Rebeli¨®n portuguesa

Portugal se ha convertido en el primer rebelde entre los rescatados de la Eurozona. Una nutrida manifestaci¨®n ha obligado al Gobierno del conservador Pedro Passos Coelho a dar marcha atr¨¢s en sus planes de recorte de las contribuciones sociales a las empresas para sub¨ªrselas a los empleados, lo que equival¨ªa a una reducci¨®n generalizada de sueldos de un 7%. El Ejecutivo tendr¨¢ que encontrar ahora otras v¨ªas, probablemente por medio de nuevas subidas de impuestos y recortes de gasto, que logren equivalentes reducciones del d¨¦ficit. La troika (Comisi¨®n Europea, BCE y FMI) no perdona y si Portugal, al que se ha dado un a?o m¨¢s en sus objetivos de d¨¦ficit p¨²blico, no cumple, tampoco habr¨¢ desembolso de la siguiente partida del rescate.

Entre los rescatados, Portugal era hasta ahora el alumno modelo para la troika. La frustraci¨®n ciudadana salt¨® en las elecciones que lapidaron al socialista Jos¨¦ S¨®crates, aunque se manten¨ªa a raya desde la llegada al poder del conservador Pedro Passos Coelho. Y algunas cosas, como la tasa de riesgo de la deuda portuguesa o el coste laboral unitario, han mejorado. Pero Portugal no acaba de cumplir sus objetivos de d¨¦ficit, porque la recesi¨®n est¨¢ haciendo estragos. La econom¨ªa se va a encoger otro 3% este a?o, y al menos un punto m¨¢s el siguiente. Atrapado en el cors¨¦ del euro, Passos Coelho ha intentado una devaluaci¨®n fiscal, pero se ha topado con la resistencia de la calle. Solo el presidente, el muy experimentado An¨ªbal Cavaco Silva, ha evitado un enfrentamiento mayor, al convocar al Consejo de Estado que ech¨® por tierra el plan.

La cuesti¨®n que sigue planteada es hasta d¨®nde es posible ¡ªdesde la racionalidad social tanto como desde la econ¨®mica¡ª una austeridad a ultranza sin el menor crecimiento. Los portugueses pueden volver a la calle, pero lo importante es si la Eurozona est¨¢ dispuesta a contemplar alguna otra alternativa. Hoy por hoy, no lo parece.