Un alegato por Espa?a
Superaremos la crisis por medio del trabajo sostenido, la responsabilidad y el esfuerzo colectivo asegurando de esa forma nuestra posici¨®n en Europa y en el mundo.
El triunfo de Espa?a en la Eurocopa 2012 espole¨® una desbordante reacci¨®n popular de orgullo nacional, compartida abiertamente y en igual medida por j¨®venes, mayores, conservadores, socialistas y nacionalistas. Transcurridas unas semanas, la euforia no se ha desvanecido a pesar de la dura situaci¨®n econ¨®mica a la que se enfrenta Espa?a.
Despu¨¦s de las victorias de Espa?a en la Eurocopa de 2008 y en el Campeonato del Mundo de 2010, la selecci¨®n nacional demostr¨® una vez m¨¢s c¨®mo la diversidad puede constituirse en el origen de una receta ganadora cuyos ingredientes son el trabajo sostenido, la responsabilidad, la humildad, el respeto hacia los rivales, la lealtad y el esfuerzo colectivo. Tal y como escribiera el historiador brit¨¢nico Eric Hobsbawm, ¡°la imaginada comunidad formada por millones parece m¨¢s real si adopta la forma de un equipo de 11 personas con nombres y apellidos¡±.
Jubilosas muchedumbres, banderas de Espa?a desplegadas en coches y ventanas, gente cantando: esta imagen de Espa?a contrasta se?aladamente con la deprimente realidad recogida por las noticias diarias. Con uno de cada cuatro espa?oles sin empleo y unos t¨ªtulos de deuda soberana cuyo valor apenas supera el de los bonos basura, Espa?a est¨¢ lejos de hallarse a salvo econ¨®micamente. Es posible, no obstante, establecer paralelismos con nuestra selecci¨®n que, partiendo de la furia espa?ola de su pasado franquista, ha evolucionado hasta emerger como una m¨¢quina de ganar competiciones.
Hoy en d¨ªa los analistas tienden a olvidar que hasta principios de la d¨¦cada de los ochenta, Espa?a estaba catalogada por el Banco Mundial como pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo. En efecto, junto con Singapur e Irlanda, Espa?a constituye el mayor ¨¦xito econ¨®mico del ¨²ltimo cuarto del siglo XX. Pero Espa?a, adem¨¢s de un portentoso incremento de su PIB per c¨¢pita (de 7.284 d¨®lares en 1980 a m¨¢s de 30.000 en 2010), culmin¨® con ¨¦xito, bajo el liderazgo inestimable del Rey Juan Carlos, la transici¨®n a la democracia y se incorpor¨® a la Uni¨®n Europea.
Cambiar el mercado de trabajo es primordial para recuperar competitividad
Semejantes proezas siempre acarrean importantes asimetr¨ªas, y pactos pol¨ªticos que acosan a Espa?a hasta el d¨ªa de hoy, por m¨¢s que fueran fundamentales durante la transici¨®n tras la muerte de Franco, cuando los espa?oles a¨²n sent¨ªan el temor de que resucitaran las hondas divisiones de la guerra civil. Adem¨¢s, el ¨¦xito del pa¨ªs, unido a una laxa pol¨ªtica crediticia de la Eurozona, desemboc¨® en una burbuja financiera cuya explosi¨®n sac¨® a la luz los retos estructurales con los que nos enfrentamos. Espa?a exige ahora un esfuerzo de equipo cuyas ra¨ªces se asienten sobre la confianza generada por sus logros de los ¨²ltimos 30 a?os.
Un ¨¢rea que necesita serias reformas es el mercado de trabajo. Los cimientos de la actual legislaci¨®n laboral espa?ola se remontan a 1938, cuando la guerra civil todav¨ªa asolaba el pa¨ªs. El sistema creado por el franquismo, ofrec¨ªa a los trabajadores seguridad en el empleo y unos s¨®lidos derechos de negociaci¨®n colectiva que ayudaron a mantener la concordia social a falta de democracia. Parad¨®jicamente, el grueso de esta plataforma ha sobrevivido como estandarte de la izquierda. Cambiarlo no es solo primordial para recuperar competitividad, sino tambi¨¦n una prueba fundamental de madurez de la democracia de Espa?a.
El sistema laboral subyace a la galopante tasa de desempleo de Espa?a. Desde la segunda mitad de la d¨¦cada de los ochenta, cuando la emigraci¨®n neta dio un repentino vuelco, Espa?a ha conocido elevados niveles de desempleo estructural, incluso cuando el crecimiento anual era superior al 4%, debido, asimismo, a la elevada calidad y generosas disposiciones del sistema espa?ol de asistencia social, que tambi¨¦n se consolid¨® en el periodo posterior a Franco. En 2011, aproximadamente 5,7 millones de residentes (el 12% de la poblaci¨®n) eran inmigrantes, cifra superior en m¨¢s de un mill¨®n a la del Reino Unido, tradicionalmente considerada como ejemplo de pluralismo.
El tama?o de las administraciones p¨²blicas es consecuencia directa de los acuerdos de la transici¨®n
La necesidad de reducir el empleo p¨²blico es otra ¨¢rea en la que a menudo se centran los observadores internacionales. Pero el tama?o de las administraciones p¨²blicas espa?olas es consecuencia directa de los acuerdos pol¨ªticos alcanzados al principio de la transici¨®n a la democracia, que crearon la estructura cuasi federal del pa¨ªs. El sector p¨²blico sufri¨® una r¨¢pida y radical descentralizaci¨®n como parte de la transici¨®n, dando lugar a numerosas superposiciones y duplicaciones, tanto de esfuerzos como de recursos.
Entretanto, se distorsiona la realidad cuando se contempla la totalidad del sector bancario espa?ol a trav¨¦s del prisma de las Cajas, el punto vulnerable de nuestro sistema financiero. En efecto, el Santander y el BBVA figuran entre los bancos internaciones de mayor ¨¦xito de la actualidad. Y fueron las Cajas, aquejadas en su gobierno de la peor semblanza de la propiedad p¨²blica, las que concentraron el riesgo asociado a la burbuja inmobiliaria. Las Cajas carec¨ªan tanto de las estructuras de gobernanza corporativa como de la capacidad de gesti¨®n para soportar la crisis.
Nuestra ense?anza primaria va a la zaga del sistema internacional de clasificaci¨®n. El relativamente eficaz sistema de formaci¨®n profesional de la era de Franco se convirti¨® en v¨ªctima colateral de la transici¨®n; y el reducido n¨²mero de solicitudes de patentes revela graves deficiencias de investigaci¨®n y desarrollo. Este lastre de la competitividad tambi¨¦n guarda relaci¨®n con el bajo rendimiento del sistema de ense?anza superior. Ninguna universidad p¨²blica espa?ola figura entre las 150 primeras de la edici¨®n de 2012 de la Academic Ranking of World Universities, mientras que tres instituciones privadas (IE, IESE, y ESADE) se sit¨²an entre las primeras escuelas de negocios del mundo.
Hoy en d¨ªa, Espa?a cuenta con algunas de las mejores infraestructuras de Europa, desde trenes de alta velocidad y aeropuertos de alta tecnolog¨ªa, pasando por autopistas, hasta redes energ¨¦ticas verdes de primer nivel. Su clase emprendedora ha sido pionera en esfuerzos empresariales como Inditex o Mercadona, cuyos modelos son estudiados las mejores escuelas de negocios. Y es igualmente importante subrayar la estabilidad pol¨ªtica ¨C y la madurez p¨²blica ¨C que permiti¨® a un partido cuyo programa exig¨ªa la racionalizaci¨®n del gasto, alcanzar mayor¨ªa absoluta en las elecciones parlamentarias de hace seis meses.
Inspir¨¢ndonos en la victoria de la selecci¨®n nacional, los espa?oles en general, y en especial nuestros dirigentes pol¨ªticos, debemos redescubrir los elementos de aqu¨¦l ¨¦xito. Espa?a superar¨¢ su situaci¨®n cr¨ªtica por medio del trabajo sostenido, la responsabilidad, el respeto, la lealtad y el esfuerzo colectivo, asegurando de esa forma su posici¨®n en Europa y el mundo.
Ana Palacio es miembro del Consejo de Estado.
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