No es el federalismo, es la cuesti¨®n nacional
Para ser un partido de vocaci¨®n nacional, el PSOE debe explicar su idea de Espa?a
El PSOE ha introducido con fuerza en la vida pol¨ªtica espa?ola la necesidad de avanzar hacia un modelo federal de Estado. Sin embargo, el partido fundado por Pablo Iglesias no ha hecho p¨²blico todav¨ªa cu¨¢l es el modelo federal que propone. De momento, no hay mucho m¨¢s que la invocaci¨®n del principio federal como respuesta al envite soberanista catal¨¢n.
El punto dista de ser menor, pues no hay un tipo ideal de federalismo, sino experiencias federales varias, La historia de Alemania, Canad¨¢, Suiza o Estados Unidos ¡ªpor citar algunos ejemplos¡ª nos muestra que el significado del concepto ¡°federalismo¡± no es un¨ªvoco. Federar, que significa unir mediante pacto, puede dar lugar a diferentes composiciones del poder que oscilan entre el Estado unitario y el compuesto. En este sentido, la decantaci¨®n de los socialistas por un modelo u otro ser¨¢ fundamental para el conjunto de los espa?oles. Sobre todo porque cualquiera que sea la propuesta de reforma de la planta territorial del Estado que proponga el PSOE tendr¨¢ que descansar, por necesidad, en una idea de Espa?a. Por tanto, la reflexi¨®n sobre el federalismo y el socialismo nos remite necesariamente a un debate m¨¢s antiguo: la cuesti¨®n nacional.
Hist¨®ricamente el PSOE ha mantenido una relaci¨®n complicada con la cuesti¨®n nacional. Sin embargo, el Partido Socialista vivi¨® su propia transici¨®n dentro de la Transici¨®n, abandonando su condici¨®n de partido de clase para convertirse en un partido nacional que asumi¨® plenamente la idea de Espa?a expresada en el art¨ªculo segundo de la Constituci¨®n de 1978. Atr¨¢s qued¨® la pol¨ªtica de alianzas t¨¢cticas con los nacionalismos perif¨¦ricos, propia del antifranquismo, que llev¨® al PSOE a apoyar abiertamente el derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos de Espa?a. En 1982, en una entrevista concedida a EL PA?S diez d¨ªas despu¨¦s de ser elegido Presidente del Gobierno por primera vez, Felipe Gonz¨¢lez declaraba: ¡°?Sabes lo que dicen del nuevo Gobierno espa?ol en Estados Unidos? Pues que somos un grupo de j¨®venes nacionalistas. Y no les falta verdad. Creo que es necesaria la recuperaci¨®n del sentimiento nacional, de las se?as de identidad del espa?ol...¡±.
Atr¨¢s qued¨® la pol¨ªtica de alianzas t¨¢cticas con los nacionalismos perif¨¦ricos, propia del antifranquismo
Sin embargo, el PSOE actual dista mucho de ser el partido que en los ochenta se arrog¨® la tarea de modernizar el pa¨ªs para asentar un proyecto nacional. Actualmente, el PSOE se halla escindido entre un socialismo del norte y un socialismo del sur cuya idea de Espa?a no se corresponde m¨¢s que como mera referencia geogr¨¢fica. En lo que al socialismo del norte toca, el PSC, as¨ª como el PSE y el PSG, han asumido el discurso de los nacionalistas y apuestan abiertamente por un progresismo catalanista, galleguista y vasquista cuyo corolario es el reconocimiento de Catalu?a, Galicia y el Pa¨ªs Vasco como naciones. El socialismo del sur, en cambio, recela del entendimiento entre socialistas y nacionalistas. Su idea de progreso no es identitaria, sino social. Desde esta posici¨®n, la forma Estado-naci¨®n actual se percibe como el mejor instrumento para garantizar la cohesi¨®n nacional y evitar que el principio de autonom¨ªa regional est¨¦ por encima del principio de igualdad entre los espa?oles. En suma, la ¡°naci¨®n de naciones¡± frente a la ¡°naci¨®n de ciudadanos¡±.
No hace falta remontarse mucho tiempo atr¨¢s para saber d¨®nde ha llevado al socialismo espa?ol la pol¨ªtica de pactos con los nacionalistas perif¨¦ricos . Se ha demostrado que la alianza con los nacionalistas es una v¨ªa que permite al PSOE construir una nueva mayor¨ªa ensanchando la base electoral por la izquierda. Sin embargo, no es menos cierto que el entendimiento con los nacionalistas deriva, antes o despu¨¦s, en el cuestionamiento de la existencia misma de Espa?a como naci¨®n a favor de una visi¨®n plurinacional del Estado. Y por ese camino no se transita hacia una reforma en sentido federal, sino que se avanza, y con paso firme, hacia una forma de Estado confederal, cosa bien distinta.
Por tanto, lo que se ventila en el debate sobre el federalismo es si el PSOE quiere ser un partido nacional, de todos los espa?oles, o aspira a convertirse en un remedo de partido nacionalista en cada autonom¨ªa. As¨ª las cosas, ser¨ªa bueno que el PSOE abordase como merece la cuesti¨®n nacional en vez de renunciar a pronunciarse sobre el particular en atenci¨®n del inter¨¦s electoral. Mientras, ning¨²n planteamiento de reforma de la planta territorial del Estado tendr¨¢ sentido si el socialismo no aclara antes cu¨¢l es su idea de Espa?a. Lo que est¨¢ en juego no es un debate acad¨¦mico sobre el ser de la naci¨®n espa?ola, sino una cuesti¨®n menos abstracta como es la direcci¨®n de la pol¨ªtica del principal partido de la oposici¨®n. Lo que est¨¢ en juego, en definitiva, es saber si el PSOE quiere enarbolar la bandera de la igualdad o quiere, por el contrario, ser el gestor de los privilegios de unos espa?oles sobre otros.
Jorge del Palacio Mart¨ªn es profesor en el m¨¢ster An¨¢lisis pol¨ªtico y medios de comunicaci¨®n de la Universidad Rey Juan Carlos.
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