Curso conflictivo
Con menos profesores para m¨¢s alumnos, los recortes afectan a todos los niveles educativos
M¨¢s alumnos, menos profesores. Aulas m¨¢s llenas, claustros disminuidos. Libros de texto y matr¨ªculas universitarias que se encarecen, menos ayudas escolares y menos becas. Este es el escenario que la comunidad educativa afronta al comenzar un nuevo curso marcado por los recortes y que se vislumbra conflictivo, pues las restricciones afectan a todos los niveles de la ense?anza. Resulta comprensible el malestar de la comunidad educativa: aunque la mayor¨ªa de docentes y familias comprende que la coyuntura exige sacrificios, algunas de las medidas adoptadas tienen un marcado car¨¢cter antisocial y afectan a algo que valoran por encima de todo, la calidad de la educaci¨®n.
Por mucho que pretendan maquillarse, los datos no admiten lecturas ben¨¦volas. Por eso puede ser irritante la insistencia de algunos responsables pol¨ªticos en afirmar que la calidad de la ense?anza no se ver¨¢ afectada por los recortes. M¨¢s horas lectivas para los profesores, m¨¢s alumnos por clase y menos recursos para atender a los ni?os con necesidades educativas especiales no pueden sino afectar a esa calidad. La reforma aprobada por el Gobierno abri¨® la puerta a que las autonom¨ªas aumenten la ratio de alumnos por aula, hasta 30 en primaria y 36 en secundaria, y eso es lo que est¨¢ haciendo la mayor¨ªa, con alguna excepci¨®n, como la de Andaluc¨ªa. Decenas de miles de profesores, interinos en su mayor¨ªa, se han visto mientras tanto abocados al paro. Y las familias han de soportar una reducci¨®n de las ayudas y un incremento en el precio del material escolar por la subida del IVA, que ha pasado del 4% al 21%.
No es mejor la situaci¨®n en la universidad. La reducci¨®n de presupuestos ha mermado las plantillas, especialmente entre los profesores asociados, mientras los alumnos, que hasta ahora sufragaban con sus matr¨ªculas el 15% del coste de la ense?anza, aumentar¨¢n su contribuci¨®n hasta el 25%. La tasa de algunos m¨¢steres ha subido hasta el 200%. Siempre se hab¨ªa dicho que cualquier aumento de tasas deb¨ªa ir acompa?ado, para mantener la equidad, de un aumento de las becas. Pues bien, han aumentado las tasas, pero no las becas. Al contrario, ahora es m¨¢s dif¨ªcil conseguirlas, con lo que la universidad resulta ahora menos accesible para los hijos de las familias con menos recursos.
Es l¨®gico que el malestar que generan estas pol¨ªticas aflore y se exprese. Pero debe hacerlo siempre por cauces pac¨ªficos, de respeto y tolerancia, y no en la forma en que lo hizo un grupo de profesores y alumnos en la apertura del curso de las cinco universidades p¨²blicas de Madrid. Se entiende que un recorte de los presupuestos de esas universidades genere protestas, pero estas tienen cauces suficientes para expresarse sin necesidad de interrumpir un acto institucional. Es m¨¢s: las razones se ven perjudicadas por las malas formas de la protesta. El respeto a la libertad de expresi¨®n, una de las bases de la democracia, debe ser una regla de oro en el recinto universitario. Y fuera.
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