Un poco de orden

En este pa¨ªs, una mayor¨ªa de la gente se apunt¨® al conservadurismo electoral con la esperanza de que el Apocalipsis fuera algo bien organizado. Si est¨¢bamos al borde del precipicio, pues caer con cierta resignaci¨®n, sin aspavientos, de uno en uno, por orden alfab¨¦tico, por afinidades culturales, poetas por delante, a continuaci¨®n los ateos, seguidos de los antitaurinos, despu¨¦s los vegetarianos, los filat¨¦licos, yo qu¨¦ s¨¦, algo as¨ª, un orden. En caso de emergencia, suele producir buen efecto el discurso categ¨®rico en boca de alguien con percha o poder presencial. En un pa¨ªs festivo, el m¨¢s aclamado puede ser el primero que tenga el instinto de gritar con voz de mando: ¡°?Se acab¨® la fiesta!¡±. Por no amargarles la fiesta, la del San Juan, con monstruos hist¨®ricos, me remito al ejemplo de aquel acomodador de Allariz que puso fin a los des¨®rdenes en el cine con un m¨¦todo infalible: dejar al p¨²blico fuera. El caso es que nos apuntamos a la derecha en busca de un tiempo de reparaci¨®n, a cambio de inevitables sacrificios, pero nos encontramos con un letal sadismo sostenible. ?Qui¨¦n ha provocado el conflicto minero? De forma unilateral, neg¨¢ndose a cualquier di¨¢logo, el Gobierno ha fulminado un plan razonable, de cierre gradual, acordado con Europa, y en el que mantenimiento de miles de puestos de trabajo, y la vida de muchos pueblos, s¨®lo depende de una cantidad equivalente al 0¡¯00002 de lo destinado a cubrir la negligencia privada de entidades bancarias. ?Qui¨¦n ha propuesto el cierre y desaparici¨®n del Tribunal Constitucional, tras una sentencia que le ha contrariado? ?La agrupaci¨®n Bisnietos de Bakunin? ?El movimiento antisistema Primos de Riesgo? No, ha sido la estrella de la derecha fet¨¦n, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Como la se?ora Aguirre es tambi¨¦n partidaria de la disoluci¨®n de las autonom¨ªas, deber¨ªa dar ejemplo y traspasar ya los trastos de su Gobierno al futuro gerente del casino de Eurovegas.