M¨¢s morosidad
Las cifras de los cr¨¦ditos dudosos siguen creciendo y complican la salida de la recesi¨®n
Nunca hubo, desde enero de 1962 cuando empezaron a recogerse estos datos, una proporci¨®n tan alta de personas y empresas con problemas para devolver sus cr¨¦ditos. Que la tasa de morosidad de la banca espa?ola haya llegado al 9,42% de los pr¨¦stamos concedidos ¡ªunos 164.360 millones de euros que las entidades tienen muy dif¨ªcil recuperar¡ª es un indicio claro de los excesos del pasado, de la debilidad de la actividad econ¨®mica y del impacto del paro en el presente. Pero estas cifras ¡ªotra estad¨ªstica r¨¦cord que se apunta la crisis¡ª son tambi¨¦n el resultado de un cambio estrat¨¦gico del sector financiero frente a una situaci¨®n cr¨ªtica, obligado por el Gobierno. Y, sobre todo, por Bruselas.
Hasta hace bien poco, incluidos los primeros meses de la legislatura del Partido Popular, tanto el Gobierno como el Banco de Espa?a y las propias entidades bancarias compart¨ªan la idea de ir aproxim¨¢ndose de forma gradual a los previsibles estropicios ocasionados por el estallido de la burbuja inmobiliaria. La profunda desconfianza de los mercados en la econom¨ªa de nuestro pa¨ªs, y en particular en la realidad oculta del sector bancario, y la presi¨®n de Europa han ido empujando el p¨¦ndulo hacia el otro extremo: como bien simbolizan el decreto de mayo y la intervenci¨®n de Bankia, de lo que se trata ahora es de hacer aflorar las p¨¦rdidas cuanto antes, y mejor si se hace de la manera m¨¢s efectiva y transparente.
El volantazo ha llevado a varias entidades a reclasificar en la categor¨ªa de dudosos muchos de los cr¨¦ditos que antes consideraba sanos. A aumentar de forma vertiginosa las provisiones, a acumular p¨¦rdidas. Pero por mucho que se haya hecho hasta ahora, el repunte de la tasa de morosidad no acabar¨¢ seguramente aqu¨ª: los expertos dan por descontado que rondar¨¢ el 10% a finales de a?o.
La nueva estrategia tiene la virtud de que aflore de golpe buena parte de la herencia maldita que leg¨® el exceso de cr¨¦dito al ladrillo. Pero cambiar de caballo cuatro a?os despu¨¦s del inicio de la crisis tendr¨¢ graves consecuencias. Todo el proceso desembocar¨¢ en una restricci¨®n del pr¨¦stamo al sector privado que ser¨¢ mucho m¨¢s intensa justo en el peor momento posible, en una recesi¨®n que se puede agravar. Y que, adem¨¢s, no tiene compensaci¨®n posible en un sector p¨²blico al que se obliga a una serie de recortes que, junto a las subidas de impuestos, ya est¨¢n generando un grave malestar social.
Dentro de poco se har¨¢n p¨²blicos los datos de las pruebas de esfuerzo de las entidades financieras encargadas por el Gobierno, y ser¨¢n las cifras que muestren estos nuevos tests las que determinen los fondos necesarios que se solicitar¨¢n a Europa para el saneamiento del sector. Sea como sea, y m¨¢s all¨¢ de los excesos que el ladrillo ha legado a nuestra econom¨ªa, el significativo incremento de los cr¨¦ditos dudosos que se han apuntado a particulares, pymes y aut¨®nomos da una inquietante pista de lo que viene.
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