El primer escal¨®n hacia una generacion libre de sida
Autores invitados: Mqondisi Mnkandla (joven activista) y Meluleki Nyathi (antrop¨®logo y responsable de Comunicaci¨®n Comunitaria de MSF). Thsolotho (Zimbabue).
"Soy Mqondisi Mnkandla, un joven activista contra el sida y vivo en Bulawayo, la segunda ciudad m¨¢s grande de Zimbabue. Formo parte del Mpilo Teen Club, un grupo de apoyo de adolescentes con VIH. En la lucha contra el virus, la comunidad ayuda a crear un espacio para desvelar la condici¨®n de seropositivo y una zona acogedora en la que las personas infectadas y afectadas pueden hablar abiertamente sobre cuestiones relativas a su generaci¨®n. La comunidad es vital a la hora de ofrecer su consejo tanto a j¨®venes como a ancianos. Al principio, cuando uno descubre su condici¨®n, ¨¦sta es un pilar de apoyo que ofrece atenci¨®n, aconseja y da su amor a los pacientes formando estructuras de atenci¨®n grupales".
Test de prueba de VIH a un ni?o de 6 semanas en Zimbabue. ? Susana O?oro
"Las comunidades asesoran a las personas y participan en campa?as de sensibilizaci¨®n, abriendo los ojos de la gente. Al estar rodeado por una que me apoya y acoge con afecto he tenido la posibilidad de conocer a personas, organizaciones y servicios que han contribuido a mejorar mi vida y la de aquellos a mi alrededor".
"Las personas diagnosticadas con el virus son aceptadas en sus comunidades, entendiendo que ellas constituyen un grupo importante que va a ayudar a detener la propagaci¨®n del virus. Promoviendo la participaci¨®n de ni?os y j¨®venes en los sistemas de grupos de apoyo, animan a compartir conocimiento. De esta forma, cuando uno es seropositivo las oportunidades de sobrevivir son las mismas que las de las personas negativas. Como adolescente con VIH pude viajar el pasado julio a EEUU para participar en la Conferencia Mundial del Sida, una oportunidad para ser la voz de los sin voz y para construir un mundo mejor donde la gente acepte que el virus es una enfermedad como cualquier otra".
Coro Mpilo Teen Club
Como bien ha explicado Mqondisi, mi compa?ero de art¨ªculo, la comunidad y la familia son una red de apoyo clave y una instituci¨®n social en torno a la cuales se construyen todas las dem¨¢s instituciones. He podido comprobar el inter¨¦s, la aceptaci¨®n y la compresi¨®n que generan los programas grupales en las comunidades. Su aportaci¨®n no puede subestimarse cuando se implementan programas m¨¦dicos y de emergencia. Otorgar roles para ser parte de la soluci¨®n, en lugar de ser parte del problema, empodera.
En Tsholotsho, la zona rural donde trabajo al este de Zimbabwe, predominan las familias extensas, varias generaciones viven juntas, bien como una sola entidad o como grupos en el vecindario, formando as¨ª una estrecha red de relaciones. Desde el punto de vista de un forastero, las unidades familiares parecen entidades individuales. Sin embargo, un examen minucioso muestra que se trata de una red de relaciones. Es una comunidad de personas.
Los grupos de apoyo en Tsholotsho se han construido en torno al concepto de comunidad y as¨ª se han ido desarrollando y marcando hitos a lo largo de los a?os. En la actualidad, hay unos 300 grupos de apoyo para personas VIH-positivas en el distrito. Las redes de grupos de apoyo ya inician e implementan actividades por su cuenta; los grupos con m¨¢s experiencia forman a otros. Ahora la gran mayor¨ªa de grupos son autosuficientes.
Dirigirse a las personas de forma individual raras veces da resultados positivos. Las mujeres a las que van destinados los programas de prevenci¨®n de la transmisi¨®n del virus del VIH de madre a hijo no necesariamente toman decisiones ¡°individuales¡±. Las suegras tienen algo que decir sobre las decisiones que sus nueras toman en salud reproductiva. Suegras, t¨ªas y otras mujeres importantes en la familia tienen m¨¢s influencia sobre decisiones vitales de las mujeres que sus propios maridos.
La mayor parte de programas comunitarios que hemos llevado a cabo se basan en este concepto. La mayor¨ªa de nuestros programas que ten¨ªan por objetivo prevenir la transmisi¨®n del VIH de madres a hijos se han dirigido a suegras y t¨ªas quienes tienen un gran poder de atracci¨®n en las sociedades patriarcales. Son las autoridades en materia de salud sexual y reproductiva y ellas son el primer escal¨®n que hay que subir para lograr una generaci¨®n libre del VIH.
Otro de los aspectos que juegan un papel muy importante en las vidas de las personas de Tsholotsho, en particular, y de ?frica en general, es la religi¨®n. Por tanto, los l¨ªderes tradicionales y religiosos tambi¨¦n son un componente muy importante de los programas si queremos tener el m¨¢ximo impacto. Nos hemos dado cuenta que la influencia religiosa y tradicional es determinante para adoptar buenos comportamientos a la hora de buscar atenci¨®n sanitaria.
Trabajar junto a los l¨ªderes religiosos y tradicionales ha ayudado a derrumbar creencias, mitos y opiniones sobre la fuente de las enfermedades y sobre aspectos curativos y tratamientos. De esta forma hemos encontrado la forma de acomodar la medicina moderna o biomedicina.
Ahora, el proyecto de Tsholotsho disfruta de la colaboraci¨®n tanto de instituciones religiosas como tradicionales en la lucha contra el VIH/sida. Las iglesias y sanadores tradicionales se han integrado a esta lucha y es interesante observar que en la actualidad son proactivos y toman la iniciativa. La experiencia nos ha ense?ado que los enfoques individuales no tienen cabida en nuestras comunidades.
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