Hollande, sin respiro
El estancamiento econ¨®mico y los sucesos de Amiens marcan los primeros tiempos socialistas
No ha habido respiro para Fran?ois Hollande. En tiempos de crisis, no lo hay para los pol¨ªticos que llegan al poder. Pues los problemas no esperan y este mes de agosto han vuelto a marcar el des¨¢nimo en Francia, con una econom¨ªa estancada, para la que no es un consuelo la recesi¨®n en que est¨¢n sumidos varios de sus vecinos.
M¨¢s que sus primeras medidas sociales, los disturbios en Amiens y el desalojo de gitanos rumanos han marcado los 100 d¨ªas en el El¨ªseo del primer socialista desde Fran?ois Mitterrand. Su responsabilidad es grande, pues los electores consideraron que hab¨ªa que poner fin a la experiencia de Sarkozy, y tras elegir a Hollande le dieron a los socialistas una mayor¨ªa parlamentaria suficiente y un poder institucional casi total. Los problemas son heredados, pero le toca a ¨¦l y su equipo gestionarlos. Y los primeros sondeos se?alan que una mayor¨ªa de los franceses duda de la capacidad de Hollande para sacar al pa¨ªs de la crisis.
Las cr¨ªticas este agosto han llegado con la manera en que el ministro de Interior, Manuel Valls, ha gestionado, en nombre del orden republicano, la represi¨®n de los violentos disturbios protagonizados por j¨®venes en Amiens. Esta ciudad del norte de Francia es un basti¨®n socialista pero tambi¨¦n una zona en la que el Frente Nacional de Marine Le Pen pesa. Las tensiones acumuladas durante meses han estallado en una noche de agosto en unas barriadas donde la mitad de la poblaci¨®n tiene menos de 24 a?os y hay un desempleo juvenil superior al 60%. Los sucesos se pueden repetir en otros lugares, y de ah¨ª que Valls intentara atajarlos con dureza.
Pero con ello, y con la reanudaci¨®n del desalojo de campamentos no autorizados de gitanos rumanos, una parte de la izquierda le reprocha al nuevo Gobierno no haberse distanciado de la l¨ªnea dura en materia de orden p¨²blico de Nicolas Sarkozy. Y toda Francia espera a Hollande en septiembre, pues ¨¦l, que gan¨® con la bandera contra la austeridad, ha de proponer c¨®mo recortar 33.000 millones de euros de d¨¦ficit p¨²blico en 2013, cuando la econom¨ªa est¨¢ en crecimiento nulo, si es que quiere alcanzar el objetivo del 3%. Esa ser¨¢ la hora de la verdad para Hollande.
Para marcar la diferencia, debe abrir un nuevo camino para Francia, que lleve a una recuperaci¨®n de la competitividad perdida, para la que nada han hecho sus predecesores, y para Europa, donde su llegada ha abierto esperanzas que a¨²n deben traducirse en hechos.
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