Contra la amnesia

La Ley Hipotecaria se reform¨® en los a?os noventa, creo que durante el Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez. Hasta entonces, no se pod¨ªa hipotecar un bien si uno no era propietario del mismo. La modificaci¨®n consisti¨® en que a partir de esa fecha, fue posible hipotecar un bien en el momento mismo de su adquisici¨®n ante el notario. Eso hizo que, una cantidad enorme de espa?oles que hab¨ªan vivido arrendados toda su vida, pudieran adquirir una vivienda propia. Desde entonces, la frase m¨¢s escuchada era la de que alquilar era ¡°tirar el dinero¡±.

La demanda de pisos y casas para comprar fue creciendo vertiginosamente y los precios de las mismas multiplic¨¢ndose cada a?o, pero creo sinceramente que a nadie le amenazaron para que comprara una casa solicitando una hipoteca. Y me consta que los tr¨¢mites para conseguirla no eran f¨¢ciles ni r¨¢pidos: avales, n¨®minas, otras propiedades, etc¨¦tera.

En cuanto a los bancos y los banqueros, han pasado de ser envidiados y adulados, a villanos. Parece que hemos olvidado que su negocio siempre ha sido pagar poco por el dinero que les confiamos y cobrar mucho por el dinero que les pedimos prestado. Pero pese a todo, pr¨¢cticamente todos seguimos utilizando sus servicios, porque nadie quiere arriesgarse a guardar el dinero de su n¨®mina o de su pensi¨®n en un caj¨®n, ni hacer colas interminables para pagar los innumerables recibos de todo tipo que generamos; y preferimos seguir utilizando las tarjetas de d¨¦bito y de cr¨¦dito para casi todo.

Ahora m¨¢s que nunca es necesario reformar la Ley Hipotecaria por otra m¨¢s justa y controlar lo que los bancos nos cobran por sus servicios.¡ª Enrique Linaza Iglesias.