La l¨ªnea con Gibraltar
Espa?a necesita una pol¨ªtica de Estado constante hacia el Pe?¨®n y no solo gestos
Gibraltar ha vuelto a convertirse en un problema para Espa?a. En parte por los desaf¨ªos de las autoridades del Pe?¨®n, y en parte por los errores diplom¨¢ticos espa?oles. El Gobierno brit¨¢nico tiene, casi desde el Tratado de Utrecht de 1713, una l¨ªnea permanente: no solo no ceder en nada, sino ganar terreno pol¨ªtico y f¨ªsico, primero con la usurpaci¨®n del istmo y ahora para asegurarse la soberan¨ªa de las aguas ribere?as que el acuerdo original nunca le concedi¨®. Y no pierde ocasi¨®n de marcar su dominio, incluso utilizando para ello en repetidas ocasiones visitas de la familia real brit¨¢nica, la ¨²ltima, ayer, del pr¨ªncipe Eduardo y su esposa con motivo de la inauguraci¨®n de una nueva terraza del aeropuerto en el istmo.
Frente a esta l¨ªnea, la posici¨®n espa?ola ha sido excesivamente cambiante. No es propio de una diplomacia seria que con cada relevo no ya de mayor¨ªa de Gobierno, sino casi de ministro de Exteriores, Espa?a tenga que inventar una nueva pol¨ªtica hacia Gibraltar. As¨ª no se gana ni eficacia ni credibilidad. En los tiempos democr¨¢ticos, desde la Declaraci¨®n de Bruselas de 1984 poco se ha avanzado. El ministro Piqu¨¦ intent¨® la cosoberan¨ªa, Moratinos invent¨® el tripartito y Garc¨ªa Margallo adopt¨® una ad¨¢nica actitud inicial antes de regresar al sentido com¨²n al percatarse de los profundos lazos econ¨®micos que unen a Espa?a con Reino Unido.
Espa?a tiene que defender sus intereses en todos los ¨¢mbitos. En materia pesquera, el acoso por patrulleras del Pe?¨®n a pescadores de la bah¨ªa de Algeciras, protegidos por la Guardia Civil del Mar, debe cesar. Ha de evitar que se consolide el nuevo r¨¦gimen fiscal de Gibraltar para empresas que evaden as¨ª impuestos que deber¨ªan pagar en Espa?a, lo que esta ha denunciado ante la UE. En cuanto a la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa, Espa?a no debe renunciar a nada, especialmente frente a unos gobernantes brit¨¢nicos que se regodean en la posesi¨®n de una colonia en el siglo XXI, como apoyan de forma desafiante hacia Argentina un refer¨¦ndum en las Malvinas.
En esta situaci¨®n quiz¨¢ sirva de poco que el rey Juan Carlos visite el pr¨®ximo mi¨¦rcoles las instalaciones de la Guardia Civil en Algeciras y su buque principal de vigilancia, el R¨ªo Segura. El Gobierno no deber¨ªa desgastar as¨ª el capital pol¨ªtico del Monarca. Antes deber¨ªa estar clara cu¨¢l es la pol¨ªtica de Estado hacia el Pe?¨®n.
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