La sombra
Tal vez el 15-M es en plena crisis nuestro Mayo del 68, el que fermenta las uvas de la ira espa?ola
Una masiva y hasta ahora pac¨ªfica rebeli¨®n se est¨¢ desarrollando ante nuestros ojos. Nadie conoce la mano que en la sombra mueve los hilos y que a la hora de asaltar la calle pone de acuerdo a m¨¦dicos, jueces, funcionarios, profesores, estudiantes, pensionistas, discapacitados y gente an¨®nima en el paro, que se suma a las pancartas desde las aceras. Nadie acierta a descubrir d¨®nde se encuentra el embri¨®n de esta c¨®lera colectiva.
Una mujer, alto cargo de Sanidad, reci¨¦n salida de la peluquer¨ªa con el pelo cardado, collar de perlas y blusa de seda, ha dicho que la crisis obliga al Gobierno a tratar con quimioterapia el cuerpo enfermo de nuestra econom¨ªa. La quimioterapia es un tratamiento de choque, que destruye bacterias, virus, hongos y c¨¦lulas cancerosas, con efectos secundarios muy dolorosos. La met¨¢fora es de una crueldad extrema, puesto que equipara a los individuos m¨¢s d¨¦biles de la sociedad, parados y pensionistas, con las c¨¦lulas malignas que habr¨ªa que eliminar para que vuelva el bienestar al pa¨ªs. Pero m¨¢s all¨¢ de la crisis econ¨®mica, el foco de esta epidemia parece ser de otra ¨ªndole. Est¨¢ en todas y en ninguna parte, como sucedi¨® en el Mayo del 68, que no fue una revoluci¨®n social, sino la llamarada est¨¦tica de una rebeld¨ªa juvenil, producto del cansancio de unas formas ya gastadas. La llamarada dur¨® apenas un mes, lo suficiente para que se derrumbara el Viejo Mundo.
El joven del Mayo del 68 se enfrent¨® al padre, al maestro, al pol¨ªtico, al cl¨¦rigo y les grit¨® a la cara: no quiero ser como t¨², rechazo tu c¨¢tedra, me repugnan tus leyes, no creo en tu Iglesia. Ser¨¦ yo quien fabrique a mis dioses, elija a mis profetas, cree mis propios mitos y los celebre con mis ritos. Aquella rebeli¨®n inaugur¨® una forma distinta de vivir, de amar, de crear, de morir. Tal vez el 15-M es nuestro Mayo del 68, el que fermenta las uvas de la ira espa?ola. Es un poder sin estructura ni jerarqu¨ªa, una energ¨ªa vol¨¢til y consistente, invisible e inmanente como un flujo que todo lo impregna. Habr¨¢ que imaginar que nada ser¨¢ igual despu¨¦s de esta crisis. Nada se tendr¨¢ en pie sin que esta rebeld¨ªa difusa de los j¨®venes cree una nueva moral, otra justicia, un nuevo estilo de vida.
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