La biomímesis aplicada a la arquitectura
FOTOS: Rubén Pérez Bescos
Así describen los arquitectos Antonio Vaíllo y Juan I. Irigaray este edificio. Su proyecto para el Centro de Investigación Biológica (CIB) del Hospital de Navarra ganó el primer premio de un concurso restringido proponiendo la adaptación de sistemas biológicos a procedimientos y artefactos humanos como la arquitectura.
Desde ese punto de vista, el hospital maneja en su construcción tres biotipos con sistemas adaptativos. La sección la aporta el camello con sus bultos, mochilas y jorobas para ubicar todos los equipamientos y maquinarias que precisa un centro ocupado por laboratorios e investigadores. La piel del oso polar, que se mimetiza con la nieve y mantiene el interior del animal caliente, aportó la idea para el aislamiento. Y también para la fachada del edificio. Pero finalmente fueron las hojas, con su ligereza y flexibilidad, las que alumbraron el camino para convertir finas capas de aluminio perforado y plegado en una estructura rígida y autoportante capaz de velar por la intimidad, la ventilación, la protección solar y el rostro del inmueble.
Con estructura a base de enormes costillas de acero y triple fachada cubierta por esa celosía de aluminio anodizado que esconde un vidrio oscuro y un colchón térmico, el dise?o trabaja la idea del pliegue para, con una estudiada geometría de plegado, configurar una superficie indeformable triangulada que actúa de maneras diversas según el enfoque. Así, de lejos, enfatiza la silueta del edificio, más cerca deja ver los pliegues y su efecto de contraste claro-oscuro, pero al observar la fachada tangencialmente esta queda difuminada por efecto de la superposición de las tramas perforadas.
El interior -dedicado a espacios de trabajo, laboratorios de investigación, biblioteca y un escenográfico auditorio- está resuelto con un tacto poco habitual en estudios de arquitectura especializados en grandes obras. No en vano, la combinación de escalas, los matices a la hora de dise?ar -de la sutileza y cuidado de una joyería (con la que ganaron el Premio Fad de Interiorismo) a la decisión que muestran con la elección de materiales para una gran planta-, es la característica principal de este estudio pamplonés. Paneles estratificados de alta densidad serigrafiados con la imagen ampliada de una célula pigmentaria –de las que se emplean para poder observar las preparaciones al microscopio- cierran los laboratorios.
En el suelo, un pavimento continuo de pvc contrasta con las planchas de acero oxidado de las escaleras y pasos exteriores.
Coste final: 1.480 € /m2
FOTOS INTERIORES: José Manuel Cutillas
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