La culpa de todo ya no la tiene Yoko Ono
"Ella ciertamente no rompi¨® el grupo", exculpa Paul McCartney en una entrevista, casi medio siglo despu¨¦s, a la viuda de su amigo John Lennon
Durante a?os, la frase ha rimado tan bien que parec¨ªa el ¨²nico estribillo para el final de los Beatles. ¡°La culpa de todo la tiene Yoko Ono¡±. Pero no. Paul McCartney, el beatle m¨¢s celoso a la intromisi¨®n de la artista japonesa en la vida de los Fab Four, ha exculpado, casi medio siglo despu¨¦s, a la viuda de su amigo John Lennon. ¡°Ella ciertamente no rompi¨® el grupo. No creo que puedas culparla de nada¡±, ha afirmado el cantante, de 70 a?os, en una entrevista para el canal Al Yazira, que se emitir¨¢ en noviembre, pero de la que el peri¨®dico brit¨¢nico The Observer se ha hecho eco adelantando algunos extractos.
?A sus 76 a?os, a Yoko Ono todav¨ªa le pesa la famosa frase, pero ahora su mayor detractor le quita de encima el papel de mala de la pel¨ªcula en la ruptura en 1970 del grupo m¨¢s exitoso de la historia. Porque, por venir de quien viene, la declaraci¨®n es m¨¢s que simb¨®lica. McCartney nunca perdon¨® a Lennon que dejase entrar a Ono en la intimidad de los Beatles. Cruz¨® una l¨ªnea roja impensable para el resto de la banda al dejar que la japonesa se convirtiese en la primera mujer en poner sus pies en el templo sagrado de Abbey Road. Pero lo que es peor, y desesperaba a Macca:? permitir que Ono, atrevida como la que m¨¢s, opinase de c¨®mo tocaban unos y otros y c¨®mo ten¨ªan que ser las canciones. Para McCartney, no solo era como si tu mejor amigo se saltara las normas de la pandilla colando en el grupo de chicos a la novia, sino que adem¨¢s la susodicha iba de lista.
?Para McCartney, como afirma el bi¨®grafo Philip Norman, esa joven vanguardista, que Lennon conoci¨® en una galer¨ªa de arte de Londres en 1966, sacaba el lado m¨¢s inaguantable e individualista de su compa?ero, con quien firmaba todas las canciones. Bajo el embrujo de Ono, Lennon vest¨ªa de blanco mientras plantaba bellotas de la paz y se involucraba en causas pol¨ªticas. Pero, en su charla con el veterano periodista David Frost, el cantante brit¨¢nico pone tierra de por medio y llega a asegurar que Lennon nunca hubiera escrito Imagine si no hubiera sido por la influencia de ella. ¡°Cuando apareci¨® Yoko, parte de su atractivo fue su parte m¨¢s vanguardista, su visi¨®n de las cosas. Ella le ense?¨® una forma diferente de ser, que le resultaba muy atractiva. Por eso, era el momento de John para irse", dice el m¨²sico.
A decir verdad, Ono siempre ha sido el chivo expiatorio de muchos fans incapaces de reconocer las fricciones de la legendaria banda antes de su protagonismo. Puede que para muchos la declaraci¨®n de McCartney sea reveladora, pero simplemente viene a constatar la devastadora realidad que vivieron los Beatles en la c¨²spide de su fama. Pese al descomunal ¨¦xito, convertidos en fen¨®meno mundial en la d¨¦cada de los sesenta, los cuatro fabulosos de Liverpool hab¨ªan empezado a distanciarse antes de la presencia constante de Ono. Tal vez, fue el detonante pero no la causa. En palabras de Hunter Davis, el bi¨®grafo que vivi¨® de primera mano el ascenso fulgurante del grupo: ¡°Para saber cu¨¢ndo los Beatles empezaron a separarse hay que remontarse a 1966, cuando abandonaron las giras y dejaron de compartir una vida en com¨²n¡±.
?Ya durante la grabaci¨®n del ¨¢lbum blanco en 1968, Ringo dijo que estaba harto de ser el bater¨ªa de los Beatles al sentirse ignorado por el resto. Y abandon¨® por una temporada. George Harrison estaba m¨¢s preocupado en otras cosas, como la religi¨®n o la m¨²sica hind¨², que del grupo mientras los egos de McCartney y Lennon chocaban constantemente. Macca, el m¨¢s interesado en mantener a la banda unida, quer¨ªa erigirse en l¨ªder al tiempo que Lennon, cada vez m¨¢s dependiente de las drogas y sentimentalmente inestable, no lo permit¨ªa. Pero Lennon no pod¨ªa evitar estar aburrido de ser beatle. Hasta que conoci¨® a Ono y sacudi¨® su pasividad.
Seg¨²n escribi¨® Hunter Davis, ¡°fue como si despertase a la vida¡±. Y, ciertamente, ayud¨® al cantante a conectarse con la m¨²sica en un nuevo plano y buscar v¨ªas sonoras y l¨ªricas m¨¢s crudas, comprometidas e introspectivas a las conocidas por ¨¦l en el universo beatle. Para la posteridad quedan obras sobresalientes que ambos firmaron como Yoko Ono / Plastic Ono Band o Double Fantasy, pero adem¨¢s fue su gran musa de los setenta, tanto para dedicarle composiciones de amor como estar detr¨¢s de las mayores agitaciones sociales del m¨²sico.
Sin embargo, muchos fans del grupo nunca la han perdonado, y seguramente no la perdonar¨¢n, su relaci¨®n con Lennon, llegando a abrir p¨¢ginas de Facebook llamadas ¡°La culpa de todo la tiene Yoko Ono¡±. El grupo espa?ol Def Con Dos incluso titul¨® una de sus canciones m¨¢s recordadas con esa frase. Al menos, ella ha sabido llevarlo con cierta gracia. En 2007, public¨® un disco bajo el nombre Yes, I¡¯m a Witch (S¨ª, soy una bruja), donde parec¨ªa re¨ªrse de la etiqueta que le han colgado. Algo de humor no le ha faltado aunque tampoco algo de habilidad para vivir de las rentas. Conviene preguntarse si Ono, cuya carrera art¨ªstica es m¨¢s que irregular, hubiese sido lo que es de no ser la viuda m¨¢s famosa del mundo del rock. Tras la absoluci¨®n de McCartney, puede que quede m¨¢s claro que la culpa del adi¨®s de los Beatles no fue suya, pero nada m¨¢s.
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