Coartadas pol¨ªticas

La Generalitat de Catalunya ha dado en los ¨²ltimos dos d¨ªas un curso de p¨¦sima gesti¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica cuyas consecuencias perjudican al conjunto de Espa?a, y por tanto a Catalu?a, en forma de mala imagen de la econom¨ªa ante la UE y los mercados. El lunes, el Govern anunci¨® sin explicaciones la decisi¨®n de no pagar en julio a los hospitales y servicios asistenciales concertados, mayor¨ªa en el territorio. Ayer, el consejero catal¨¢n de Econom¨ªa no solo renunci¨® a asistir al Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, porque es una reuni¨®n ¡°en la que est¨¢ todo decidido¡±, sino que la Generalitat carg¨® todas las culpas de sus males presupuestarios al Gobierno central. ¡°Ellos deben cumplir, lo que no hacen¡±, proclam¨® el portavoz del Govern. El abandono de Andaluc¨ªa dej¨® al Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera sin dos grandes referentes auton¨®micos.

La posici¨®n pol¨ªtica de la Generalitat que preside Artur Mas responde a una maniobra pol¨ªtica, simple y a?eja, aunque eficaz a la vista del m¨ªnimo desgaste de CiU en las encuestas, que consiste en poner a la opini¨®n p¨²blica catalana en contra del Gobierno central y, como efecto derivado en primera instancia, en contra del resto de las comunidades aut¨®nomas. El hecho incontestable es que Mas y su consejero de Hacienda han sido incapaces hasta el momento de proporcionar una soluci¨®n econ¨®mica y financiera para Catalu?a, afectada, como el resto de las autonom¨ªas, por el hundimiento de los ingresos y una explosi¨®n incontrolada de los gastos sociales. Este fracaso es imputable a la gesti¨®n imprudente de las finanzas catalanas (similar en imprevisi¨®n a la que se ha advertido en otras comunidades) durante m¨¢s de 20 a?os. Con el a?adido de que en Catalu?a se ha desbordado el endeudamiento y, si el Fondo de Liquidez no lo remedia, est¨¢ al borde el impago de su deuda.

En lugar de asumir sus responsabilidades y reconocer y enmendar los errores de gesti¨®n presentes y pasados, Artur Mas y Mas Colell se han encastillado detr¨¢s de la coartada del incumplimiento del Gobierno. La declaraci¨®n de impago de los centros sanitarios concertados no es la primera que se produce en Espa?a, ni siquiera en Catalu?a. Lo peor de esa decisi¨®n es su car¨¢cter arbitrario y unilateral. Ni el presidente ni su consejero de Hacienda se han dignado explicar por qu¨¦ es necesario cortar los fondos a la sanidad concertada en lugar de suprimir otros gastos. Esta suspensi¨®n intencionada avala la idea de que se trata de una maniobra pol¨ªtica, a costa de los ciudadanos, para atizar la idea (err¨®nea) del incumplimiento del Gobierno central, mantener caldeado el voto propio y alejar la amenaza de una intervenci¨®n del Estado en las cuentas catalanas. Con el objetivo de un supuesto pacto fiscal que, en la coyuntura actual, parece una quimera.

Catalu?a necesita del Estado para evitar el default, lo cual prueba que el cr¨¦dito de su deuda es nulo. Ese es el factor decisivo sobre el que Artur Mas deber¨ªa meditar, en vez de encender las hogueras tribales de la fiscalidad.