Un salto estratosf¨¦rico
Lanzarse desde 39.068 metros de altura forma parte del mismo esp¨ªritu de superaci¨®n que ha propiciado los grandes avances
Es el salto m¨¢s alto jam¨¢s realizado: 39.068 metros de altura. Para conseguir esa proeza, el paracaidista austriaco Felix Baumgartner, de 43 a?os, subi¨® hasta la estratosfera y despu¨¦s de contemplar el globo azulado que se ve desde esa distancia, se lanz¨® al vac¨ªo. Hace falta coraje para una aventura como esa, aunque el riesgo que el salto entra?aba y el miedo que pudo pasar quedaron ampliamente compensados por el ¨¦xito de la operaci¨®n y la gran notoriedad que la gesta ha dado a su protagonista.
Miles de televisiones y medios online de todo el mundo retransmitieron en directo el momento en que Baumgartner se lanzaba. Y nueve largos minutos despu¨¦s, el momento en que posaba los pies en la tierra del desierto de Nuevo M¨¦xico con la misma soltura que si se hubiera lanzado en parapente desde una colina.
El austriaco bati¨® varios r¨¦cords: el de altura del salto, por supuesto (el anterior estaba en 31.333 metros, logrado en 1960), el de mayor altura alcanzada en globo y el de velocidad de ca¨ªda, el m¨¢s arriesgado.
Los aficionados a tirarse desde los puentes hablan del subid¨®n de adrenalina que sienten cuando caen unos pocos metros. Baumgartner ha experimentado ahora la experiencia de caer tanto tiempo y a una rapidez dif¨ªcil de imaginar: 1.137 kil¨®metros por hora, cuatro veces la velocidad del AVE. Durante 20 segundos lleg¨® a superar la velocidad del sonido sin propulsi¨®n, un nuevo r¨¦cord que le convierte en h¨¦roe supers¨®nico.
?Qu¨¦ sentido tienen estas aventuras, aparte de proporcionar publicidad a la marca que las financia y un sano entretenimiento a quienes las contemplan?
En realidad, la historia de la humanidad est¨¢ llena de aventureros que arriesgaron vida y patrimonio para hacer posible un sue?o. Y de esos sue?os han surgido no pocos de los avances de los que despu¨¦s nos beneficiamos. ?Ten¨ªa sentido intentar llegar al Polo Norte o atravesar el Atl¨¢ntico en aquellas fr¨¢giles avionetas? Visto retrospectivamente, muchas de esas locuras tuvieron sentido. Con el tiempo se ver¨¢ qu¨¦ aporta el salto de Baumgartner, pero sin ese esp¨ªritu de superaci¨®n y sin la curiosidad que anida en la mente humana ni siquiera hubi¨¦ramos dominado el fuego.
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