Cuatro preguntas para el d¨ªa despu¨¦s
Catalu?a necesita reequilibrar su sistema pol¨ªtico desde que el PSC se qued¨® sin palabras
Aunque los desahucios y la huelga general provocaron la irrupci¨®n del principio de realidad social en la campa?a catalana, esta sigue su camino, conforme al guion preestablecido por CiU al que todos se han adaptado: secesionismo contra unionismo. CiU y PP, hermanos de inter¨¦s en las cosas que conciernan al dinero, han conseguido de este modo que se hable poco de la crisis econ¨®mica y social. CiU, la que se autoproclam¨® primera de la clase en recortes, est¨¢ logrando salir inmune de las pol¨ªticas de austeridad. A las elecciones ya solo les quedan peque?os detalles, no exentos de importancia, por resolver: si CiU tiene mayor¨ªa absoluta o no (improbable en un sistema a siete partidos) y qui¨¦n ser¨¢ la segunda fuerza parlamentaria, en disputa abierta entre PSC, PP y ERC. O, dicho de otro modo, ?cu¨¢l ser¨¢ la dimensi¨®n de la tragedia del PSC? Es hora ya de pensar en las cuestiones que definir¨¢n el d¨ªa siguiente.
La primera de ellas: ?resistir¨¢ Artur Mas las enormes presiones que caer¨¢n sobre ¨¦l especialmente desde la ¨¦lite empresarial catalana? Hay mucha inquietud en las zonas altas del poder econ¨®mico. En Catalu?a, pero tambi¨¦n fuera de ella, porque algunos piensan que la ruptura de Espa?a se llevar¨ªa el euro por delante. A los grandes empresarios no les gusta la situaci¨®n y adem¨¢s se sienten traicionados por el presidente, al que consideraban una garant¨ªa para sus intereses. Ahora se consuelan diciendo que Artur Mas se ha puesto al frente del movimiento para encauzarlo y que la fuerza de las cosas ¡ªes decir, de los dineros¡ª har¨¢ que todo vuelva a su sitio: CiU, ganadas las elecciones, volver¨¢ a ejercer la funci¨®n de virrey que se le supone. Son los que dicen que la pol¨ªtica empezar¨¢ a partir del d¨ªa 26. ?Acaso no es pol¨ªtica lo que han hecho hasta ahora los movimientos sociales por la independencia y los partidos que le han dado continuidad y transformaci¨®n? Mas y Rajoy deben encontrar un punto de acuerdo, dicen. ?Cu¨¢l? Nadie es capaz de precisarlo.
La cuesti¨®n sobre las verdaderas intenciones de Artur Mas va ligada a las dos preguntas siguientes: ?aguantar¨¢ la sociedad catalana el pulso independentista o se ir¨¢ enfriando a medida que aparezcan las dificultades? ?Tiene Mariano Rajoy algo que proponer para que el encuentro sea posible? El independentismo no es una fuerza homog¨¦nea ni estabilizada. Hay un n¨²cleo duro, que ha ido creciendo con el tiempo, para el cual la independencia es una cuesti¨®n ideol¨®gica, de principios y de derechos; hay un independentismo sobrevenido a golpe de frustraci¨®n y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, de crisis. Hay un independentismo de cambio generacional y cultural. Y hay un independentismo fruto de la normalizaci¨®n pol¨ªtica de lo que hab¨ªa sido tab¨² hasta hace poco tiempo. Es un independentismo que se podr¨ªa explicar as¨ª: si te dan la importunidad de decir si quieres un Estado propio para tu pa¨ªs, es muy dif¨ªcil decir que no. Son distintos grados de compromiso; por tanto, distintos grados de resistencia. Si el proceso se prolonga y se complica, puede que el entusiasmo baje, pero tambi¨¦n puede que se refuerce si crece la sensaci¨®n de desprecio y de agravio.
De modo que vamos a la tercera pregunta: ?qu¨¦ har¨¢ Rajoy? ?Plantear propuestas que Artur Mas dif¨ªcilmente pueda rechazar, o dejar que la situaci¨®n se pudra, parapet¨¢ndose en la ley para negar cualquier negociaci¨®n, conforme a los que dicen que el solo hecho de aceptar el refer¨¦ndum ya ser¨ªa una traici¨®n? Sus obras inducen a pensar en esta segunda opci¨®n. Dejar que el tiempo erosione las expectativas es una t¨¦cnica muy suya. De resultado incierto: ?desgaste o est¨ªmulo para el independentismo? La gente sensata le aconseja que busque un punto de encuentro. ?Lo hay? El pacto fiscal suena imposible. Y un apa?o como el de la ordinalidad, que permita a Catalu?a mantener posici¨®n despu¨¦s de la liquidaci¨®n fiscal, no lleva a ninguna parte. Despu¨¦s de la que se ha liado, Artur Mas tendr¨ªa que irse a casa. El rid¨ªculo ser¨ªa hist¨®rico.
Queda una cuarta pregunta, en forma de coda: ?c¨®mo se reconstruir¨¢ la izquierda catalana? Hasta ahora se hab¨ªa dicho que solo pod¨ªa reconstruirse a partir del PSC. Despu¨¦s de estas elecciones los par¨¢metros cambian. Probablemente, se reconstruir¨¢ con el PSC, pero no desde el PSC, que en cinco a?os lo ha perdido casi todo: el capital pol¨ªtico, social, moral e ideol¨®gico. En cualquier caso, Catalu?a necesita reequilibrar su sistema pol¨ªtico, que est¨¢ escorado a la derecha, desde que el PSC se qued¨® sin palabras y sin pol¨ªtica.
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