El bot¨ªn sanitario
Igual que pasa con el resto de los derechos elementales de los seres humanos, la salud tambi¨¦n tiene un precio en la hoja de ruta del gobierno. Era previsible que los ultraliberales, jugadas hasta la extenuaci¨®n todas sus anteriores bazas y burbujas, atacaran el bot¨ªn de la sanidad p¨²blica para ampliar su mercado de negocio. Han repetido como posesos el mantra del ahorro que supone la privatizaci¨®n para las arcas comunes. A fuerza de insistir, han hecho cre¨ªble que era necesario desmantelar una de las mejores sistemas de salud del planeta y venderlo a ambiciosos empresarios para que sea rentable.
Pero, ?es que la salud de las personas debe tasarse en funci¨®n de su rentabilidad mercantil? Adem¨¢s, si hablamos de n¨²meros desnudos de cualquier ¨¦tica social, privatizar la sanidad es un gran negocio, s¨ª. Pero ¨²nicamente para los particulares agraciados por el bombo loco de la administraci¨®n de turno. A fuerza de despedir personal y escatimar en pruebas y tratamientos, medrar¨¢n los nuevos se?ores de la salud mientras se deteriora la sanidad p¨²blica.
Y aqu¨ª radica el fundamento primero de la filosof¨ªa neocon: La vida de la gente no importa, no vale nada si careces de dinero para poder mantenerla. Es as¨ª de crudo el tema. Toda estafa global debe ir acompa?ada de otras estafas locales que, en avanzadilla, van tomando las plazas. Si perdemos la de la sanidad o la de la educaci¨®n, acabaremos perdiendo esta guerra abiertamente declarada. Son la base de cualquier sociedad civilizada que quiera progresar. Junto al trabajo, la sal y el motor para superar las dificultades que padece nuestro pueblo.
El copago, el repago, re-copago (o como quiera llamarle cada uno) componen el conjunto de timos incendiarios que acompa?an a la gran traca sanitaria. A la ciudadan¨ªa se le est¨¢ robando lo que le pertenece por derecho. La vida pasa a ser otro privilegio que solo puede pagar don dinero.¡ª Ana Cuevas Pascual.
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