Me lo dijeron
A trav¨¦s de esos medios se amplifican las medias verdades, se conjugan las confusiones con las certidumbres, se ponen en riesgo prestigios, de personas, de entidades o de corporaciones
Este ¨²ltimo martes, el periodista Alan Cowell le enviaba a su peri¨®dico, el International Herald Tribune, una de sus ¡°cartas de Europa¡± sobre lo que acaba de suceder (otra vez) en la BBC de Londres. El esc¨¢ndalo se resume en dos l¨ªneas: la m¨¢s importante corporaci¨®n de radio y televisi¨®n del mundo est¨¢ al borde del colapso institucional porque en uno de sus programas m¨¢s importantes se indic¨® que un expol¨ªtico tory hab¨ªa cometido abusos sexuales con menores, su identidad (supuesta) hab¨ªa sido revelada por tuiteros, el acusado se revolvi¨® e inmediatamente la gran emisora brit¨¢nica, de la que dimitieron algunos de sus principales responsables, indemniz¨® al insultado con una suma muy cuantiosa. Inmediatamente.
De lo que habla Cowell en su columna es del avance de la mentira como verdad en la sociedad en la que vivimos, gracias a la rapidez con la que act¨²an las redes sociales m¨¢s potentes y a la indecencia, amparada en el anonimato, de much¨ªsimos de sus usuarios, entre ellos los que denunciaron falsamente al expol¨ªtico brit¨¢nico. A trav¨¦s de esos medios, que son instrumentos, se amplifican las medias verdades, se conjugan las confusiones con las certidumbres, se ponen en riesgo prestigios, de personas, de entidades o de corporaciones, y finalmente se deja la sombra de la sospecha para que la resuelva el que ha devenido sospechoso sin comerlo ni beberlo. El manejado como culpable tiene que demostrar su inocencia, mientras que el que ha lanzado la piedra se lava las manos e incluso hace negocio, o ruido, con el infundio que ha montado. Previamente, no ha preguntado nada, no ha confirmado nada: el rumor, mejor desnudo que envuelto en periodismo.
Ha pasado con el pol¨ªtico tory, y este se ha resarcido, o eso se supone. Pero, se pregunta Cowell, ?y qu¨¦ pasar¨ªa si ¡°este universo sombr¨ªo¡± se abre a impostores, a tuiteros falsos que se ocultan detr¨¢s de falsas identidades para actuar impunemente creando realidades asimismo mentirosas de las que nadie se puede resarcir? ¡°Qu¨¦ pasar¨ªa¡±, se sigue preguntando el columnista del IHT, ¡°si la supuesta diseminaci¨®n de verdad es tan solo un frente para manipular la opini¨®n¡±.
El asunto no es balad¨ª, pero la sociedad lo ha puesto a un lado de la v¨ªa porque todo lo que se dice de ese ¨¢mbito en el que la suposici¨®n y la demagogia se dan la mano para establecer como verdad lo que es solo un infundio o un indicio hace saltar todas las alarmas de los que confunden informaci¨®n con diseminaci¨®n de la sospecha.
Hace a?os, una compa?era de cena expres¨® su inter¨¦s por confirmar conmigo algo que me ata?¨ªa demasiado personalmente. A su requisitoria le contest¨¦ que no, que no era cierto eso que ella me dec¨ªa, no se correspond¨ªa en lo m¨¢s m¨ªnimo con la realidad. Le pregunt¨¦ por qu¨¦ me lo preguntaba. Su argumento se parece al que ahora se esgrime para confirmar, dig¨¢moslo as¨ª, una convicci¨®n aunque esta est¨¦ basada en la nada. Ella me dijo:
¡ªAh, a m¨ª me lo dijeron.
Nos hemos adentrado peligrosamente en la demagogia del ¡°ah, a m¨ª me lo dijeron¡±, y estamos dejando que la diseminaci¨®n de rumores, falsedades y ruindades directamente dirigidas a individuos o entidades cumpla la misi¨®n que Cowell declara tan vieja como la tos: la manipulaci¨®n para conseguir prop¨®sitos que no se pueden explicar en no s¨¦ cu¨¢ntos caracteres ni en s¨¢banas enteras de papel prensa.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.