La sangrienta rosa del desierto
Asma el Asad contrat¨® empresas para dar una imagen de familia amable y 'glamourosa'
Hubo un tiempo en el que la bella y elegante esposa del presidente de Siria, Asma el Asad se dejaba ver con frecuencia por los periodistas de medio mundo. Unas veces acompa?ando a Bachar el Asad en actos oficiales, otras brillando con luz propia. Incluso quiso mostrarse como una consorte cercana a la juventud de su pa¨ªs fundando la ONG Massar, dedicada a promover la participaci¨®n activa de los j¨®venes en las instituciones gubernamentales y en la sociedad. Al hilo de lo que hicieran otras primeras damas como la reina Rania en Jordania o Danielle Mitterrand, en Francia, Asma se dedic¨® a visitar varias escuelas para inculcar a sus conciudadanos valores democr¨¢ticos, los mismos de los que su marido parece haberse olvidado desde que estallaran las revueltas en marzo de 2011.
Esta inusitada actividad social y el buen gusto est¨¦tico de la Raisa (presidenta) no pasaron inadvertidos para algunas de las grandes revistas occidentales. Vogue, Paris Match y la edici¨®n francesa de Elle publicaron reportajes alabando las virtudes de esta mujer nacida y criada en el Reino Unido, as¨ª como la aparente armon¨ªa de su relaci¨®n matrimonial, que indirectamente proyectaba la imagen de un presidente bondadoso, aperturista y amante de la familia.
El m¨¢s sonado de ellos fue el titulado Una rosa en el desierto, publicado en la edici¨®n estadounidense de Vogue de marzo de 2011, que la define como ¡°la m¨¢s refrescante y magn¨¦tica de entre todas las primeras damas¡±. En un generoso retrato, Asma aparece fotografiada sola, pensativa, sobre una loma desde donde divisa Damasco, arropada por una bonita pashmina morada. En otras de las estampas es retratada con su familia, jugando afablemente junto a su marido y sus dos hijos.
Pero todo ese glamour que le atribu¨ªa el papel cuch¨¦ parece haber sido inducido desde el aparato de comunicaci¨®n del propio r¨¦gimen, que seg¨²n un reciente art¨ªculo de The New York Times habr¨ªa subcontratado a varias empresas de relaciones p¨²blicas occidentales con el objetivo de ofrecer una imagen m¨¢s amable de la familia presidencial.
Entre estas empresas figuran la brit¨¢nica Bell Pottinger (conocida por llevar la imagen de la ex primera ministra Margaret Thatcher) y la estadounidense Brown, Lloyd & James, a la que, seg¨²n revel¨® el peri¨®dico The Hill, el Gobierno sirio habr¨ªa pagado la suma de 5.000 d¨®lares mensuales (unos 3.000 euros) para atraer el inter¨¦s de Vogue hacia la primera dama, a la que Paris Match calific¨® de ¡°elemento de luz dentro de un pa¨ªs lleno de sombras¡±.
La evoluci¨®n de los acontecimientos y la acumulaci¨®n de muertos en Siria (que ya superan los 10.000, seg¨²n estimaciones de la ONU) hicieron que la editora de Vogue USA, Anna Wintour, ordenara retirar el reportaje de su web, presentara disculpas por el mismo y condenara ¡°la inadmisible escalada de atrocidades¡± que tiene lugar en el pa¨ªs.
La estrategia de comunicaci¨®n y relaciones p¨²blicas de los Asad tambi¨¦n lleg¨® a Francia. All¨ª la? revista Elle incluy¨® a Asma entre las mujeres mejor vestidas del mundo pol¨ªtico. Incluso en el peri¨®dico online The Huffington Post tambi¨¦n apareci¨® alg¨²n art¨ªculo en el que se resaltaba su buen gusto en cuestiones de moda.
Tal como revelan los mensajes de m¨®vil que le envi¨® durante el fragor de la crisis, Asma muestra un apoyo incondicional hacia su marido. Despu¨¦s de estudiar inform¨¢tica en el King's College, renunciar a hacer un MBA en Harvard para permanecer en Londres y dedicarse a las finanzas en la City abandon¨® una prometedora carrera en la firma JP Morgan para casarse con ¨¦l en el a?o 2000. Desde entonces, no se ha separado del Bachar el Asad, tampoco de sus tres hijos ¨CHafez, Zein y Karim¨C aunque ¨²ltimamente ha optado por rebajar su perfil p¨²blico, m¨¢s pendiente de ejercer cualquier rol que su esposo pueda necesitar en el ¨¢mbito de la diplomacia p¨²blica, que de retomar su inter¨¦s por la ¡°democratizaci¨®n¡± de sus conciudadanos.
De su imagen de inteligencia y elegancia proyectada por las revistas de moda, se sirvi¨® el r¨¦gimen en el pasado con el fin de proyectar una imagen de modernidad y moderaci¨®n. Hoy, en cambio, la primera dama de Siria parece haber perdido gran parte de su glamour y popularidad, especialmente desde que se filtraran algunos supuestos correos electr¨®nicos que le envi¨® a Bachar el Asad en los que le contaba sus ¨²ltimas adquisiciones (zapatos de marca, joyas o candelabros) hechas a trav¨¦s de Internet, en lujosas tiendas de Par¨ªs y Londres.
Mientras ella estaba as¨ª de entretenida, su marido ordenaba silenciar a sangre y fuego las protestas que se multiplicaban por todo el pa¨ªs, donde el pueblo sirio exig¨ªa su renuncia como presidente y el fin de la violenta represi¨®n ejercida por su r¨¦gimen. Ajena a todo, Asma sigue siendo el principal baluarte de su marido y constituye su mayor sustento cuando ya se han cumplido m¨¢s de 15 meses desde que comenzaron las revueltas.
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