Los lectores nos corrigen (3)
Tercera entrega de comentarios de lectores a prop¨®sito de errores ortogr¨¢ficos o gramaticales. Algunos son obvios. Otros, sin embargo, no lo son, pero reproduzco la menci¨®n porque son dudas l¨®gicas. Concordancias. Jes¨²s G¨¢miz remiti¨® en una carta tres avisos. Ninguna de las reformas acometidas han alterado¡. Error de concordancia, haber concuerda con ninguna, no con reformas. Contrariamente a lo que nos hacen crear. Error de ortograf¨ªa, que achaco a las prisas redactando. Es creer, no crear. Un grupo de activistas han difundido un v¨ªdeo. De nuevo mal la concordancia, el verbo concuerda con grupo, no con activistas. Son el peri¨®dico l¨ªder en lengua espa?ola, como no se cansan de repetir a la m¨¢s m¨ªnima ocasi¨®n, dicho sea sin acritud ninguna. Sin embargo, esto tambi¨¦n conlleva una cierta responsabilidad: recuerden que muchos de sus textos se estudian en institutos de ense?anza secundaria. Entre toda su plantilla, ?de verdad no hay nadie encargado de revisar lo que se sube a la web?. Las dos primeras son errores sin paliativos. En el tercer caso, sin embargo, seg¨²n me comenta Ana Soriano, correctora, los nombres colectivos (grupo, muchedumbre¡), cuando llevan un complemento especificativo, admiten la concordancia en plural.
Peludo. Guillermo explica: Abro una noticia de portada de la versi¨®n digital y leo: ¡®...Lo tendr¨¢ mucho m¨¢s peludo debido a la sanci¨®n de cinco puesto que los comisarios le...¡¯ . Imagino que el periodista quer¨ªa escribir peliagudo y puestos (en lugar de puesto). En menos de 10 palabras hay dos errores tipogr¨¢ficos (porque quiero pensar que ambos lo son...). Comprendo que no todos los textos se pueden releer varias veces por un equipo dedicado solamente a esa tarea, pero en este caso, el lector puede tener la impresi¨®n de que ni siquiera el propio periodista se ha parado a mirar dos veces lo que ha escrito. Esto es solamente un ejemplo de algo que creo que viene sucediendo con gran parte de las noticias que se publican en red. ?Tan complicado ser¨ªa eliminar este tipo de errores?. Con respecto a peludo, la RAE lo admite en el sentido de dif¨ªcil en el espa?ol de algunos pa¨ªses americanos, como El Salvador, Honduras o Nicaragua. Avisar y advertir. Vanessa Lobo critica la omisi¨®n de la preposici¨®n de en palabras como advertir o avisar. Cada vez se omite m¨¢s estas preposiciones en multitud de expresiones que s¨ª la requieren: *antes que, *informar que, advertir que VS advertir de que (existen las dos pero con significados diferentes). El caso de advertir es complejo y el Libro de Estilo detalla el criterio de uso de la preposici¨®n en una extensa entrada que afirma: El verbo advertir cambia de significado seg¨²n lo acompa?e o no la preposici¨®n de. ¡®Advertir de algo¡¯ significa avisar sobre un hecho del que se puede derivar alguna consecuencia, y ¡®advertir algo¡¯ significa ¡®darse cuenta de ello¡¯. Adem¨¢s, este verbo tiene tambi¨¦n valor de admonici¨®n ¡ªpoco empleado en prensa¡ª, pero en tal caso precisa el uso de subjuntivo en la oraci¨®n completiva: ¡®te advierto que no me grites¡¯, ¡®le advirti¨® que no le gritara¡¯. Las dudas se suelen plantear precisamente en las oraciones de complemento directo: ¡®Antonio advierte que hay que llegar a un acuerdo¡¯ significar¨ªa que se apercibe de esa necesidad. Y ¡®Antonio advierte de que hay que hay que llegar a un acuerdo¡¯ implica que avisa a alguien de ello. En este segundo caso, por considerar equivocadamente que toda construcci¨®n con de es err¨®nea, se suele suprimir la preposici¨®n. Para comprender si en un verbo, sea el que sea, rige la preposici¨®n de, se pueden aplicar tres trucos: ¡ªImaginarse la oraci¨®n en pasiva: ¡®Eduardo es advertido por Antonio...¡¯. En estos casos suele salir intuitivamente c¨®mo contin¨²a la frase: ¡®... de que hay que llegar a un acuerdo¡¯; y no ¡®es advertido que hay que llegar a un acuerdo¡¯. ¡ªSustituir la oraci¨®n completiva (¡®... que hay que llegar a un acuerdo¡¯) por un pronombre: ¡®Antonio advierte esto¡¯ (se da cuenta); ¡®Antonio advierte de esto¡¯ (avisa); ¡®Antonio est¨¢ seguro esto¡¯ (incorrecto); ¡®Antonio est¨¢ seguro de esto¡¯ (correcto). ¡®Antonio alerta esto¡¯ (incorrecto); ¡®Antonio alerta de esto¡¯ (correcto). Y as¨ª sucesivamente. ¡ªConvertir la frase en interrogativa: ¡®?de qu¨¦ advierte Antonio?¡¯, ¡®?de qu¨¦ inform¨®?¡¯, ¡®?de qu¨¦ est¨¢ seguro?¡¯, ¡®?de qu¨¦ alerta?¡¯. En la mayor¨ªa de los casos, la intuici¨®n ayudar¨¢ al redactor a hallar la soluci¨®n adecuada y a desechar f¨®rmulas como ¡®?qu¨¦ alerta Antonio?¡¯, ¡®?qu¨¦ est¨¢ seguro Antonio?. En el caso de avisar, subraya Soriano, Mar¨ªa Moliner lo acepta con y sin de. Plugo. Un lector se?ala que el buen prosista Juan Jos¨¦ Millas, en su p¨¢gina denominada La imagen titulada, adem¨¢s ¡®Sintaxis y sind¨¦resis¡¯, en el ¨²ltimo p¨¢rrafo escribe la palabra plugo, que juzga inexistente. Sin embargo, la RAE, en la conjugaci¨®n de placer, la incluye como una posibilidad del pret¨¦rito indefinido (placi¨® o plugo).
Cui prodest. Anah¨ª Seri subraya que en el art¨ªculo de opini¨®n sobre Aguas de Valencia aparece la expresi¨®n qui prodest. Deber¨ªa ser cui prodest. Es un dativo, no un nominativo. Descuidos. Un lector remite una carta en la que destaca que en dos art¨ªculos se repiten palabras o se escriben mal sin que este caso se deba a una confusi¨®n ortogr¨¢fica. Simplemente reflejan dejadez en la edici¨®n, algo que se repite con lamentable frecuencia. Las frases son si aumenta el gasto en junio, en parte ser¨¢ a costa del gasto farmac¨¦utico en julio, por o que para valorar el impacto del copago aporbado por Sanidad.... El otro texto que cita dice: Su intenci¨®n fue siempre, remarca tambi¨¦n un portavoz de Sanidad, irse una vez puestas en marcha las pol¨ªticas las pol¨ªticas farmac¨¦uticas que inicia ahora el ministerio de Ana Mato. Pie de foto. En este caso no se trata de un error ortogr¨¢fico. Por cuatro veces, la ¨²ltima en julio, Jos¨¦ Manuel L¨®pez Eiris ha remitido una correcci¨®n a un pie de foto publicado en la edici¨®n de Galicia sin que apareciera la debida fe de errores. Se refiere a una foto publicada el 23 de diciembre del a?o pasado en el art¨ªculo Cunqueiro e sen compromiso, en la que se lee: "Representaci¨®n d'O ano do cometa polo Centro Dram¨¢tico Galego en 2004". El lector documenta que la foto es de la representaci¨®n de O incerto se?or Don Hamlet, principe de Dinamarca, de Alvaro Cunqueiro. Se trata de una producci¨®n de la Escola Dramatica Galega del a?o 1979, dirigida por Manuel Lourenzo.
Condicionalidad. Enrique Font remite una reflexi¨®n sobre palabras que se ponen de moda. Dice as¨ª: "No alcanzo a entender por qu¨¦ extra?o motivo algunas palabras o expresiones realmente extravagantes acaban poni¨¦ndose de moda (?quiz¨¢s tengan su origen en una mala traducci¨®n?). Me viene a la cabeza, por ejemplo, la expresi¨®n hoja de ruta con que nos han machacado durante meses en los informativos. Ahora, desgraciadamente, parece que empieza a ganar adeptos el t¨¦rmino condicionalidad, que aparece en su editorial de 3 de agosto de 2012. ?Qu¨¦ tiene de malo hablar simplemente de condici¨®n o condiciones? ?Qu¨¦ valor a?adido (ah¨ª va otra de esas desafortunadas expresiones) aporta el uso de condicionalidad? ?Esnobismo? ?Es posible que se trate de un intento deliberado de que los ciudadanos no entendamos ni siquiera afirmaciones relativamente sencillas (como que el BCE va a exigir condiciones draconianas a cambio de un posible rescate a Espa?a)?".
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