Dakar Fashion Week o el sue?o de Adama Paris
Estamos en el Barra Mundi, un local de alto post¨ªn de la noche dakarois, en el barrio de Mamelles. Los clientes (algunos han pagado hasta 100 euros por la entrada, otros vienen con invitaci¨®n) yacen pl¨¢cidamente en los sillones y sof¨¢s de color blanco marfil mientras beben champagne o generosos combinados. A excepci¨®n de los periodistas que pululamos por all¨ª vestidos de cualquier manera, el ambiente resulta muy chic. De repente, se corta la m¨²sica y aparece un chico tocando el yemb¨¦ y un hombre de unos sesenta a?os disparando notas con su saxof¨®n. Es el original comienzo del segundo desfile de la Dakar Fashion Week, la semana de la moda que se ha celebrado estos d¨ªas en la capital de Senegal.
Sobre la improvisada pasarela, las alt¨ªsimas modelos lucen esta noche las creaciones de cinco dise?adores. Del mosaico cultural del marfile?o-liban¨¦s Elie Kuame al desparpajo y la originalidad del dise?ador egipcio Tito, pasando por la sencillez de las creaciones arabizantes de la marroqu¨ª Jamila Lafquir, el colorido y el ritmo de la mal¨ª Mariam Bocoum y las amplias faldas y vestidos de la senegalesa Dior Lo. La creatividad de la moda africana con toda su fuerza. As¨ª es la Dakar Fashion Week, una de las pasarelas m¨¢s importantes del continente africano.
Un par¨¦ntesis para mostrar su paso por Canarias.
Seguimos en Dakar. El mi¨¦rcoles hubo un desfile en el Bulevar del Centenario, en el que tambi¨¦n se pudo disfrutar de las reivindicativas letras del rapero Didier Awadi y de la m¨²sica pegadiza de Idrissa Diop, y el jueves en Barra Mundi, pero el aut¨¦ntico show se reserva para el lujoso hotel Radisson Blu, donde Adama se mueve como pez en el agua. Cuando entra en escena suele hacerlo acompa?ada de un pu?ado de colaboradores que, m¨®vil en mano, van resolviendo los ¨²ltimos detalles. Ella, siempre con una sonrisa, saluda a todo el mundo, habla aqu¨ª y all¨¢ y toma las decisiones. Quiz¨¢s esta fuerza le venga de su padre, un ni?o de la calle, un talib¨¦ que con mucho sacrificio lleg¨® a ser diplom¨¢tico del Gobierno senegal¨¦s, un referente del que Adama aprendi¨® que casi todo es posible con tes¨®n, esfuerzo y trabajo, mucho trabajo.
¡°Estos diez a?os se me han pasado volando¡±, asegura la dise?adora, ¡°me parece que fue ayer cuando empezamos¡±. Por eso, para este d¨¦cimo aniversario se ha tra¨ªdo un poco de cada edici¨®n: treinta dise?adores, casi todos africanos, 37 modelos, cuatro desfiles y mucho glamour. ¡°La moda es moda, sin apellidos. Detesto los estereotipos, mis creaciones beben de todas las fuentes. Estoy muy influenciada por lo europeo, pero a la vez soy africana. El mestizaje es el futuro, estoy convencida¡±, a?ade Adama Paris aprovechando un peque?o descanso entre tanto traj¨ªn.
Una de sus ¨²ltimas ideas ha sido la Black Fashion Week, una celebraci¨®n por todo lo alto de la alta costura con sello africano que ya se ha celebrado en Praga y que pr¨®ximamente recalar¨¢ en Par¨ªs para luego dar el salto a Salvador de Bah¨ªa (Brasil) y Montreal (Canad¨¢). Toda una oportunidad para presentar en Europa el resultado de una industria que, en ?frica, se enfrenta al problema de la falta de redes de distribuci¨®n adecuadas, seg¨²n han denunciado esta semana los propios dise?adores.
El desfile va llegando a su fin. Los dise?adores salen a la pasarela a saludar junto a las modelos y el ambiente es de fiesta. Aplausos, brindis, besos. Al igual que sucede en la pasarela Cibeles de Madrid, en Par¨ªs o en Nueva York, esto es un show, un espect¨¢culo. Pero detr¨¢s de todo esto hay un enorme trabajo.
Para los dise?adores, es la oportunidad de mostrar sus creaciones ante posibles financiadores y compradores y de reivindicarse como cabezas visibles de una industria que es generadora de empleo. Para el selecto p¨²blico, la oportunidad de disfrutar de una moda con sello propio. Para Adama Paris, la continuidad de un sue?o que vio la luz hace diez a?os.
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