Amnist¨ªa en la playa
El Consejo de Ministros aprueba una reforma de la Ley de Costas que perdona la demolici¨®n en 2018 de 10.000 inmuebles levantados en dominio p¨²blico
El Consejo de Ministros celebrado el viernes aprob¨® una reforma de la Ley de Costas de 1988 que supondr¨¢ una amnist¨ªa urban¨ªstica para m¨¢s de 10.000 inmuebles levantados en dominio p¨²blico y que deb¨ªan ser derruidos a partir de 2018. Se han cumplido pues las peores expectativas sobre esta reforma, que se ha presentado con el ilusorio t¨ªtulo de ley de ¡°protecci¨®n y uso sostenible¡± del litoral, para regular justo lo contrario de lo que proclama.
La ley de 1988 concedi¨® a los propietarios de construcciones edificadas fuera de normativa o en espacios protegidos 30 a?os de disfrute, pasados los cuales la propiedad pasar¨ªa al Estado. Ese plazo expiraba en 2018. A partir de ese momento, deb¨ªan comenzar las demoliciones. La reforma aprobada el viernes alarga la concesi¨®n por otros 75 a?os, es decir, garantiza el disfrute y explotaci¨®n de las construcciones irregulares durante tres generaciones.
El ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Ca?ete, justific¨® la pol¨¦mica medida por la inseguridad jur¨ªdica que representa, para los extranjeros que han comprado esas propiedades, encontrarse con que deben ser derruidas.
Pero el ministro a?adi¨® dos razones m¨¢s, que marcan el verdadero prop¨®sito del cambio normativo: ¡°Mejorar la confianza de los inversores extranjeros y dar salida a los stocks de viviendas, que por la imagen de Espa?a de inseguridad jur¨ªdica, lleva a frenar las inversiones en el litoral¡±. Ah¨ª radica la contradicci¨®n entre lo que la ley proclama y lo que realmente regula.
Dice que ya no dejar¨¢ construir en zonas protegidas, pero permite reducir el espacio considerado de dominio p¨²blico y la servidumbre de protecci¨®n pasa de 100 a 20 metros en algunos lugares, previo para que los Ayuntamientos admitan construir en el espacio liberado.
La norma abre pues la puerta a nuevas invasiones como las que ya han destrozado una parte del litoral, en una visi¨®n miope que sacrifica la calidad paisaj¨ªstica y ambiental a la satisfacci¨®n de intereses privados vinculados a la construcci¨®n. Los mismos intereses que han dejado parte de la costa convertida en un mar de cemento.
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