Delitos empresariales, sufrimiento humano
Autores invitados: Gerardo R¨ªos y Sara del R¨ªo (Amnist¨ªa Internacional/Greenpeace)
Esta es una historia de delitos empresariales, de violaciones de derechos humanos y de la incapacidad de las autoridades para proteger a las personas y al medio ambiente. Es una historia que muestra c¨®mo empresas sin escr¨²pulos pueden abusar de la debilidad e insuficiencias de la legislaci¨®n internacional para anteponer sus beneficios a las vidas humanas.
El 20 de Agosto de 2006 los habitantes de Abiy¨¢n, la principal ciudad de Costa de Marfil, se despertaron con un olor nauseabundo. Una cadena de empresas irresponsables hab¨ªa vertido toneladas de residuos t¨®xicos en hasta 18 lugares diferentes de la ciudad junto a casas, escuelas, parques...
Pese a la emergencia sanitaria que se declar¨®, hubo al menos 16 muertos y 43.492 casos fueron registrados como intoxicaci¨®n grave causada por los residuos t¨®xicos. Los efectos en la poblaci¨®n dieron lugar a 103.116 peticiones de tratamiento en los hospitales de la ciudad. En los d¨ªas peores se produjeron hasta 8.000 demandas de asistencia m¨¦dica. Los s¨ªntomas m¨¢s comunes: cefaleas, problemas respiratorios y oftalmol¨®gicos, erupciones cut¨¢neas y dificultades digestivas con dolores.
?C¨®mo se gener¨® esta aut¨¦ntica crisis de derechos humanos, este desastre medioambiental?
Una empresa basada en Londres, Trafigura Ltd., la tercera empresa mundial en el comercio de combustibles y con una facturaci¨®n anual de 122 mil millones de d¨®lares, hab¨ªa generado residuos extremadamente t¨®xicos al realizar un proceso denominado ¡°lavado ca¨²stico¡± a una gasolina sin refinar llamada nafta de coquizaci¨®n con la idea de refinarla y aumentar su precio.
Comenzaron en refiner¨ªas de Emiratos ?rabes y T¨²nez. Pero tras una fuga de gases en la planta de Tunez que deriv¨® en problemas respiratorios para los trabajadores, las autoridades tunecinas suspenden las operaciones. Es entonces cuando deciden comenzar a realizar el ¡°lavado ca¨²stico¡± a bordo de buques. En concreto, a bordo del Probo Koala.
El buque es propiedad de una empresa griega, registrada en las Islas Marshall y tiene bandera de conveniencia paname?a. Durante tres meses de 2006 el buque fue lavando los residuos de nafta de coquizaci¨®n con sosa ca¨²stica diluida mientras navegaba por el Mediterr¨¢neo. B¨¢sicamente en las proximidades de Malta y Gibraltar.
Trafigura contrat¨® con una compa?¨ªa holandesa, Amsterdam Port Services, la recepci¨®n y tratamiento final de los residuos. Pero al comenzar la descarga las autoridades detectaron la peligrosidad de estos. Los holandeses revisaron el coste del tratamiento al alza, entonces Trafigura rechaz¨® el precio y decidi¨® volver a cargar los residuos en el Probo Koala. El buque viaj¨® primero a Estonia buscando descargar los residuos o quiz¨¢s verterlos en el mar. Ante la vigilancia y seguimiento de las autoridades holandesas, Trafigura orden¨® el transporte de la carga t¨®xica hacia ?frica. Hubo intentos de descarga en Togo y en Nigeria, pero en ambos casos las autoridades lo impidieron.
A partir de ah¨ª comienza la historia en Costa de Marfil. Los residuos son descargados mediante camiones que operan de noche. Cuando la empresa gestora del vertedero principal de Abiy¨¢n, primer destino de los residuos, alarmada por el mal olor de las primeras descargas, cierra el acceso al recinto, los conductores de los camiones, sin instrucciones y asustados, buscan lugares de todo tipo para descargar los residuos. El sufrimiento de la poblaci¨®n de Abiy¨¢n hab¨ªa comenzado.
Treinta mil v¨ªctimas de la intoxicaci¨®n promovieron una demanda contra Trafigura ante los tribunales de Londres, y la fiscal¨ªa holandesa demand¨® a la filial de la empresa que hab¨ªa gestionado la operaci¨®n en el puerto de Amsterdam. En Septiembre de 2009 los tribunales brit¨¢nicos admitieron un acuerdo entre las partes por el que Trafigura pag¨® 45 millones de d¨®lares como compensaci¨®n a las v¨ªctimas y el tribunal holand¨¦s emiti¨® un veredicto de culpabilidad, pero en Costa de Marfil el gobierno alcanz¨® un acuerdo con Trafigura para renunciar a cualquier demanda a cambio de una compensaci¨®n de 195 millones de d¨®lares para llevar a cabo la limpieza y cubrir los da?os ocasionados. Los tribunales no resolvieron la situaci¨®n de las v¨ªctimas.
El caso en su integridad no ha podido ser llevado ante ning¨²n tribunal, ya que no existen hoy leyes ni jurisdicci¨®n internacional que puedan actuar en un caso cuyas ramificaciones implican a compa?¨ªas registradas en diversos pa¨ªses.
Todos los detalles del caso est¨¢n en el informe The Toxic Truth (*) que casi al mismo tiempo que se publica este post presentan conjuntamente Amnist¨ªa Internacional y Greenpeace. Un informe que recoge un proceso de investigaci¨®n largo y complicado, de m¨¢s de tres a?os de duraci¨®n. Despu¨¦s de leer el informe, la pregunta que se impone es: ?c¨®mo puede suceder algo as¨ª?
La respuesta: porque hay empresas que para incrementar sus beneficios buscan los agujeros de la legislaci¨®n o los pa¨ªses d¨¦biles pol¨ªticamente, as¨ª evitan exigencias y controles, puede actuar con impunidad. La cadena de responsabilidad se diluye hacia empresas subcontratadas, como en este caso, con informaci¨®n falseada o incompleta.
Pero las limitaciones de la legislaci¨®n actual no eximen de responsabilidad a las empresas ni a los estados y mucho menos reducen los derechos de las v¨ªctimas. Los Estados deben reclamar a las empresas evaluaciones de impacto y an¨¢lisis de riesgos, planes de actuaci¨®n en caso de impactos negativos sobre los derechos humanos y deben promover cambios en la legislaci¨®n para asegurar que las responsabilidades de las empresas pueden ser exigidas judicialmente.
Hace falta que, en l¨ªnea con los ¨²ltimos acuerdos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, se desarrollen leyes que permitan asegurar la exigencia de responsabilidad a todas las empresas en todos los lugares del mundo y en todos los casos en que se violen los derechos humanos. S¨®lo as¨ª ser¨¢ posible terminar con la impunidad de empresas como Trafigura y prevenir hechos parecidos a los que en agosto de 2006, en Abiy¨¢n, la ciudad m¨¢s importante de Costa de Marfil, causaron al menos 16 muertos y miles de damnificados.
(*) Gerardo R¨ªos es responsable del Equipo de Empresas de Amnist¨ªa Internacional Espa?a y Sara del R¨ªo, responsable de la campa?a de t¨®xicos de Greenpeace Espa?a. El informe 'Toxic True' se presenta hoy en Dakar (Senegal).
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