Los desaparecidos, una historia interminable
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4IISN26CFP3PHR554RC4UWXSTI.png?auth=e04ee10a2c9ab48a23799f6cc08eb40da89d7e0200a3540301e68cd65cfb2d0b&width=414)
Esta entrada ha sido escrita por Carlos Migu¨¦lezMonroy con la colaboraci¨®n dePatricio Gallela.
Ali-Al-Khdair, Ernestina, Erlinda Serrano con Jon de Cortina, Ebrima Manneh, Chika Ibeku, Juan Almonte Herrera, Annas al Shogre, Bulat Chilaev, Hada y James Balao, todos ellos desaparecidos.
Centenares de miles de personas se despiertan todos los d¨ªas ¨C en caso de que hayan podido dormir - sin conocer el paradero de uno de sus seres queridos; si vive o ha muerto, si lo est¨¢n torturando en ese momento, si alg¨²n d¨ªa volver¨¢ a su casa, de la que un d¨ªa sali¨® sin sospechar que borrar¨ªan todo rastro de su existencia y que lo convertir¨ªan en una no persona, en un ser invisible.
En el mundo, hay m¨¢s de 42.000 casos sin esclarecer de personas arrestadas, detenidas o privadas de libertad a manos de agentes del Estado o de personas o grupos que act¨²an con su autorizaci¨®n, apoyo o complicidad. S¨®lo en 2011 se han registrado 261 nuevos casos en 25 pa¨ªses.
Desde su creaci¨®n en 1981, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias ha conocido m¨¢s de 53.000 casos, cifra que Naciones Unidas considera muy por debajo de la realidad. Las amenazas y el hostigamiento de las autoridades, la ineficacia de los sistemas judiciales, la corrupci¨®n y la impunidad se suman al analfabetismo y la falta de conocimientos de los familiares y conocidos de las v¨ªctimas sobre las posibilidades jur¨ªdicas para disuadirlos de denunciar.
Los diez pa¨ªses con mayor n¨²mero de casos reportados son Irak, Sri Lanka, Argentina, Guatemala, Per¨², Argelia, El Salvador, Colombia, Chile y Filipinas.
¡°En una gran parte, las elevadas cifras se concentran en periodos hist¨®ricos convulsos. Sin embargo, en casos como Colombia y M¨¦xico, y en menor medida El Salvador, Marruecos o Pakist¨¢n, el n¨²mero de casos anuales se ha mantenido a lo largo de los m¨¢s de 30 a?os estudiados, lo que muestra la actualidad de la pr¨¢ctica de la desaparici¨®n forzada¡±, denunciaba Amnist¨ªa Internacional el 30 de agosto, D¨ªa Internacional de las V¨ªctimas de Desapariciones Forzadas.
Las fuerzas del ¡°orden¡± de algunos pa¨ªses han perpetrado abusos, con la complicidad de empresas extranjeras, contra poblaciones locales que se oponen a la explotaci¨®n de las materias primas y a la destrucci¨®n de su entorno. As¨ª ha ocurrido en Nigeria, en Sud¨¢n, en Indonesia y en Colombia, como lo explica la doctora en derecho internacional, Sarah Joseph, en Corporations And Transnational Human Rights Litigation. La poblaci¨®n de Wirikuta, en M¨¦xico y de Cajamarca, en Per¨², se rebela contra la actividad de mineras canadienses y estadounidenses, apoyadas por el gobierno, que amenaza su forma de vida arraigada a sus tierras y sus aguas, ahora invadidas y contaminadas.
En esta fiebre de los recursos, la protecci¨®n de oleoductos, minas y de los distintos yacimientos cae cada vez m¨¢s en manos de empresas de seguridad subcontratadas, lo que pone mayores obst¨¢culos a la hora de exigir justicia por posibles abusos. La mayor parte de los guardias de seguridad de estas empresas en Irak proteg¨ªan a altos cargos pol¨ªticos y militares y entrenaron al ej¨¦rcito y la polic¨ªa del ¡°nuevo pa¨ªs¡±. Pero conforme pasaron los meses, se centraron cada vez m¨¢s en la protecci¨®n de oleoductos y de instalaciones para la ¡°reconstrucci¨®n¡±, como explica David Isenberg, experto en asuntos militares y de seguridad, en Shadow Force: Private Security Contractors in Iraq.
Muchas desapariciones forzadas en la ¨²ltima d¨¦cada se han producido en el marco de la lucha contra el terror, con el secuestro y el env¨ªo de prisioneros a Guant¨¢namo, a Baghram o a c¨¢rceles de terceros pa¨ªses ¨Centre ellos pa¨ªses europeos- para obtener ¡°inteligencia de calidad¡±, lo que significa torturas y tratos degradantes con la excusa de ¡°salvar vidas humanas¡± del ¡°mundo libre¡±. Pa¨ªses como Estados Unidos, y otros a los que se ha enviado a estos prisioneros no han ratificado la Convenci¨®n Internacional para la protecci¨®n de todas las personas contra las desapariciones forzadas. La han ratificado 34 pa¨ªses, de los que s¨®lo 15 han reconocido la competencia del Comit¨¦ contra las desapariciones forzadas para recibir quejas interestatales o individuales. Esto demuestra los obst¨¢culos a los que a¨²n se enfrentan las v¨ªctimas a la hora de exigir justicia, pero tambi¨¦n el miedo de los Estados a que investiguen su implicaci¨®n en estos cr¨ªmenes contra la humanidad.
Carlos Migu¨¦lez Monroy es Periodista,http://carlosmiguelez.wordpress.com. M¨¢s informaci¨®n en Facebook y en Twitter: @cmiguelez.
El abogado argentino, Patricio Gallela, ha contribuido a esta entrada. En unos meses defender¨¢ su tesis doctoral sobre desapariciones forzadas en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.