El riesgo de las agencias
La reforma de las firmas de ¡®rating¡¯ exige la separaci¨®n total del negocio de consultor¨ªa
Las instituciones internacionales tienen pendiente una reforma del papel de las agencias de calificaci¨®n crediticia pr¨¢cticamente desde que estall¨® la crisis y quebr¨® Lehman Brothers. Empresas y Gobiernos est¨¢n de acuerdo en que las decisiones de calificaci¨®n de dichas agencias, cuyo poder de mercado est¨¢ concentrado en Moody¡¯s, Fitch y Standard & Poor¡¯s, han contribuido a deteriorar la estabilidad de las deudas soberanas y el rating de las compa?¨ªas privadas, en especial de los bancos, puesto que han actuado de forma proc¨ªclica. En periodos de prosperidad alentaron la burbuja financiera e inmobiliaria facilitando con su optimismo la expansi¨®n del cr¨¦dito barato; en tiempos depresivos, ahondan en la depreciaci¨®n de los activos y dificultan su recuperaci¨®n. En resumen, operan a favor de la corriente.
Un grupo de trabajo del Consejo de Estabilidad Financiera, reunido en Nueva York, a instancias del G-20, intentar¨¢ a partir de hoy poner orden en el mercado de las agencias de calificaci¨®n. La iniciativa es loable, en parte porque es la primera vez que se afronta el problema con el fundamento de un informe previo elaborado por el propio Consejo. Tambi¨¦n porque la discusi¨®n est¨¢ bien orientada: pretende en principio revisar y recortar los requisitos que se piden a bancos y Estados para garantizar su solvencia y reducir el n¨²mero de intervenciones de las agencias en la calificaci¨®n de tales requisitos.
Ahora bien, esta l¨ªnea de actuaci¨®n evita el fondo del problema. Las agencias de rating distorsionan la percepci¨®n del mercado por tres razones fundamentales. La primera es el car¨¢cter proc¨ªclico de sus calificaciones, ya mencionado. La segunda, y m¨¢s grave, es que mantienen l¨ªneas de negocio incompatibles. El Banco Central Europeo (BCE) explica en un informe reciente que las agencias califican con notas mejores a las empresas y bancos que adem¨¢s tienen contratados con ellas tareas de consultor¨ªa. Una firma consultora no puede ser adem¨¢s auditora, por m¨¢s ¡°barreras chinas¡± y dem¨¢s artilugios corporativos con que se pretenda disfrazar el conflicto de intereses. Los negocios deben separarse, jur¨ªdica y societariamente.
Por ¨²ltimo, los inversores y ciudadanos ¡ªcuando se trata de Estados¡ª tienen derecho a conocer los modelos y par¨¢metros en los que se basa la calificaci¨®n de una agencia. Con m¨¢s frecuencia de la debida, estos criterios se desconocen, hasta el punto de que muchos ratings parecen simplemente arbitrarios. Si se conocieran al detalle, los inversores podr¨ªan evaluar la confianza que les suscita la calificaci¨®n de un activo o de una deuda soberana y obrar en consecuencia.
La reforma del mercado de rating exige que se corrijan estas disfunciones. Las agencias son necesarias, porque los inversores no pueden tener un an¨¢lisis pormenorizado de todos los valores y activos. Pero hay que evitar que act¨²en como un factor de agravamiento de la crisis.
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