Estrellas divergentes
Falcao acumula m¨¦ritos para cambiar de club mientras Messi est¨¢ instalado en un olimpo de adulaci¨®n
La jornada futbol¨ªstica alumbr¨® tres momentos c¨®smicos para los aficionados. En Sevilla, el gnomo sonriente llamado Lionel Messi rebas¨® con facilidad el r¨¦cord de n¨²mero de goles marcados en un a?o natural, hasta ahora en las vitrinas simb¨®licas del alem¨¢n Gerd M¨¹ller, con 85 goles. M¨¹ller, del Bayern Munich, era festejado como Torpedo casi tanto por su aspecto achaparrado como por su facilidad para explotar disparos en el ¨¢rea. Messi consigui¨® su gol 86 ante el Betis y ya es pasto de adoradores (en Barcelona) y detractores (en las tertulias de la extrema derecha futbol¨ªstica). Poco antes, en el Vicente Calder¨®n, el delantero centro del Atl¨¦tico de Madrid apellidado Falcao y crucificado por sus padres colombianos con el nombre de Radamel, le descerraj¨® cinco goles al Deportivo de La Coru?a y ascendi¨® al imaginario solo espor¨¢dicamente glorioso del club del Manzanares. Cinco goles le dan derecho a que se le dediquen en Colombia una o varias plazas.
Messi y Falcao compartieron gloria, pero son destinos divergentes. Radamel (?qui¨¦n perpetrar¨ªa tal bautismo?) quiz¨¢ est¨¦ acumulando m¨¦ritos para cambiar de club, en la senda de los desplantes de otros jugadores que rompieron el coraz¨®n de los seguidores, como Hugo S¨¢nchez, Torres o Ag¨¹ero. Se aprecia en la ansiedad de sus celebraciones y en el discurso esquinado del pospartido. Messi, por el contrario, est¨¢ instalado en un olimpo permanente de adulaci¨®n. En ning¨²n otro club recibir¨¢ su ego tantos y tan intensos masajes. La hinchada cul¨¦ aspira a que la Pulga sea el mejor jugador de la historia y Messi, con sus piernecitas como laconcillos, sus diagonales fulgurantes y su lucidez para ver el f¨²tbol, est¨¢ encantado con el culto de latr¨ªa y la comuni¨®n m¨ªstica.
Hubo un tercer acontecimiento, este en Valladolid, pero nada gozoso. Varios jugadores del Real Madrid resucitaron la infame patolog¨ªa de echar la culpa al ¨¢rbitro de su retraso en la clasificaci¨®n respecto del l¨ªder de la Liga. De nuevo el cargante victimismo, propio de equipos menores y de profesionales perdedores. M¨¢s que al villarato, esa supuesta conspiraci¨®n del poder futbol¨ªstico contra el Real Madrid, asistimos a un caso de victimato, tan estudiado por S¨¢nchez Ferlosio.
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