionante para todos poder visitarlo y seguir las trazas de esta joya comprada en Madrid, ?por cu¨¢nto? ?a qui¨¦n? ?D¨®nde estaba originalmente? ?Lo reclamar¨¢ alg¨²n pol¨ªtico de la meseta?
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