El C¨®digo Penal, una cortina de humo
El ministro de Justicia, Ruiz-Gallard¨®n, ha anunciado importantes medidas en materia penal. La primera de ellas, la eliminaci¨®n de las faltas, vigentes desde el C¨®digo Penal de 1822, que pasar¨¢n a ser sanciones administrativas o delitos leves. La segunda, y m¨¢s importante, es la llamada ¡°prisi¨®n permanente revisable¡±, o lo que es lo mismo, la instauraci¨®n de la cadena perpetua en la legislaci¨®n espa?ola.
Aprovechando el populismo creado por recientes casos dentro del ¨¢mbito penal, el Gobierno ha decidido legislar con las v¨ªsceras en vez de con arreglo a la legalidad vigente. Craso error. Ya que precisamente el legislador no puede cometer semejante fallo. Cuando se legisla, y m¨¢s en materia de Ley Org¨¢nica, el legislador tiene la obligaci¨®n ¡ªas¨ª lo ha precisado en numerosas sentencias el Tribunal Constitucional¡ª de respetar los derechos fundamentales precisados en nuestra Carta Magna, algo que con la propuesta realizada desde el Ministerio de Justicia no se realiza. Ello es debido a que el art¨ªculo 25.2CE precisa que la pol¨ªtica penitenciaria de nuestro pa¨ªs debe estar orientada hacia la reeducaci¨®n y la reinserci¨®n social. Por tanto, ser¨ªa necesaria una reforma constitucional para dar encaje constitucional a lo que el ministro plantea, ya que es incompatible con lo que el precepto establece.
Una vez expuesto esto, el debate parecer¨ªa est¨¦ril, pero no ser¨¢ as¨ª. El Gobierno vuelve a colocar una cortina de humo para que se deje de hablar de lo realmente importante, y vuelve a dejar en la palestra reformas de casos de materia penal todav¨ªa m¨¢s necesarios, si cabe, como son el endurecimiento de las penas en casos de corrupci¨®n, blanqueo de dinero o delitos urban¨ªsticos. Casos realmente importantes pero que el Ejecutivo no abordar¨¢, porque si a algo estamos acostumbrados desde que llegaron al Gobierno, es que legislan lo secundario para dejar apartado lo realmente importante: las personas. La cadena perpetua, como la pena de muerte, son un fracaso para la democracia, as¨ª como aceptar la incompetencia del Estado para la reinserci¨®n.¡ª Vicente Lera. Licenciado en Derecho.?
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